Parte 3: El kosen-rufu y la paz mundial
Capítulo 23: Valorar a cada persona [23.13]

23.13 Puntos importantes para dar orientación personal

El presidente Ikeda siempre ha recalcado la importancia de brindar orientación personal, para que cada miembro de la Soka Gakkai avance por el gran camino de la felicidad y construya una firme organización que contribuya al desarrollo del kosen-rufu. En estos párrafos selectos de la novela La nueva revolución humana, el protagonista Shin’ichi Yamamoto (alter ego del propio autor) menciona algunos puntos que se deben tener en cuenta a la hora de dar orientación individual.

Shin’ichi, tras expresar su deseo de conversar en tono informal y ameno, procedió a hablar de la postura fundamental que debían tener los líderes a la hora de orientar a los miembros individualmente.

—En primer lugar, hay que evitar las reacciones temperamentales. Algunos miembros quizá no tengan un compromiso firme en la fe y hagan algún comentario negativo sobre la Soka Gakkai, pero les pido que no respondan emocionalmente ni levanten la voz. Si responden de manera impulsiva, la otra persona les cerrará su corazón. Y en tal caso, ninguna orientación o palabra de aliento que le ofrezcan será de provecho.

»En segundo lugar, el factor crucial es su poderosa convicción en la fe. La clave para alentar a los demás es ser capaz de conmoverlos e inspirarlos poniendo en juego la propia confianza de ustedes. De esa forma, las explicaciones lógicas y razonables que brinden tendrán sentido para ellos. Por eso es importante que antes de dar orientación hagan abundante daimoku y se armen de potente vitalidad. Asimismo, para transmitir esa convicción, es preciso que recurran a sus experiencias o las de otros compañeros.

»En tercer lugar, nunca cuenten a otros las cosas que un miembro les refiere durante una sesión de orientación personal. Especialmente en el ámbito de la fe, los líderes tienen la responsabilidad de proteger la vida privada de nuestros camaradas. Si las cosas que ellos mencionan de manera confidencial se divulgan a terceros, la gente perderá completamente la confianza en la Soka Gakkai. Esto, además, constituye una grave falta desde el punto de vista del budismo, porque obstruye el progreso del kosen-rufu.

»En cuarto lugar, siempre que se encarguen de alguna orientación personal deberán asumir con actitud comprensiva, paciente y generosa. Digamos que, por ejemplo, van a visitar y a alentar a un compañero que ha dejado de asistir a las reuniones. Lo más probable es que una sola visita no sea suficiente para inspirarlo y renovar su determinación en la fe. Será necesario llamarlo o visitarlo con frecuencia y seguir alentándolo pacientemente. Con el tiempo, la sinceridad de ustedes pulsará una cuerda en su corazón, podrán crear un vínculo de confianza y esa persona se sentirá feliz de volver a participar. Quiero decir que, en lo concerniente a la orientación individual, la perseverancia es fundamental.

»Cuando uno ayuda a alguien a levantarse en la fe, es importante seguir apoyándolo, quizá con un mensaje escrito o una llamada telefónica, para saber cómo marchan sus cosas, ver si ha podido superar sus dificultades y dar continuidad al aliento. Los responsables, cuando asumen un cargo de liderazgo, se lanzan con entusiasmo a hacer visitas domiciliarias y a animar a sus camaradas. Pero si uno se conforma con una única visita, no habrá llevado la labor a término.

»En quinto lugar, nunca olviden que el objetivo último de dar orientación es aliviar el sufrimiento de la persona e infundirle alegría. La gente tiene que vérselas con todo tipo de problemas, y solo se decide a pedir orientación cuando lleva tiempo sufriendo. Es importante, entonces, que la alienten de tal manera que puedan liberarse de ese dolor opresivo.

»Supongamos, por ejemplo, que una integrante de la División Femenina se siente frustrada porque la persona con quien convive no tiene ningún interés en practicar. Podrían comenzar por tranquilizarla: “No se aflija… La vida es larga. No tiene por qué estar ansiosa o apresurar las cosas. Su pareja nació con una noble misión. Las oraciones que usted haga por su bien, sin falta, tendrán resultados positivos”. Cuando esas palabras la alivien, podrán seguir hablando de aspectos más específicos.

