Parte 2: La revolución humana
Capítulo 12: Transformar el karma en misión [12.1]

12.1 El principio de «adoptar voluntariamente el karma apropiado»

El presidente Ikeda constantemente nos exhorta a vivir enérgicamente dedicados a nuestra revolución humana, convirtiendo el karma en misión.

Todos estamos expuestos a afrontar retos imprevistos en la vida. Pero cuando tenemos la actitud positiva de ver las circunstancias kármicas como oportunidad para cumplir una misión, los inviernos de la existencia siempre dan paso a una primavera; más bien, los inviernos de la vida se experimentan como una primavera en sí mismos.

¿Con qué propósito emplearemos nuestra valiosa existencia? Desde que comprendemos nuestra misión en toda su profundidad, comienza a desplegarse en gran escala la saga de la transformación kármica y de nuestra revolución humana.

En estas orientaciones escogidas, el presidente Ikeda esclarece el principio budista de «adoptar voluntariamente el karma adecuado», expuesto en el
Sutra del loto, y explica que sean cuales fueren las circunstancias adversas que nos toque afrontar en la vida, cuando nos basamos en la Ley Mística podemos convertir cualquier karma negativo en misión.

Mi maestro Josei Toda, segundo presidente de la Soka Gakkai, decía: «El sufrimiento es parte de la vida. Sin sufrir, no podríamos disfrutar de la verdadera alegría. Cuando realmente entendemos este punto, la vida en sí se torna un motivo de alegría. Este es el propósito fundamental de la práctica budista».

También declaraba: «Cualquier grupo u organización, a medida que crece, experimenta diversos problemas e impedimentos. Es algo inevitable. Pero el poder de la Ley Mística nos permite resolver estas cuestiones y asegurar que nuestra organización continúe desarrollándose. De esto se trata la creación de valor».

La fuerza que impulsa la transformación de los sufrimientos en alegría y la adversidad en energía para un dinámico desarrollo existe en nuestra práctica budista y en las actividades de la Soka Gakkai.

Cuanto más difíciles sean los obstáculos que superemos, más drásticamente podremos transformar nuestro karma y más creceremos y mejoraremos como seres humanos.

Día tras día, muchos me dicen que, gracias a la práctica del budismo Nichiren, han podido disfrutar de bienestar y de felicidad. Nada podría hacerme más feliz.

El señor Toda alentó a un miembro enfermo con las siguientes palabras: «Cuando tropiezas contra una piedra y te caes, apoyas las manos en el suelo y te empujas contra él para levantarte. De la misma manera, transforma tu karma de enfermedad en misión y supéralo practicando este budismo».

Y afirmaba: «El Sutra del loto enseña que el Buda también padecía enfermedades. En uno de sus comentarios, el gran maestro T’ien-t’ai decía que todos los seres están sujetos a enfermarse, y que sería difícil identificarse con el Buda si este no conociera la realidad de las dolencias físicas».1

El Sutra del loto enseña el principio de «adoptar voluntariamente el karma adecuado». Los bodisatvas juran liberar a las personas del sufrimiento y, para cumplir esos votos, deliberadamente eligen nacer en este mundo de maldad y de aflicciones.2

Cuando la base de nuestra vida es la fe en la Ley Mística, siempre podemos convertir nuestro karma en misión, cualesquiera sean los problemas que enfrentemos.

En la Soka Gakkai, tenemos camaradas junto a quienes esforzarnos; tenemos aliento y esperanza. Los brillantes vínculos de vida a vida que entablamos son el origen de una vitalidad enérgica que se traduce en existencias largas, plenas y sanas.

La Soka Gakkai es un insuperable refugio de eternidad, felicidad, verdadera identidad y pureza.

Del discurso pronunciado en la conferencia ejecutiva de Yamanashi, celebrada en la prefectura homónima, el 3 de setiembre de 2006.

La sabiduría para ser feliz y crear la paz es una selección de las obras del presidente Ikeda sobre temas clave.

  • *1TODA, Josei: Toda Josei Zenshu (Obras completas de Josei Toda), Tokio: Seikyo Shimbunsha, 1982, vol. 2, pág. 335.
  • *2Véase El Sutra del loto, Tokio: Soka Gakkai, 2014, cap. 10, pág. 160.