Capítulo 9: La historia de la Soka Gakkai

En este capítulo, repasaremos la historia de la Soka Gakkai centrándonos en la obra de sus tres presidentes fundadores, quienes dedicaron su vida al kosen-rufu, y en la relación de maestro y discípulo que existió entre ellos.

El Sutra del loto es la escritura del buda Shakyamuni que expresa su intención y el verdadero propósito de sus enseñanzas. El deseo del Buda es que todas las personas hagan valer la sabiduría de la budeidad que siempre han tenido en su interior como un potencial inherente, y que vivan en pos de la felicidad propia y ajena, para poder crear así las bases de un mundo de paz.

El Sutra del loto considera «bodisatvas de la enseñanza del Mahayana verdadero» a quienes se esfuerzan por hacer realidad este deseo del Buda. Lo hacen batallando contra toda clase de obstáculos y, en el proceso, generan una profunda transformación, tanto en su vida personal como en la vida de los demás. Estos bodisatvas —enseña el sutra— aparecen en una época llamada Último Día de la Ley, tras la muerte del buda Shakyamuni, y asumen la tarea de transmitir en todo el mundo la enseñanza del Sutra del loto para cumplir el propósito del Buda; ese proceso de amplia difusión de la enseñanza se denomina kosen-rufu. El término «Bodisatvas de la Tierra» se aplica a los bodisatvas que deciden consagrarse a esta misión.

El bodisatva Prácticas Superiores es el líder de los Bodisatvas de la Tierra mencionados en el Sutra del loto. Nichiren Daishonin entendió que su misión era llevar a cabo la tarea de Prácticas Superiores en el Último Día, y asumió como gran deseo y juramento personal el logro del kosen-rufu descrito en el sutra —voluntad y mandato del Buda—. Se puso de pie para hacer realidad dicha aspiración y estableció la enseñanza y la práctica fundamentales para liberar del sufrimiento a la sociedad y a todas las personas en el Último Día. Por tal razón, se conoce a Nichiren Daishonin como el Buda del Último Día de la Ley.

En la época contemporánea, quien ha heredado y perpetuado ese espíritu del Daishonin es la Soka Gakkai, una institución que trabaja con serio compromiso para cumplir la misión del kosen-rufu mundial y persevera sinceramente en pos de este objetivo. Los líderes que han establecido la práctica, la conciencia y la determinación del kosen-rufu en los tiempos modernos han sido los tres primeros presidentes de la Soka Gakkai: el primer Tsunesaburo Makiguchi, el segundo presidente Josei Toda y el tercer presidente Daisaku Ikeda. Juntos, se los conoce como los «tres presidentes fundadores» de la organización.

A los tres presidentes fundadores se los suele denominar con el título honorífico de «Sensei» (‘maestro’), que a veces se utiliza solo y a veces precede al apellido.

1. La época del primer presidente, Tsunesaburo Makiguchi

Podemos hallar los orígenes de la Soka Gakkai en la relación de maestro y discípulo que existió entre los dos primeros presidentes, Tsunesaburo Makiguchi y Josei Toda, ambos educadores.

Tsunesaburo Makiguchi nació el 6 de junio de 1871 en la aldea de Arahama, en lo que hoy es la ciudad de Kashiwazaki de la prefectura de Niigata (sobre la costa del mar del Japón). En su adolescencia se trasladó a Hokkaido, la más septentrional de las cuatro islas principales del país, donde vivió en la casa de un pariente. Allí, estudiando y trabajando a la vez, logró ingresar en la Escuela Normal de Hokkaido (hoy, Universidad Pedagógica de Hokkaido). Una vez graduado, se dedicó a la docencia y, en 1901, se mudó a Tokio con los manuscritos de su primera obra, Jinsei chirigaku (Geografía de la vida humana), que se publicó en 1903. Makiguchi fue director de escuela primaria en varios establecimientos de Tokio.

Josei Toda nació el 11 de febrero de 1900 en un pueblo llamado Shioya —actualmente ciudad de Kaga, en la prefectura de Ishikawa—, también a orillas del mar del Japón. En 1902, su familia se fue a vivir a la aldea de Atsuta, en lo que hoy es el distrito homónimo de la ciudad de Ishikari, en Hokkaido. Habiendo concluido en 1914 la escuela primaria elemental y la superior (equivalente a haber completado el ciclo básico de la escuela secundaria actual), a partir de entonces continuó estudiando y trabajando para ganarse la vida. Finalmente se graduó como maestro y comenzó a dictar clases en una escuela del pueblo de Yubari, en Hokkaido.

El encuentro entre el maestro y el discípulo

En esa época, Toda estaba en la búsqueda de un maestro de vida. En un viaje a Tokio conoció a Makiguchi, que era director de escuela, y ambos congeniaron de inmediato. Uno tenía 48 años, y el otro, 19. Al poco tiempo, Toda comenzó a ejercer la docencia en la escuela que aquel dirigía; Makiguchi fue, desde entonces, su maestro de vida, a quien procuró apoyar de todas las maneras posibles.

