Parte 3: El kosen-rufu y la paz mundial
Capítulo 24: La organización para el kosen-rufu [24.8]

24.8 El maravilloso reino de la familia Soka

El presidente Ikeda dice que la Soka Gakkai es una familia unida por la Ley Mística; es un armonioso ámbito de camaradería rebosante de aprecio a las personas, aliento y bienestar.

Quisiera confirmar algunos puntos básicos con respecto a nuestro ámbito de práctica budista. Somos una familia unida por la Ley Mística. Nuestra organización por el kosen-rufu es un hogar que brinda paz y satisfacción. Espero que siempre seamos una comunidad iluminada por el Gohonzon, donde todos puedan sentirse seguros, relajados y llenos de energía.

Cuando, finalmente, llegamos a casa después de un arduo día de trabajo o de estudio, a nadie le agrada que lo reciban preguntándole: «¡Qué horas de venir…! ¿Se puede saber dónde estabas?». Eso solo les quitará las ganas de volver a su hogar. De la misma manera, hay circunstancias que no permiten a los miembros llegar temprano a las reuniones o, directamente, que les impiden asistir. Nadie tiene derecho a echar en cara estas cosas a los compañeros de fe.

En un verdadero hogar, en una familia de verdad, se recibe afectuosamente y se elogia a los integrantes cuando regresan.

El propósito de transmitir el budismo Nichiren y de concurrir a las actividades de la SGI es que cada participante sea feliz y reciba beneficios. Las actividades no se realizan en bien de la organización, y mucho menos de sus líderes. Cualquiera que reprenda o se comporte irrespetuosamente con los miembros que están esforzándose equivale a despreciar a los practicantes del Sutra del loto, algo que el Buda consideró una grave falta.

*

Nos dedicamos a transmitir la Ley Mística a otros como parte de nuestra práctica budista porque es la instrucción que nos ha dado el Daishonin. Pero la decisión de practicar o no el budismo es de las personas a quienes les hablamos sobre esta filosofía, lo cual dependerá de su capacidad de entender las enseñanzas y de otros factores. El beneficio que nosotros adquirimos al dialogar con ellas es el mismo, ya sea que empiecen a practicar de inmediato o que escuchen lo que les decimos, pero no sean receptivos en ese momento. El solo hecho de difundir la Ley Mística significa que somos enviados del Buda y, en tal sentido, dignos de supremo respeto. Debemos elogiarnos mutuamente y alegrarnos juntos, como hermanos y hermanas, por el esfuerzo que estamos haciendo para sembrar la semilla de la budeidad. Muchas personas más, al conocer esta jubilosa familia, se nos sumarán y buscarán la enseñanza budista correcta. Las características que definen un hogar son el bienestar y el cuidado afectuoso.

Esta sociedad abunda en tensiones y rivalidades incesantes. En cada lugar hay choques de egos. Pero la función de los líderes de nuestra organización es asegurar que los miembros, al llegar al «hogar» de la SGI, puedan relajarse, sonreír, renovar su inspiración y revitalizarse para continuar sus actividades en el mundo al día siguiente.

Hay personas que trabajan de noche o con horarios irregulares. Otros, en ciertas épocas, están sometidos a una exigencia extra por cuestiones de trabajo o de estudio. Tal vez durante un tiempo no puedan llegar a las reuniones, pero estos compañeros, con fe ardiente en su corazón, están desafiándose valientemente en su vida personal y tratando de dar pruebas reales de su práctica budista. Espero que ustedes, nuestros líderes, se pongan en el lugar de estos camaradas, tengan una actitud comprensiva y alentadora.

Hagamos que nuestras reuniones sean distendidas, amenas, interesantes y provechosas, espacios en que resplandezcan de sonrisas alegres.

Los budas y bodisatvas del universo están velando por estos encuentros armoniosos de hijos del Buda, que representan las asambleas más nobles del mundo.

En nuestra familia Soka, todos somos iguales. Cada uno tiene su propia función, pero todos poseen idénticos derechos, en tanto hijos del Buda. Las posiciones de liderazgo organizativo no nos vuelven superiores. Antes bien, cuanto más alto es nuestro cargo, mayor es nuestra responsabilidad.

Nichiren Daishonin dijo, con infinito amor compasivo, a una madre y a su pequeña hija que habían aceptado su enseñanza: «Si llegara a pasar cualquier cosa [en caso de que se produzca una invasión mongola], por favor, venga a verme; aquí [en el monte Minobu] será bienvenida. Si hubiese que morir de hambre [en el peor de los casos], compartiré esa suerte con usted aquí en las montañas».1

Lo compartimos todo: las penurias y las alegrías. Es esto lo que nos convierte en una familia. El resultado de ello es que nuestros sufrimientos se reducen a la mitad, y nuestra felicidad se duplica. Lo que mantiene unida a una familia no son las órdenes, ni la dominación ni la autoridad de unos sobre otros. Sus miembros están juntos por lazos de afecto, de armonía, de cuidado y consideración.

Cuando en la familia hay incluso uno que sufre, todo el hogar se siente desdichado. Por eso, necesitamos orar sinceramente por cada integrante y apoyarnos mutuamente: para que nadie sea infeliz, para que ninguno deje de practicar, para que todos se sientan realmente felices y satisfechos juntos. Estos lazos humanos sustentan la unión verdadera. Las organizaciones basadas en la autoridad y en el control, que imponen órdenes a los demás como en una institución militar, siempre son débiles ante las crisis.

El objetivo del budismo es la felicidad del ser humano. Lo mismo ocurre con nuestra organización por el kosen-rufu. Las personas no existen en bien de la organización; es a la inversa: la organización existe para beneficiarlas. El propósito de la Soka Gakkai es abrazar a cada individuo y apoyarlo en su avance hacia la felicidad y hacia el logro de la budeidad.

Del discurso pronunciado en una sesión de capacitación juvenil de la SGI de los Estados Unidos, celebrada en dicho país el 25 de febrero de 1990.

Sabiduría para ser feliz y crear la paz es una selección de las obras del presidente Ikeda sobre temas clave.

  • *1La supremacía de la Ley, en Los escritos de Nichiren Daishonin, pág. 646.