Transformar una vida irrelevante

Antwn Owen-Hicks, Reino Unido
Un hombre sonriente
[© Antwn Owen-Hicks]

Para Antwn Owen Hicks, músico de la banda contemporánea Carreg Lafar, la vida a la vanguardia de la música folclórica de Gales empezó de manera inesperada a raíz de conocer el budismo.

Un ser irrelevante, así es como me veía a mí mismo antes de empezar la práctica del budismo Nichiren. Me consideraba una persona sin ninguna cualidad especial. Era un joven enfadado, indignado por las injusticias. También era infeliz y negativo, en particular conmigo mismo y mis carencias.

Conocí el budismo Nichiren en 1989 después de que me presentaran a Simon, quien me invitó a una reunión de la SGI del Reino Unido. A los 23 años, acababa de regresar a mi ciudad natal en el sur de Gales desde Londres, donde me había licenciado en Artes. Tenía muy poco conocimiento del budismo y su recitación me resultó extraña, pero, al terminar el encuentro, me di cuenta de que no podía contener la sonrisa. Aunque me resultaba inexplicable, sentí que una inmensa felicidad emanaba de mi ser. Quería saber más y, poco después, comencé a practicar.

Cada persona es autora e intérprete del guion que constituye su propia vida. […] Somos los guionistas y los personajes principales.

En Gales, tenemos nuestro propio idioma llamado Cymraeg, una lengua celta. Después de que se incorporara al Reino de Inglaterra en el siglo XVI, los ingleses consideraron al galés una lengua inferior y la estigmatizaron. Mi bisabuela fue la última hablante de la lengua galesa en el seno familiar y para cuando me hice mayor, esta se había perdido en la familia. Por cuanto no me sentía galés, ni tampoco tenía vínculo personal con su cultura.

Todo esto cambió después de vivir en Londres. En esta gran urbe, no me sentía a gusto como en casa porque había llegado de una ciudad pequeña. Quise conocer más sobre mis orígenes y, poco a poco, mi interés pasó del punk rock a la música folclórica, la cultura y la lengua de Gales, mi tierra natal.

A medida que avanzaba en mi práctica budista, comencé a ver que el énfasis puesto por la Soka Gakkai en las actividades impulsoras de la paz, la cultura y la educación, y mi creciente pasión por la cultura de Gales, iban de la mano. Era como si las piezas de un rompecabezas hubieran encajado: tomé la determinación de contribuir al desarrollo de la cultura galesa.

Piedras que hablan

Casi en la misma época en que conocí a Simon, también me encontré con James, otro miembro de la Soka Gakkai. Los tres estábamos interesados en la música folclórica, así que decidimos formar una banda para actuar en las actividades budistas locales.

Tres hombres y dos mujeres, algunos con sus instrumentos musicales en mano, posan ante la cámara
La banda Carreg Lafar. De izquierda a derecha: Antwn, Rhian Evan-Jones, Danny KilBride, James Rourke and Linda Own Jones. [© David Barnes]

El punto de inflexión llegó en 1991, cuando tuve la oportunidad de interpretar una tradicional canción folclórica de Gales en una actividad nacional de jóvenes de la SGI del Reino Unido. La reacción fue totalmente inesperada y abrumadora. Al año siguiente, la SGI del Reino Unido celebró su asamblea en el conocido London Palladium, y pude volver a interpretar la canción. Entre el público se encontraba Linda, mi futura esposa.

Tiempo después, nació la banda Carreg Lafar, (en galés, «Piedras que hablan», traducción tentativa). Escogimos este nombre basándonos en la idea de que la tradición nos está «hablando», como si fuese una reverberación del pasado. Linda, quien habla galés, se integró como vocalista. También se sumó Rhian, un violinista, y nuestra banda cobró nuevo impulso.

Mientras tanto, asumí la responsabilidad de un grupo de jóvenes de la SGI del Reino Unido y me dediqué a apoyar entre bastidores las actividades locales y nacionales en todo el país.