[Nota: Después de instalarse en Tokio, además de trabajar, Toda continuó estudiando; primero, en el turno vespertino en la Escuela Media de Kaisei, luego, en el programa nocturno de la Universidad Chuo].

La fundación de la Soka Kyoiku Gakkai

Basado en su experiencia real al frente de una escuela primaria, Makiguchi albergaba la gran esperanza y la firme determinación de permitir a cada niño construir su felicidad personal y ser alguien autosuficiente en la sociedad. Así pues, se dedicó a desarrollar un enfoque educativo centrado en estos propósitos.

Makiguchi investigó a fondo y formuló una teoría del valor sobre la cual sustentar el sistema pedagógico particular que, luego, desarrollaría integralmente. Mientras se hallaba consagrado a esta tarea, conoció el budismo de Nichiren Daishonin y encontró en esta filosofía no solo los principios, sino también la práctica fundamental para facilitar una transformación del individuo que condujera a la creación de valor en la sociedad. En 1928, adoptó la fe en el budismo Nichiren como miembro de la Nichiren Shoshu, una escuela budista que seguía el linaje de Nikko Shonin, el discípulo más cercano y sucesor inmediato de Nichiren Daishonin. Makiguchi tenía, en ese momento, cincuenta y siete años.

En un escrito, relata sus sentimientos después de su conversión al budismo Nichiren: «Con una alegría indescriptible, me dispuse a cambiar por completo la manera en la cual había vivido durante casi sesenta años».1Como esta declaración sugiere, abrazó las enseñanzas del Daishonin considerándolas un principio para la vida y se consagró a ello plenamente. Vio en ellas una fuente de energía y de empoderamiento para crear valor y lograr resultados positivos visibles en el ámbito de la vida diaria y en la sociedad.

Con respecto a la motivación que lo llevó a practicar la fe, Makiguchi recuerda: «Al leer el Sutra del loto, entendí que las enseñanzas del sutra no contradicen en modo alguno los principios de la filosofía y de la ciencia que forman la base de nuestra vida cotidiana».

Ese mismo año, Toda siguió a su mentor y decidió practicar, como él, el budismo Nichiren.

El 18 de noviembre de 1930, Makiguchi publicó el primer volumen de la obra Soka kyoikugaku taikei (El sistema pedagógico de la creación de valor). Allí, sistematizó sus ideas y reflexiones sobre la educación y lo que concibió como el primero de los doce futuros volúmenes (de los cuales solo llegaron a publicarse cuatro).

Toda, su discípulo, costeó con sus propios recursos la publicación del libro y colaboró en todos los aspectos de la producción editorial, desde la organización de los apuntes de su maestro y la compilación del contenido hasta la estructura en capítulos.

En el colofón y las portadas de la obra figuran Tsunesaburo Makiguchi como autor; Josei Toda como editor responsable e impresor, y la Soka Kyoiku Gakkai (Sociedad Pedagógica para la Creación de Valor) como sello editorial. Esa fue la primera vez que se usó en público el nombre de la entidad. Por ese motivo, el 18 de noviembre, fecha de dicha publicación, también se conmemora la fundación de la Soka Gakkai.

[Nota de los Editores: La institución fue prácticamente destruida por el gobierno militar durante la segunda guerra, como luego se verá. Tiempo después, Toda la restableció con el nombre de «Soka Gakkai»].

“Soka” significa «creación de valor». El propósito de la educación y de la vida es la búsqueda de la felicidad; el nombre «Soka» expresa la idea de Makiguchi de que la creación de valor es un factor esencial para la construcción de una vida feliz.

La palabra «Soka» surgió en el transcurso de una conversación entre estos dos educadores vanguardistas. Entonces, podríamos decir que el nacimiento de la Soka Gakkai fue la consumación de un mismo espíritu compartido por el mentor y su discípulo.

Una práctica budista directamente relacionada con Nichiren Daishonin

Así pues, la Soka Kyoiku Gakkai se originó en la relación de maestro y discípulo. Posteriormente, fue definiendo una estructura organizativa que le permitió crecer.

Aunque comenzó siendo una asociación de educadores interesada en la teoría pedagógica sobre la creación de valor, de a poco fueron sumándose personas de otros campos de la sociedad. La Soka Kyoiku Gakkai, entonces, pasó a ser un grupo de practicantes del budismo Nichiren que veían en esta filosofía la fuerza motriz para la creación de valores.

Aunque era una agrupación de practicantes laicos afiliada a la escuela budista Nichiren Shoshu, la Soka Kyoiku Gakkai no llevaba a cabo sus actividades como las otras organizaciones laicas subsidiarias de esa misma escuela.

Mientras que estos grupos laicos estaban constituidos como la feligresía de los templos locales y operaban bajo la directriz de los priores, la Soka Kyoiku Gakkai actuaba de manera independiente, bajo la conducción del presidente Makiguchi y del director general Toda. No dependía de los sacerdotes para sus actividades ni para obtener orientación en cuestiones de fe.

