Parte 1: La felicidad; Capítulo 3: La práctica para transformar nuestro estado de vida [3.3]

3.3 El Gohonzon solo existe en la fe

En una conferencia sobre un escrito de Nichiren Daishonin titulado El verdadero aspecto del Gohonzon, el presidente Ikeda analiza el profundo significado del diseño con que se creó el Gohonzon, explicando que el objeto de devoción inscrito por el Daishonin marcó el inicio de una nueva época en la historia del budismo. Además, señala que el beneficio del Gohonzon solo puede activarse por medio de la fe.

El Gohonzon existe para que todas las personas, durante el Último Día de la Ley y hasta el eterno futuro, puedan lograr la budeidad y la dicha genuina.

El juramento de Shakyamuni y el deseo de todos los budas de las tres existencias —pasado, presente y futuro— es permitir a todos los seres lograr la misma iluminación que ellos han alcanzado. Nichiren Daishonin fue la primera persona que reveló el objeto de respeto fundamental o Gohonzon para hacer realidad este deseo, y lo manifestó en la forma material o gráfica de un «gran mandala».1

Señala: «Este mandala no es de ninguna manera algo que yo haya inventado».2 El Gohonzon, nos asegura, no es una ocurrencia arbitraria o subjetiva. Es el objeto de devoción que representa perfectamente los cinco caracteres de Myoho-renge-kyo con respecto a los cuales se iluminaron el buda Shakyamuni, sentado en la Torre de los Tesoros junto a Muchos Tesoros, y todos los budas que son sus manifestaciones corpóreas. En otras palabras, en el Gohonzon están representados de manera consumada el «verdadero aspecto de todos los fenómenos»3, así como los principios fundantes de la «posesión mutua de los diez estados»4 y de los «tres mil estados contenidos en cada instante vital»,5 todos los cuales fueron elucidados en la Ceremonia en el Aire6 del Sutra del loto.

Cuando examinamos el diseño del Gohonzon, vemos que Nam-myoho-renge-kyo —que en el escrito citado se menciona como «los cinco caracteres del título del Sutra del loto»—7 aparece en el centro, de arriba abajo, y a cada lado se emplazan las funciones representantes de cada uno de los diez estados.8 Esto indica que todos los seres de los diez estados en su totalidad, desde los budas y bodisatvas en adelante, están incluidos en el Gohonzon. Concuerda, además, con el pasaje del capítulo «La torre de los tesoros» del Sutra del loto que menciona el Daishonin en el texto: «[Inmediatamente, el buda Shakyamuni usó sus poderes trascendentales para] levantar y suspender en el aire a todos los miembros de la gran asamblea»9.10 El Gohonzon, por ende, incluye «sin excepción […] a los diversos seres» de los diez estados. En él está representada la «posesión mutua de los diez estados», principio según el cual todos los seres vivos, cuando son iluminados por la luz de la Ley Mística, pueden exhibir los «dignos atributos que poseen en forma intrínseca».11

Cuando la luz de la sabiduría y del amor compasivo de la budeidad ilumina los diez estados de nuestra vida, podemos desplegar el poder de una suprema bondad y crear valor duradero. Ello también significa que cada persona singular y única puede brillar como entidad de la Ley Mística y manifestar su naturaleza inherentemente digna.

En un ámbito así, todos —sean cuales fueren sus circunstancias o aunque todavía estén en pleno proceso de transformar su karma— brillan con «los dignos atributos que poseen en forma intrínseca». Por ejemplo, las personas en estado de infierno manifiestan dicho estado contenido en la budeidad, de tal manera que, aunque el sufrimiento subsiste, no es la agonía desesperante de quien vaga perdido en una eterna oscuridad interior. Pueden armarse de valor para enfrentar de lleno las realidades más complejas, de sabiduría para superar los obstáculos internos y externos, y de fuerza vital abundante para iniciar nuevas partidas. Los sufrimientos se convierten en desafíos que los ayudan a crecer y a cambiar, y son un trampolín para alcanzar un gran desarrollo.

