Parte 2: La revolución humana
Capítulo 18: El budismo es una filosofía dialógica [18.8]

18.8 La expresión suprema de la amistad

En la novela La nueva revolución humana, el protagonista Shin’ichi Yamamoto (alter ego del presidente Ikeda) se refiere con frecuencia al espíritu y a la práctica del diálogo budista.

[En el discurso ofrecido durante el encuentro general de la División Juvenil Femenina, en noviembre de 1960.]

Algunas de ustedes quizá sientan que les resulta imposible transmitir a otros el budismo Nichiren o hacer que ellos comiencen a practicar. Está bien. Ni aun en las épocas de los presidentes Makiguchi y Toda la Soka Gakkai presionó o rogó a sus miembros para que difundieran el budismo [por razones organizativas]. En verdad, el Daishonin promete que si enseñamos a otros la práctica correcta, podemos transformar nuestro karma y lograr la budeidad. Así pues, nos dedicamos a las actividades de propagación para cambiar el karma y ser felices. Estos esfuerzos, simultáneamente, contribuyen al bienestar de nuestros amigos y a crear una sociedad pacífica y próspera. No hay tarea más sagrada o sublime.

A veces, uno transmite sinceramente a alguien esta filosofía, pero esa persona no se muestra convencida de empezar a practicar. Sin embargo, ustedes son jóvenes y no tienen ningún motivo para impacientarse o preocuparse por los resultados. Difundir la enseñanza del Daishonin es la práctica más solidaria y benevolente que podemos emprender como seres humanos en bien de otros; pero es, además, una práctica que simultáneamente nos permite desarrollarnos. Más aún, es la expresión más cabal de la amistad que guía a la paz y a la felicidad a los semejantes.

Lo importante es ser sensible al dolor ajeno y albergar el deseo de ayudarlo a que sea feliz, y hablar del budismo a quienes nos rodean cada vez que tenemos ocasión. Aun cuando nuestros interlocutores no decidan practicar de inmediato, mientras ustedes mantengan ese deseo ardiente de que sean felices y ese corazón sinceramente fraterno, llegará un momento en que querrán experimentar la fe budista.

Asimismo, es vital que los líderes no presionen o hagan sentir mal a los miembros que están tratando de transmitir el budismo a otros sin éxito. Antes bien, quisiera que todos los responsables acompañen a estos camaradas cálidamente, que los elogien y alienten por su serio afán de vivir como emisarios del Buda.

Del capítulo «El estandarte del pueblo», volumen 2 de La nueva revolución humana.

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[En respuesta a un miembro que, en un viaje en tren a Hiroshima, en abril de 1961, dijo: «Me resulta muy difícil transmitir el budismo a otros…»:]

A todos nos ocurre lo mismo. La propagación es la práctica budista más difícil. No es un asunto sencillo. Enseñar hoy a la gente el poder del budismo Nichiren es tan complejo como podría haber sido, hace mil años, explicarles a las personas de esa época la energía atómica o el prodigio de la radio o la televisión. Lo que ustedes pueden hacer es exponer las enseñanzas budistas dando lo mejor de sí mismos, pero, así y todo, cabe la posibilidad de que los demás no entiendan. Sin embargo, cuando la gente prueba la práctica, aprecia cuán extraordinaria es. Y en la mayoría de los casos, se lamenta de no haberlo intentado antes. Probablemente esto les haya ocurrido a muchos de ustedes. De modo que lo importante es valorar a los amigos y persistir con convicción en el diálogo.

Del capítulo «El triunfo», volumen 4 de La nueva revolución humana.

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[En respuesta a un integrante de la División de Señores que dijo: «Mi trabajo me absorbe mucho tiempo y no puedo tomarme ni un día de descanso. Quiero transmitir el budismo a diversas personas, pero hasta ahora no he sido capaz de lograrlo y me siento realmente frustrado»:]

El solo hecho de preocuparse por ayudar a los demás es algo maravilloso. De todas las tribulaciones humanas, es la más noble y digna de respeto, y es una expresión de auténtica solidaridad y benevolencia. Es la inquietud permanente de los budas y de los Bodisatvas de la Tierra.

¿Cuál es la clave para guiar a otros a que practiquen el budismo Nichiren? La determinación. Mientras tengan una firme resolución, podrán transformar cualquier circunstancia.

Esta práctica puede transmitirse a otros dondequiera que uno se encuentre. El presidente Toda fue encarcelado por sus creencias y encerrado en una celda, donde experimentó una profunda revelación con respecto a la verdad última del Sutra del loto. Aun tras las rejas, hablaba con los carceleros sobre la grandeza del budismo Nichiren.

En primer lugar, es importante orar con toda sinceridad al Gohonzon para poder transmitir esta práctica a otros. Cuando uno ora por poder propagar, en su entorno surgen personas que están buscando el budismo. Asimismo, es fundamental que hagan extensivo el diálogo sobre esta práctica a todas las personas. Desde luego, nadie nos asegura que todas quieran adoptar la fe de inmediato. Pero lo que cuenta es que sigan profundizando las relaciones de buena fe y de amistad con sus conocidos y que oren día a día por su dicha, a medida que continúan conversando con ellos. Si plantan las semillas y las nutren con esmero, algún día sin falta florecerán y darán fruto. No hay razón para ser impacientes.

