Parte 3: El kosen-rufu y la paz mundial
Capítulo 26: Líderes que guían a los demás a la felicidad [26.4]

26.4 Merecer la confianza de la gente por nuestra sabiduría y amor compasivo

El presidente Ikeda dice que los líderes creadores de valor necesitan tener bondad y sabiduría para responder a los sentimientos y a las situaciones de cada persona con consideración, flexibilidad y enfoque sensible.

Nichiren Daishonin escribe: «Enseñar algo a una persona es como lubricar las ruedas de un carro para que giren, aunque este sea pesado, o como botar un navío al agua para que navegue sin tropiezos».1 Estas palabras ofrecen una importante lección. Si uno sigue empujando un carro sin aceitar las ruedas, lo más probable que se rompa. El mismo principio se aplica cuando tratamos de enseñarle algo a alguien.

A la hora de dar orientación como líderes, debemos preguntarnos en todo momento: «¿De qué manera puedo levantar el ánimo de esta persona?», «¿Qué clase de aliento puedo brindarle, o qué puedo hacer para que pueda avanzar con alegría?». Esta postura de ponderar constantemente en cómo apoyar a los demás resulta esencial. Es de escaso valor impartir una «orientación» unilateral, que no tiene en cuenta la sensibilidad o los pensamientos del otro. Si un líder se pone a divagar interminablemente mientras la gente está esperando la hora de comer, o si se reclama a un miembro hacer mayores esfuerzos cuando este no se siente bien, las palabras caerán en saco roto, incluso para alguien que está dispuesto a dar lo mejor.

Es importante poner en juego nuestra consideración y bondad para responder a la situación y a las necesidades de los demás, pensar con detenimiento cómo ayudarlos de la mejor manera y luego adoptar las medidas apropiadas. La sabiduría deriva del amor compasivo.

Por ejemplo, si vamos a dialogar con un joven o un estudiante, más que entrar en una conversación compleja, a veces es más inspirador decirle, sencillamente: «Seguro que a esta hora ya tienes hambre… ¿Por qué no vamos a comer algo? Yo invito…». O, si están conversando con una joven desanimada porque no está logrando su objetivo en una actividad por el kosen-rufu, tal vez es mejor decirle: «¡No te preocupes, yo te ayudaré!». Alentar de esta forma brinda contención y tranquilidad espiritual. Después de todo, el solo hecho de querer contribuir positivamente al kosen-rufu es algo espléndido.

No existe una orientación personal «de talla única», que les siente a todos por igual. El budismo abarca todos los fenómenos; comprende el universo y todo lo que hay en él. Por ende, hay que considerar las cosas desde una perspectiva amplia y elevada. Seamos flexibles y usemos nuestra sabiduría para revitalizar a todos. Esto es una muestra de fe genuina.

Los líderes deben tener confianza inamovible en la Ley Mística, sensibilidad humana y tacto, y la capacidad de responder al corazón de las personas con sabiduría y flexibilidad. Sin estas cualidades, les será difícil lograr el kosen-rufu o hacer que la gente les otorgue su confianza. En cambio, cuantos más responsables posean estas aptitudes, más se expandirá nuestro movimiento por el kosen-rufu.

Del discurso pronunciado en una reunión de la sede central para responsables celebrada en Tokio el 24 de febrero de 1996.

Sabiduría para ser feliz y crear la paz es una selección de las obras del presidente Ikeda sobre temas clave.

  • *1El próspero Sudatta, en Los Escritos de Nichiren Daishonin, pág. 1132.