Iluminado por la Ley Mística, incluso en el estado de infierno opera dinámicamente el noble estado que es inseparable de dicha Ley. El significado de los sufrimientos del infierno cambia totalmente.

La vida de cada persona está dotada intrínsecamente de la posesión mutua de los diez estados y de los tres mil estados contenidos en cada instante vital. En esencia, es perfecta y completa. No hay nada que sobre y deba quitársele, ni tampoco nada ajeno que le falte y haya que agregar. Ninguna vida está exenta de altibajos, de penas y alegrías. Por mucho que lo intentemos, no encontraremos nunca la forma de evitar las aflicciones del nacimiento, la vejez, la enfermedad y la muerte.

La posesión mutua de los diez estados es el verdadero aspecto de la vida, y cada uno de los diez estados mutuamente inclusivos manifiesta la Ley Mística. El Gohonzon y nuestra fe nos permiten activar el supremo estado de la budeidad y establecerlo como firme base de nuestro ser.

El diseño del Gohonzon se basa en el verdadero aspecto de todos los fenómenos expuesto en el Sutra del loto. Esclarece que las personas comunes podemos manifestar el ilimitado estado de vida de la budeidad, cada uno con la forma física y con la identidad que posee.

Hasta ese momento, no había existido en el budismo ningún objeto de devoción semejante. Aunque en pinturas y esculturas había muchas y magníficas representaciones de budas y de bodisatvas, no había ningún mandala que corporificara el principio de la posesión mutua de los diez estados que permite a las personas comunes manifestar la iluminación. Nichiren Daishonin fue el primero en revelar el Gohonzon, el objeto que simboliza los «dignos atributos que poseemos en forma intrínseca»; en otras palabras, un objeto devocional para la iluminación de toda la humanidad. Este Gohonzon es, realmente, el «gran mandala nunca antes conocido»,12 que encuadra una religión inclusiva, abierta a beneficiar a todas las personas.

En la época del Daishonin —y en muchos casos, aún hoy— existía la muy arraigada creencia de que los seres humanos somos pequeños, insignificantes, y que el valor supremo y eterno existe fuera de nosotros, en un lugar distante. Esa forma de pensar está indisolublemente ligada a la creencia en un poder sobrenatural y ultraterreno.

Sin embargo, el budismo Nichiren rechaza esta idea. Enseña la verdadera realidad de la vida en la cual la Ley eterna y suprema se manifiesta en la vida física de la gente común que vive aquí y ahora.

El término «buda», después de todo, significa «El Iluminado». ¿Con respecto a qué se iluminó el buda? A aquello que debería constituir la base de nuestra vida: la Ley y la verdadera esencia de nuestro ser. Tomó conciencia de la Ley universal que permea todos los fenómenos, y que había sido oscurecida por la ignorancia fundamental.13 Tomó conciencia de la grandeza de cada vida individual, inseparable de esa Ley.

El Daishonin se refiere al Gohonzon como el «objeto de devoción para observar la vida».14 El propósito del Gohonzon es permitirnos «observar nuestra propia vida», es decir, ver la budeidad en nosotros mismos y tomar conciencia de ella. Pero esta adquisición —percibir la auténtica naturaleza de nuestra mente o, en otras palabras, lograr la budeidad— no es algo que se logre mediante la práctica meditativa o la reflexión intelectual: la fe es el procedimiento y la base. El «objeto de devoción para observar la vida» es el «objeto de devoción de la fe».

El Gohonzon (la budeidad) se manifiesta en la vida de los que tienen fe firme y resuelta. Una persona podrá tener el Gohonzon, pero sin fe, no recibirá beneficios. La fe es lo que hace que el «cúmulo de beneficios» del Gohonzon se manifieste en nuestra vida.15 En consecuencia, mientras nuestra fe esté viva, ese «cúmulo de beneficios» nunca desaparecerá. Aunque perdiésemos el objeto de devoción en un accidente o en un desastre natural, mientras conservemos la fe, el Gohonzon de nuestra vida permanecerá intacto y podremos activar su poder benéfico.

Solo cuando tenemos fe se manifiesta el poder benéfico del Gohonzon. En verdad, este solo existe en la fe.