Por otro lado, siempre pueden invitar a sus amigos a las reuniones, hacer daimoku con ellos y estudiar aspectos de la filosofía juntos, aunque no hayan ingresado en la Soka Gakkai. Lo mejor es dejar que las cosas ocurran naturalmente.

Sea como fuere, todas las iniciativas que adopten para transmitir el budismo volverán a la vida de ustedes en forma de buena fortuna. Y ya sea que los demás empiecen a practicar o no, de todas maneras, estarán creando causas para manifestar su propia budeidad.

Además, cuando alguien a quienes ustedes le han hablado del budismo decide ser miembro, sentirán un júbilo extraordinario e incontenible.

Difundir las enseñanzas del Daishonin —ayudar a cada persona a cambiar su vida en el nivel más profundo— es un acto de bien supremo que garantiza un futuro de eterna felicidad. Es una conducta de solidaridad y bondad millones de veces más potente que cualquier otro acto de filantropía o ayuda.

Del capítulo «Estrella guía», volumen 13 de La nueva revolución humana.

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La característica que distingue al budismo Nichiren es su objetivo último del kosen-rufu mundial y su énfasis en una práctica orientada a dicho fin. Por eso, Nichiren Daishonin estableció la «práctica para uno mismo y práctica para los demás»; en otras palabras, enseñó a entonar Nam-myoho-renge-kyo en forma personal y a transmitirlo a otros, como dos pilares imprescindibles de la práctica budista.

¿Por qué en el Daishonin hace tanto hincapié en la propagación? Porque el gran camino para que cada practicante manifieste la budeidad en esta existencia yace en la transmisión activa del budismo, con el mismo juramento de lograr el kosen-rufu que adoptó el propio Nichiren Daishonin.

El Daishonin escribe: «Si usted comparte el mismo corazón que Nichiren, tiene que ser un Bodisatva de la Tierra»1 y «Aquel que recite aunque sea una palabra o frase del Sutra del loto y hable de ella a otros es emisario del buda Shakyamuni, señor de las enseñanzas».2

En estos pasajes se declara de manera inequívoca que las personas que asumen la misión de trabajar por el kosen-rufu —el deseo más firme de Nichiren Daishonin— y se dedican a transmitir a otros la enseñanza correcta son Bodisatvas de la Tierra y emisarios del Buda. Nuestra vida se alinea con la del Daishonin y podemos manifestar los estados de bodisatva y de budeidad cuando llevamos a cabo la práctica enfocados en este propósito. En consecuencia, de nuestro fuero interno surge una fuerza vital pura y potente, y se manifiesta como sabiduría irrestricta. De esa forma, podemos transformar nuestra vida, abrirnos paso en nuestra propia revolución humana y hacer tangible un cambio fundamental en nuestro estado de vida.

Cuando cambiamos en el nivel más profundo, podemos superar sufrimientos derivados de la enfermedad, las estrecheces económicas, la discordia familiar o de cualquier otro origen, de acuerdo con los principios budistas que enuncian la «inseparabilidad de cuerpo y mente» y la «inseparabilidad entre el sujeto y su ambiente». Esto se traduce en un cambio del karma o destino.

La Soka Gakkai siempre ha avanzado con el compromiso inamovible de lograr el kosen-rufu, exactamente como enseña el Daishonin. El día que Josei Toda asumió la segunda presidencia de la Soka Gakkai [el 3 de mayo de 1951], declaró audazmente que dedicaría los años restantes de su vida a expandir la membresía de la organización a 750 000 familias. Se trazó esta meta colosal con el propósito de sentar las bases para que todos los miembros de la Soka Gakkai pudieran adquirir un estado de felicidad absoluta. Shin’ichi respondió a este clamor poniéndose de pie junto al señor Toda, decidido a hacer realidad la visión de su mentor. En respuesta a esta determinación, incontables jóvenes camaradas de fe lo secundaron en esta marcha.

En el corazón de los miembros ardía la llama abrasadora del valor, y de a poco fue echando raíz la convicción intrépida de que, sin falta, todos serían personas felices.

Aun enfrentados a problemas de toda índole, habían decidido no ser vencidos por ninguna circunstancia; llevaban en su pecho la alegría y el orgullo de saber que estaban propagando la Ley Mística como Bodisatvas de la Tierra y emisarios del Buda. Más que sus propios problemas económicos o de salud, los desvelaban las aflicciones de sus amigos. Preocupados por el futuro de su país y de la sociedad, se sentaban a orar día a día por la paz mundial.

En lo más hondo de su alma, ya habían adquirido un estado de vida inmenso, que les permitía trascender con calma todos sus problemas y dificultades personales. Esta drástica transformación cambió su realidad cotidiana y los colmó de beneficios y de felicidad.

Dedicar la vida al juramento del kosen-rufu junto al mentor… Allí se encontraba el camino directo para triunfar en su propia revolución humana y para cambiar su destino. Era un camino que los guiaría a la felicidad absoluta.

Podríamos decir que participar en la noble gesta del kosen-rufu es nuestra prerrogativa y nuestro honor mayor como miembros de la Soka Gakkai.

Del capítulo «Estrella guía», volumen 13 de La nueva revolución humana.

El verdadero aspecto de todos los fenómenos, en END, pág. 406.

  • *1El verdadero aspecto de todos los fenómenos, en Los escritos de Nichiren Daishonin (END), pág. 406.
  • *2La voz pura y potente, en END, pág. 350.