Parte 2: La revolución humana
Capítulo 12: Transformar el karma en misión [12.2]

12.2 Cumplir nuestro juramento como Bodisatvas de la Tierra

En un diálogo con miembros de la División de Jóvenes, el presidente Ikeda explica que tomar conciencia de nuestra misión como Bodisatvas de la Tierra —los discípulos que juran lograr el kosen-rufu en el Último Día de la Ley y se ponen enérgicamente en marcha con esa finalidad— implica entender la esencia más profunda de nuestra existencia.

En El verdadero aspecto de todos los fenómenos, el Daishonin declara: «Si no fueran Bodisatvas de la Tierra, no podrían entonar el daimoku».1 Poder recitar Nam-myoho-renge-kyo es, en sí mismo, prueba de una profunda relación kármica que tenemos desde el pasado.

El Daishonin también escribe: «Si usted comparte el mismo corazón que Nichiren, tiene que ser un Bodisatva de la Tierra».2 Todos los jóvenes que dedican su vida al kosen-rufu y entonan Nam-myoho-renge-kyo son Bodisatvas de la Tierra dignos de supremo respeto.

Ustedes están entonando daimoku por la felicidad de los demás y por el logro del kosen-rufu. Están participando en las actividades de la Soka Gakkai y esforzándose por transmitir el budismo Nichiren a quienes los rodean. Estas acciones y estas oraciones expresan, de por sí, su juramento por el kosen-rufu.

En el capítulo «Surgir de la tierra» (15.°) del Sutra del loto, los Bodisatvas de la Tierra emergen desde lo profundo de este mundo y se comprometen a propagar dicha enseñanza en el Último Día de la Ley. De acuerdo con ese juramento, hemos nacido aquí y estamos trabajando en bien del kosen-rufu como miembros de la Soka Gakkai. Nuestras oraciones basadas en estos votos compartidos nos mantienen firme y profundamente unidos a nuestros camaradas.

La Soka Gakkai es una organización que lleva a cabo el deseo del Buda; sus miembros se ponen de pie con la conciencia de ser Bodisatvas de la Tierra. ¡Qué perspectiva más noble! Sin este profundo compromiso, no podemos repeler los ataques de los tres enemigos poderosos3 ni promover el kosen-rufu en esta época corrupta del Último Día de la Ley.

Los Bodisatvas de la Tierra siempre surgen con valentía en las épocas más complejas y en los lugares más difíciles.

Las dificultades que estén afrontando hoy son, desde la perspectiva del budismo Nichiren, parte de la misión que han elegido. El solo hecho de que estén avanzando con esta convicción testimonia que sus oraciones están imbuidas con el juramento del kosen-rufu.

Frente a cualquier problema acuciante —sea de trabajo, de dinero, de salud, de relaciones humanas o de cualquier otra índole—, es importante orar seriamente y con sinceridad para superarlo. La victoria contundente que logren se convertirá en aliento e inspiración para otros que están atravesando situaciones similares.

Podemos transformar el karma en misión entonando Nam-myoho-renge-kyo con la conciencia de que hemos asumido voluntariamente el karma apropiado a fin de mostrar a los demás el poder de la Ley Mística en esta existencia.

Por lo tanto, ármense de valor y oren por su propia felicidad y la de los demás. Esto es muestra de un profundo amor compasivo. Cuando oran no solo por su propio bienestar sino por el de otras personas, pueden elevar su estado de vida de tal manera que observarán desde lo alto todas sus batallas y dificultades con serenidad y calma.

Seguirán teniendo problemas, pero estos no los abrumarán. Mientras encuentran paz y tranquilidad4 en la lucha contra los obstáculos, como afirma el Daishonin, espero que sigan orando con devoción por el kosen-rufu y participando valientemente en este movimiento para transmitir a otros el budismo Nichiren. Las oraciones por el kosen-rufu son las oraciones de los budas y bodisatvas.

Cuando enfrentamos grandes problemas y oramos con firmeza para resolverlos, podemos expandir y elevar nuestro estado de vida. Antes de que nos demos cuenta, todas las preocupaciones menores se habrán resuelto. Esta es la esencia de la enseñanza budista que afirma que los sufrimientos de los deseos mundanos conducen a la iluminación.

No hay diferencia fundamental entre orar por las cuestiones de la vida que nos preocupan o nos causan aflicción, y orar por el kosen-rufu, que es el anhelo de ayudar a todos a ser felices. Ambas cosas nos impulsan a avanzar.

Nuestras victorias personales son prueba real del kosen-rufu. Cuando oramos con vigor por el desarrollo de la Soka Gakkai, que está promoviendo el kosen-rufu, forjamos una fuerza interior invencible y adquirimos el estado de vida monumental de los grandes vencedores.

A la hora de describir a los Bodisatvas de la Tierra, el Sutra del loto señala: «[S]us mentes no conocen el temor».5 «Su corazón sabe cómo regocijarse»6 a cada momento, y viven esforzándose con libertad, como si estuvieran interpretando una danza.

Tomar conciencia de nuestra misión como Bodisatvas de la Tierra significa mirar de frente la esencia más profunda de nuestra vida. Es hallar respuesta a las preguntas: «¿Por qué he nacido?» o «¿Cuál es el propósito de mi vida?». No hay mayor orgullo, alegría o satisfacción que la que deriva de descubrir nuestra misión eterna.

Durante su exilio en la isla de Sado, el Daishonin declaró junto con sus discípulos que él sentía un «júbilo incontenible».7

Cuando manifestamos nuestra verdadera identidad como Bodisatvas de la Tierra, se abre para nosotros la posibilidad de activar plenamente nuestro potencial humano innato. La nuestra es una histórica construcción de la paz cuyo propósito es transformar de raíz la conciencia del género humano, elevando a la humanidad hasta alturas insuperables y uniendo a las personas de todo el mundo.

De Los jóvenes y los escritos de Nichiren Daishonin, publicado en japonés en setiembre de 2012.

La sabiduría para ser feliz y crear la paz es una selección de las obras del presidente Ikeda sobre temas clave.

  • *1El verdadero aspecto de todos los fenómenos, en Los escritos de Nichiren Daishonin (END), Tokio: Soka Gakkai, 2008, pág. 406.
  • *2Ib.
  • *3Tres enemigos poderosos: Tres clases de personas arrogantes que persiguen a los que propagan el Sutra del loto en la época malvada posterior a la muerte del Buda. Se los describe en la estrofa de veinte versos del capítulo «Aliento a la devoción» (13.º) del Sutra del loto. El gran maestro Miao-lo de la China los tipificó en tres categorías: 1) laicos arrogantes; 2) sacerdotes arrogantes; 3) falsos venerables arrogantes.
  • *4Véase The Record of the Orally Transmitted Teachings (Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente), trad. ingl. por Burton Watson, Tokio: Soka Gakkai, 2004, pág. 115.
  • *5El Sutra del loto, cap. 15, pág. 219.
  • *6Véase ib., pág. 214.
  • *7El verdadero aspecto de todos los fenómenos, en END, pág. 407.