Parte 2: La revolución humana
Capítulo 11: ¿Qué es la revolución humana? [11.6]

11.6 El esfuerzo perpetuo por transformar la realidad

Basado en la enseñanza budista sobre el verdadero aspecto de todos los fenómenos, el presidente Ikeda explica que el cambio en nuestra propia vida siempre repercute en una transformación del medio ambiente. «No puede haber una felicidad que se limite a uno mismo —señala—, como tampoco puede existir una infelicidad que solo afecte a otros».

Soy discípulo del presidente Toda. Este es mi mayor orgullo. Mientras estaba en prisión, el maestro Toda leyó el Sutra del loto con su vida. Muchos otros reconocidos practicantes budistas, a lo largo de los tiempos, han sostenido entender este sutra. Algunos de ellos incluso han fundado escuelas budistas.

Pero el señor Toda fue alguien distinto. Una vez, un periodista le preguntó: «¿Es usted un buda?», y él respondió: «¡Me enorgullezco de ser un mortal común!».

Fue un hombre que siempre abrazó al pueblo y marchó junto a la gente desesperanzada en su epopeya de resurgimiento y revitalización, firme y recto ante las tempestades de la vida. Él mismo fue un ejemplo viviente de revolución humana.

Con ese sencillo término, eludió las trampas de la hipocresía y del fanatismo a las cuales tan proclive son las religiones, y fusionó magníficamente la excelsa sabiduría del budismo, el ideal de vida para el ser humano y el camino hacia el mejoramiento de la sociedad.

A la vez, la revolución humana también es una revolución social y ambiental.

En su escrito El verdadero aspecto de todos los fenómenos, Nichiren Daishonin cita al gran maestro Miao-lo, en cuya obra Comentario sobre «Palabras y frases del “Sutra del loto” » se lee: «Los seres vivos y su ambiente siempre manifiestan Myoho-renge-kyo1 ».2 El gran maestro T’ien-t’ai, asimismo, afirma: «El ámbito del medio ambiente también posee los diez factores».3

Los seres y el medio ambiente no son entidades separadas. Constituyen una totalidad indivisible. En esto se funda el principio según el cual la transformación del individuo conduce al cambio de la tierra y de la sociedad.

Desde la perspectiva budista del verdadero aspecto de todos los fenómenos, estos últimos, aun siendo múltiples y diversos, constituyen una sola entidad viviente. La dicha aislada del individuo es imposible, como también lo es la paz desde el único punto de vista del medio ambiente. No puede haber una felicidad que se limite a uno mismo, como tampoco puede existir una infelicidad que solo afecte a otros. Cuanto más felices hacemos a los demás, más felices somos; mientras siga existiendo un solo sujeto desdichado, nuestra propia felicidad no podrá ser completa. Esto es lo que significa, profundamente, el verdadero aspecto de todos los fenómenos. Por ende, el corazón de esta enseñanza es el esfuerzo perpetuo por transformar la realidad.

A la hora de expresar qué lo motivó a escribir su tratado Sobre el establecimiento de la enseñanza correcta para asegurar la paz en la tierra, Nichiren Daishonin revela: «Mi único propósito al hablar así es el bienestar de la nación, de la Ley y de los demás, no mi propio beneficio».4 Ni siquiera las persecuciones más extremas pudieron extinguir el apasionado compromiso del Daishonin con la lucha por paliar los sufrimientos del pueblo.

El presidente fundador de la Soka Gakkai, Tsunesaburo Makiguchi, heredó esta postura y enarboló el estandarte que hizo flamear el Daishonin, con su ideal de «establecer la enseñanza correcta para asegurar la paz en la tierra». De hecho, murió en la cárcel en defensa de estas convicciones. Con esta misma motivación, en la posguerra, el señor Toda se puso de pie sobre un Japón en ruinas y devastado por la derrota bélica.

El Daishonin afirma: «El corazón del Sutra del loto es la enseñanza de que los deseos mundanos son la iluminación, y los sufrimientos del nacimiento y la muerte son el nirvana».5 Y dice también: «Es la doctrina de los tres mil aspectos contenidos en cada instante vital, capaz de liberarnos de las aflicciones y de generar alegría».6

El propósito del budismo, y el de la Soka Gakkai, es liberar a todos los seres del sufrimiento. Nuestra organización se esfuerza de todas las maneras posibles por empoderar a cada persona a ser feliz. Su existencia no tiene ninguna otra razón de ser.

¡Y cuán nobles y admirables son las personas que avanzan junto con la Soka Gakkai!