Para dar orientación personal es indispensable atesorar a los demás y estar profundamente comprometidos con su felicidad. Ese corazón se expresará con palabras de aliento cálido, responsable y sincero.

Shin’ichi solía invitar a su casa a los miembros, cuando era responsable de la División de Jóvenes, para brindarles aliento. A veces, además, los invitaba a comer, o a escuchar juntos discos de Beethoven o de otros compositores.

A cada lugar donde iba —ya fuese en Tokio, Sapporo, Osaka, Yamaguchi o Yubari— siempre se hacía de tiempo para alentar a sus camaradas individualmente. Un joven con quien se reunió a dialogar estaba trabajando muchas horas para ayudar a saldar las deudas de su padre, y aportar a la manutención de sus progenitores y hermanos menores. Otro miembro, un señor de la División de Señores, se había quedado sin empleo. Él y su esposa, además, estaban enfermos y tenían un hijo pequeño a quien mantener. Personas como estas debían lidiar con circunstancias muy adversas y hacían todo lo que podían por sobrevivir.

La orientación personal es un noble desafío para encender una luz de esperanza en la vida de los que sufren, y permitirles brillar como budas.

Shin’ichi prosiguió transmitiendo sus reflexiones:

—Habiendo observado a muchos líderes, puedo afirmar que quienes se dedican asiduamente a dar orientación individual nunca se alejan de la práctica. Creo que es así porque orientar a los miembros —una tarea silenciosa, discreta, en segundo plano, pero que exige mucha paciencia— profundiza la fe de manera impresionante. Los líderes siempre dispuestos a dar orientación reflexionan seriamente sobre su propia vida y pueden alentarse a sí mismos tal como lo hacen con los demás. Por eso no abandonan la fe.

»Desde luego, transmitir el budismo a otros es fundamental. Pero si nos damos por satisfechos con haberlos ayudado a ingresar, y luego no los guiamos ni alentamos con esmero, estaremos ante una victoria efímera. Al mismo tiempo, ya que todos nos alegramos cuando un nuevo compañero se suma a la Soka Gakkai, los que invitan a otros a formar parte de nuestra organización suelen cosechar aplausos y elogios. Algunos, por esta razón, se creen superiores a los demás y se vuelven negligentes con su propia práctica.

»Además de invitar a otras personas a sumarse a nuestro movimiento, es esencial dedicar esfuerzos a forjarlos y alentarlos, en forma individual y personal, en bien de nuestra propia fe y para elevar nuestro estado de vida.

»Transmitir la enseñanza a los semejantes y darles orientación personal son dos aspectos que involucran el cultivo del espíritu a través del diálogo. Y este tipo de forjamiento, en general, requiere de valor y de perseverancia ante las dificultades. Sin embargo, aun siendo ardua, esa labor desarrolla y activa el potencial de las personas y les permite disfrutar de una fructífera felicidad. Espero que se dediquen laboriosamente a dialogar con los miembros y a elevar el estado de vida de todos ellos. La orientación personal infunde calor humano a nuestra organización y, al mismo tiempo, es un medio para fortalecerla.

»En la Soka Gakkai, es una actividad que se lleva a cabo día tras día, naturalmente. Nuestro movimiento es una red de aliento cuyo propósito es ayudar a cada integrante a superar sus sufrimientos. También existe para regenerar los vínculos entre los seres humanos, que en la sociedad contemporánea están debilitados. Creo que nuestro trabajo alentando y guiando a los demás es un capital intangible de enorme valor, no solo para la Soka Gakkai, sino para todo el pueblo. Estoy seguro de que, algún día, el mundo y la sociedad tomarán debida cuenta de ello.

Del capítulo «Lucha incansable», del volumen 27 de La nueva revolución humana.

Sabiduría para ser feliz y crear la paz es una selección de las obras del presidente Ikeda sobre temas clave.