Brillando como el sol

por Pooja Menon, Australia
Retrato de Pooja Menon
[© Eric Teoh]

Me mudé a una nueva ciudad hace unos años y mis empleadores estaban felices de que continuara trabajando con ellos aun después de este cambio. Esto trajo consigo una oportunidad perfecta para trabajar desde casa. Mis jefes me apoyaron mucho y consideraron mi papel como madre de dos hijas y dos perros. Tenía una rutina diaria fija de levantarme muy temprano cada mañana para preparar el desayuno y el almuerzo para todos, trabajar desde las seis de la mañana hasta las tres de la tarde y luego recoger a mis hijas de la escuela.

Estaba muy contenta con mi vida, bien planificada y organizada. Gracias a la flexibilidad laboral, pude llevar a mis hijas a varias clases de actividades y ayudarlas a estudiar por las tardes. También pude asistir a todas las reuniones de pequeños grupos de la SGI-Australia (SGIA).

Pero una mañana, recibí una llamada telefónica de mi gerente informándome que iban a haber algunos cambios en la empresa y que me despedían. Simplemente no podía creerlo. ¿No fueron suficientes los seis años de arduo trabajo y dedicación? Todo tipo de pensamientos negativos comenzaron a venir a mi mente. El hecho de que no tendría trabajo a partir de ese momento era muy difícil de asimilar.

Fui a recoger a mis hijas a la escuela, tal como lo hacía todos los días. Lo hice sonriente, sin demostrar mi estado de ánimo, pero en el fondo todavía estaba pensando en el hecho de haber perdido mi trabajo y en cómo manejaríamos nuestras finanzas sin los significativos ingresos que obtenía. Esa noche no dormí bien. De repente, había perdido el propósito de levantarme temprano por las mañanas, y me sentía especialmente inútil después de que mi esposo y mis hijas se iban al trabajo y a la escuela y yo quedaba sola en casa.

El presidente Daisaku Ikeda, nos alienta a ser como el sol dentro de nuestras familias. Debo admitir que me sentí amedrentada por aquella llamada telefónica. ¿Cómo puedo brillar como el sol todo el tiempo? También soy humana, y a veces me siento deprimida.

Cambio de perspectiva

Llamé a una amiga, también miembro de la Soka Gakkai en Australia, y le dije que me habían despedido de mi trabajo, y para mi sorpresa, ella me dijo: “Felicitaciones, algo más grande y mejor se acerca”. Me sorprendió, pero entonces me di cuenta de que ella podría tener razón. El presidente Ikeda escribe sobre la importancia de la tenacidad y de no darse por vencido ante circunstancias difíciles y cómo una actitud optimista y esperanzadora, es crucial para garantizar que podamos superar las dificultades.

Gracias a este estímulo, comencé a orar con una gran determinación para obtener un empleo dentro de los siguientes 30 días. También decidí hacer de estos días los más valiosos y significativos de mi vida. Todo a mi alrededor cambió en el momento en que decidí tomar mis circunstancias como una oportunidad para crecer.

Oré por un trabajo que pudiese disfrutar, con un buen salario y que me permitiera hacer una contribución positiva. Envié varias solicitudes y tuve éxito en obtener respuestas para realizar entrevistas casi de inmediato. Mis amigos también me brindaron mucho apoyo, me informaron sobre las vacantes de trabajo en sus oficinas o me enviaron enlaces a otras oportunidades laborales. Me siento honrada por haber estado rodeada de seres humanos tan encantadores, que me recuerdan constantemente que no estoy sola.

Tuve aproximadamente 15 entrevistas telefónicas y unas 6 entrevistas personales en el corto período de 15 días, y todas las entrevistas tuvieron resultados positivos. No pasó un solo día en el que no tomara alguna acción y realmente disfrutaba salir y conocer gente para una entrevista o para compartir una taza de café.

No pasó mucho tiempo antes de tener una entrevista en una compañía que estaba atravesando un notable crecimiento. Terminé las tres rondas de la entrevista en un día, y al día siguiente, me convocaron para trabajar con su gerente y poder experimentar el trabajo y el entorno laboral antes de aceptar la oferta. Después de pasar medio día en la oficina, estaba segura de que era el lugar perfecto para mí.

Había conseguido el trabajo en 29 días. También me complace decir que el salario que me ofreció esta compañía es significativamente mayor del que estaba obteniendo en mi trabajo anterior. Estoy muy agradecida a mi amiga, cuyas palabras me permitieron comprender el aspecto positivo de mi situación y por todo el apoyo que he recibido a través de este proceso. Aunque nunca imaginé que diría esto, en retrospectiva, siento que el despido de mi trabajo anterior se produjo en el momento más adecuado para mi vida.

Abrazando el cambio

Con mi trabajo diario desde las nueve de la mañana hasta las cinco y media de la tarde, mis dos hijas han mejorado y se han vuelto más responsables. Hacen más tareas de la casa que nunca, y todos tratan de ayudarse mutuamente.

Mi fe me permitió tener absoluta confianza en mi capacidad para superar esta adversidad. Aprendí que el beneficio en términos de mi práctica budista no significa una ausencia de problemas, sino una capacidad para enfrentar con éxito los problemas a medida que surgen.

Ahora entiendo que brillar como el sol no significa que tenga que ser perfecta o brillante. En cambio, significa que me esfuerzo por convertirme en el sol que alienta la esperanza, el crecimiento y la felicidad. Sé que mientras tenga mi práctica, la guía del presidente Ikeda y mi deseo ardiente de ser un mejor ser humano, no habrá ninguna nube que pueda ocultar el sol dentro de mí.

[Adaptado a partir de un artículo publicado en la edición de septiembre de 2018 de Indigo, SGI-Australia].