En 1994, nuestro grupo actuó en la asamblea de la SGI del Reino Unido, a la que asistió el presidente Daisaku Ikeda, quien se encontraba de visita en nuestro país. Antes del evento, grabamos una demo y decidimos enviarla a una compañía discográfica galesa. Para mi sorpresa, nos preguntaron si queríamos grabar un álbum. Independientemente de la lengua en que cantásemos, nuestra fuerza impulsora como grupo ha sido siempre: conectar y conmover a las personas. En ese momento, nuestra pasión se manifestó como resultado tangible.

Lanzamos nuestro primer disco en 1996. Ese año, ampliamos nuestra esfera de actividades al actuar por primera vez en el Festival Intercéltico de Lorient en Bretaña, Francia. Se trata de la mayor celebración de la cultura celta en el mundo. Cada año, durante diez días de agosto, se dan cita los artistas para interpretar música y danza, y cuenta con la participación diaria de unos 70 000 visitantes. Entonces, Linda estaba embarazada de ocho meses y, en septiembre, dio a la luz a nuestra preciosa hija, Seren.

El año de Gales

Seren nació con pie zambo y necesitaba operarse los tobillos para poder caminar. Sus dos primeros años de vida fueron un enorme desafío para todos.

Linda y yo viajábamos con la banda en giras internacionales a la vez que orábamos por conseguir un nuevo empleo con dedicación exclusiva. El Consejo de las Artes de Gales (un organismo patrocinado por el gobierno galés, responsable de financiar y desarrollar las artes en Gales), sacó a concurso un nuevo puesto de trabajo, y me postulé aunque tenía poca experiencia. Oré y me preparé como nunca lo había hecho en las entrevistas pasadas. Conseguí la plaza como empleado a tiempo completo y me incorporé en 1998.

En 2008, el lema del Festival Intercéltico de Lorient fue «El año de Gales». La persona que hasta entonces se había encargado de la delegación galesa, renunció de repente, y me pidieron que ocupara su lugar. De pronto, me convertí en el responsable de la dirección de esta colosal actividad, ¡con solo cinco meses para prepararla!

Entró en juego la valiosa experiencia adquirida a través de la labor de planificación y apoyo para las actividades juveniles de la SGI del Reino Unido. Fue la culminación de cuanto había venido haciendo hasta entonces: mi dedicación a las actividades de la Soka Gakkai y mi práctica budista desde los veinte años, la banda y mi interés por la cultura galesa… todo confluyó en este festival.

Desde entonces, he sido el delegado de Gales, he venido organizando y preparando el evento entre bambalinas. En el Consejo de las Artes de Gales, he llegado a ser una persona con conocimiento y experiencia en la escena musical folclórica de Gales, que apoya nuevos emprendimientos y actividades. Un aspecto importante de esto es la dedicación a las nuevas generaciones. Hoy más que nunca, se ve un incremento de la cantidad de jóvenes que se interesan en la música folclórica.

En 2019, apoyé la creación de los Premios Folclóricos de Gales en colaboración con las estaciones de radio BBC Radio Wales y BBC Radio Cymru -emisora nacional de habla galesa. La creación de un galardón específico para la música folclórica galesa se tornó en un hecho histórico.

El presidente Ikeda nos dice que «cada persona es autora e intérprete del guion que constituye su propia vida. […] Somos los guionistas y los personajes principales». Cuando empecé a practicar el budismo hace treinta años, con la esperanza de superar a aquel «ser irrelevante», jamás hubiera imaginado que representaría la trama de mi vida como lo hice hasta hoy. Mi aspiración es seguir trabajando por el desarrollo de mi amada tierra de Gales, apoyando la misión de la Soka Gakkai en pos de la paz, la cultura y la educación.

Adaptado del artículo publicado el 8 de marzo de 2021 en el Seikyo Shimbun, diario de la Soka Gakkai en Japón.