Desde el punto de vista del verdadero aspecto de todos los fenómenos, el escenario eterno y original, genuino y básico de nuestra vida es este instante y este lugar, aquí y ahora. El Daishonin lo deja claro cuando explica: «Pero no es que [el Buda] deba marcharse del lugar donde está e irse a otro sitio».7

Aunque nuestro ámbito de actividades sea muy exigente y hasta lo percibamos como una suerte de retribución kármica, en realidad es el lugar perfecto para que llevemos a cabo nuestra misión original. En tal sentido, quienes aprehenden la sabiduría del verdadero aspecto de todos los fenómenos vivirán convirtiendo cualquier karma negativo en un cometido brillante.

Cuando adquirimos esta certeza, todo nos colma de esperanza. Cada situación y cada persona que aparecen en nuestra vida pasan a ser un tesoro inapreciable.

El gran poeta indio Rabindranath Tagore declaró: «Dulce es el mundo / y dulce es su polvo».8 También describió así los sentimientos de una madre por su hijo:

Cuando, hijo mío, te traigo juguetes de colores, entiendo por qué hay matices y reflejos en el agua y en las nubes, y por qué las flores tienen pétalos coloridos, cuando te traigo, hijo mío, juguetes de colores.

Cuando canto para que bailes, sé de verdad por qué las hojas murmuran y por qué las olas cantan a coro para la tierra que las escucha, cuando canto para que bailes.9

El amor de una madre por su hijo es un mundo de colores, donde resuena la vibrante música de la vida. El amor trasciende las distancias entre individuos y abre el corazón a la verdad de que la vida es una sola y todas sus expresiones son inseparables e indivisibles.

Por eso, en nuestro afán de abrazar a toda la humanidad con amor y benevolencia, irradiamos los gloriosos colores y los sonidos sublimes de la vida.

Cuando tomamos plena conciencia del verdadero aspecto de todos los fenómenos, el lugar donde nos encontramos se convierte en la Tierra de la Luz Tranquila.10

Como decía el maestro Toda, el solo hecho de vivir pasa a ser un absoluto deleite. El Sutra del loto nos enseña a vivir dedicados a crear y transmitir en el mundo real ese estado de júbilo infinito.

De La sabiduría del «Sutra del loto», vol. 1, publicado en japonés en marzo de 1996.

La sabiduría para ser feliz y crear la paz es una selección de las obras del presidente Ikeda sobre temas clave.

  • *1Myoho-renge-kyo se escribe con cinco ideogramas chinos, mientras que Nam-myoho-renge-kyo se escribe con siete (namu o nam se compone de dos caracteres). Sin embargo, el Daishonin a menudo usa ambos términos como sinónimos en sus escritos.
  • *2El verdadero aspecto de todos los fenómenos, en END, pág. 404.
  • *3El objeto de devoción para observar la vida, en END, pág. 375.
  • *4Razones por las cuales escribí «Sobre el establecimiento de la enseñanza correcta para asegurar la paz en la tierra», en END, pág. 173.
  • *5The Record of the Orally Transmitted Teachings (Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente), trad. ingl. por Burton Watson, Tokio: Soka Gakkai, 2004, págs. 173-174.
  • *6Ib., pág. 173.
  • *7Ib., pág. 192.
  • *8TAGORE, Rabindranath: Wings of Death: The Last Poems of Rabindranath Tagore(Las alas de la muerte: Los últimos poemas de Rabindranath Tagore), trad. por Aurobindo Bose, Londres: John Murray, 1960, pág. 69.
  • *9TAGORE, Rabindranath: Gitanjali (Song offerings): A Collection of Prose Translations Made by the Author from the Original Bengali (Gitanjali. Ofrenda lírica) Londres: MacMillan and Co., Limited, 1915, pág. 57.
  • *10Tierra de la Luz Tranquila: También llamada Tierra de la Luz Eternamente Tranquila. Tierra de Buda, donde no hay impurezas ni rige la transitoriedad. En muchos sutras, el mundo saha donde habitan los seres humanos se describe como una ámbito impuro, colmado de sufrimientos y de ilusiones, mientras que la tierra de Buda se describe como un lugar puro, donde no hay padecimientos ni ignorancia, separado del mundo saha real. No obstante, el Sutra del loto revela que el mundo saha es la tierra de Buda o «Tierra de la Luz Tranquila», y explica que la naturaleza de un lugar físico está determinada por la mente o el corazón de sus habitantes.