Solo cuando tenemos fe se manifiesta el poder benéfico del Gohonzon. En verdad, el objeto de devoción existe solo en la fe.

De libro Aprendamos de los escritos de Nichiren Daishonin: Las enseñanzas para lograr la victoria, publicado en japonés en diciembre de 2014.

La «sabiduría para ser feliz y crear la paz» es una selección de las obras del presidente Ikeda sobre temas clave.

  • *1El verdadero aspecto del Gohonzon, en Los escritos de Nichiren Daishonin (END), pág. 872.
  • *2Ib.
  • *3Verdadero aspecto de todos los fenómenos: Verdad o realidad fundamental que permea todos los fenómenos y que es inseparable de ellos. El Sutra del loto, a través de la explicación de los diez factores contenida en el capítulo «Medios hábiles» (2.º), esclarece que todas las personas poseen en forma inherente el potencial para llegar a ser budas, y expone que todas pueden tomar contacto y manifestar dicho potencial.
  • *4Posesión mutua de los diez estados: Principio según el cual cada uno de los diez estados posee el potencial de los diez en sí mismo. «Posesión mutua» quiere decir que la vida no se encuentra fijada en un estado específico, dentro de los diez estados, sino que puede manifestar cualquiera de ellos, desde el infierno hasta la budeidad, en cualquier momento dado. Lo importante de este principio es que todos los seres, en cualquiera de los nueve estados, poseen la naturaleza de Buda. Cada persona, entonces, tiene el potencial de manifestar la budeidad, mientras que un buda también posee los nueve estados y, en tal sentido, no es un ser separado o distinto de la gente común.
  • *5Tres mil aspectos contenidos en cada instante vital: Véase la nota N.º 5.
  • *6Ceremonia en el Aire: Una de las tres asambleas descritas en el Sutra del loto, en la cual toda la congregación de personas queda suspendida en el espacio por sobre el mundo saha. El corazón de esta ceremonia es revelar la iluminación original del Buda en el remoto pasado y la transmisión de la esencia del sutra a los Bodisatvas de la Tierra, guiados por el bodisatva Prácticas Superiores.
  • *7El verdadero aspecto del Gohonzon, en END, pág. 872.
  • *8Diez estados: Son el estado de infierno, el de las entidades hambrientas, el de los animales, el de los asuras, el de los seres humanos, el de los seres celestiales, el de los que escuchan la voz, el de los que toman conciencia de las causas, el de los bodisatvas y el de los budas. También se los mencionan como los diez estados de infierno, hambre, animalidad, ira, humanidad, éxtasis, aprendizaje, comprensión intuitiva, bodisatva y budeidad.
  • *9El Sutra del loto, Tokio: Soka Gakkai, 2014, cap. 11, págs. 174-175.
  • *10El verdadero aspecto del Gohonzon, en END, pág. 873.
  • *11Ib.
  • *12 Ib.
  • *13Ignorancia fundamental u oscuridad fundamental: La ilusión más hondamente arraigada en la vida, que daría lugar a las otras ilusiones. La oscuridad fundamental denota la incapacidad de ver o de reconocer la verdad, en especial, la verdadera naturaleza de nuestra vida.
  • *14Véase El objeto de devoción para observar la vida, en END, pág. 373 y sigs.
  • *15En El verdadero aspecto del Gohonzon, el Daishonin explica: «Jamás busque este Gohonzon fuera de usted misma. El Gohonzon existe sólo en la carne mortal de nosotros, las personas comunes que creemos en el Sutra del loto y entonamos Nam-myoho-renge-kyo […]. Estar dotado de los diez estados significa que los diez, sin una sola excepción, existen en cada estado. Por ese motivo se lo denomina mandala. “Mandala” es una palabra sánscrita que se traduce como “perfectamente dotado” o “cúmulo de beneficios”. A la vez, este Gohonzon se encuentra sólo en los dos ideogramas con que se escribe “fe”. A esto se refiere el sutra cuando dice que uno sólo puede “obtener el acceso a través de la fe”». (El Sutra del loto, cap. 3, pág. 73, citado en El verdadero aspecto del Gohonzon en END, pág. 873.)