La práctica que se enseñaba en la Soka Kyoiku Gakkai no consistía en la visita ocasional a los templos o la celebración de funerales y ceremonias rituales, como ocurría en la Nichiren Shoshu y en la mayoría de las escuelas religiosas del Japón. En cambio, era un movimiento abierto a todos, que permitía a cada persona lograr la felicidad desafiándose en el contexto de su propia vida real, y contribuir a la paz y a la prosperidad social.

A través de reuniones de diálogo, y de los frecuentes viajes de sus líderes a diversas regiones para ofrecer aliento y orientación en la fe, la organización creció sostenidamente y alcanzó una membresía de unos tres mil miembros.

Confrontar el militarismo japonés

El gobierno militar, en su insensata ambición de promover la guerra y de usar el sintoísmo estatal2 como pilar espiritual de sus políticas, se propuso uniformar ideológicamente al pueblo japonés mediante la coerción. Las reuniones de diálogo y las demás actividades de la Soka Kyoiku Gakkai quedaron bajo escrutinio y vigilancia del Cuerpo Especial de Policía, responsable de investigar los supuestos «crímenes del pensamiento».

En ese momento, el gobierno presionaba a la ciudadanía a participar en el culto sintoísta, no solo en santuarios sino, además, entronizando en cada hogar el talismán dedicado a la Diosa del Sol, que era la progenitora mítica del linaje imperial. En junio de 1943, temerosos de la represión del gobierno, los sacerdotes de la Nichiren Shoshu instaron a la Soka Kyoiku Gakkai: «¿Por qué no aceptan el talismán sintoísta?». Esta demanda fue hecha al presidente Makiguchi en presencia del Sumo Prelado.

La postura de la Nichiren Shoshu —consagrar en los hogares de los practicantes el talismán de la Diosa del Sol en obediencia a la orden gubernamental—, constituía un acto contra la Ley budista y una transgresión a la enseñanza correcta. Con ello, el clero estaba obrando contra las enseñanzas de Nichiren Daishonin y de su sucesor, Nikko Shonin, en cuyo linaje decía basarse la Nichiren Shoshu. Makiguchi Sensei se negó rotundamente a aceptar el talismán sintoísta; la Soka Kyoiku Gakkai siguió proclamando la enseñanza del Daishonin y rebatiendo ejemplarmente los actos contrarios a la Ley del budismo.

El 6 de julio, agentes del Cuerpo Especial de Policía arrestaron al presidente Makiguchi en la localidad de Shimoda, en Izu, donde se encontraba de viaje. Ese mismo día, quedó detenido Toda en Tokio. En suma, 21 líderes de la Soka Kyoiku Gakkai fueron privados de la libertad, acusados del delito de lesa majestad (ultrajar la dignidad del Emperador) y de violar la Ley de Preservación del Orden Público.3

Todos fueron sometidos a interrogatorios coercitivos, a raíz de los cuales la mayoría de los líderes abandonó la fe. Finalmente, los únicos que resistieron y mantuvieron sus convicciones fueron Makiguchi y su discípulo Josei Toda. El primero incluso explicó las enseñanzas del budismo Nichiren a los fiscales y a los jueces que lo interrogaban. Ambos rehusaron doblegarse bajo la presión de las autoridades y persistieron en su defensa de los principios budistas correctos.

El 18 de noviembre de 1944, a los 73 años, Makiguchi falleció en la Penitenciaría de Tokio a causa de la desnutrición y de la debilidad. Es sugestivo que su muerte haya ocurrido el día de la fundación de la Soka Gakkai.

Hasta el final de su existencia, obró y practicó el budismo tal como el Daishonin enseña en sus escritos, aun cuando ello le significó poner en riesgo su vida. Vivió como un noble pionero que revivió, en la época contemporánea, el espíritu de Daishonin de propagar la Ley Mística y conducir a la felicidad a las personas que sufren.

La revelación de Toda Sensei en la cárcel

En prisión, además de esforzarse en la recitación del daimoku, Toda Sensei comenzó a leer profundamente el Sutra del loto desde principios de 1944 y a reflexionar sobre sus enseñanzas. Este proceso lo condujo a la revelación de que el buda es la vida misma.

A medida que siguió ahondando en esa contemplación y en la práctica asidua del daimoku, fue esclareciendo que él mismo era uno de los Bodisatvas de la Tierra que habían estado presentes en la Ceremonia en el Aire descrita en el sutra, a quienes se les encomendó la propagación amplia del Sutra del loto en la época posterior a la muerte del buda Shakyamuni. En noviembre de 1944, expresó así la clara convicción a la que había arribado: «Yo, Toda, soy un Bodisatva de la Tierra».

El despertar espiritual experimentado en prisión forjó en él una confianza inamovible en las enseñanzas de Nichiren Daishonin; decidió entonces que su misión personal sería asegurar la propagación amplia de esta filosofía. Puede decirse que ese despertar que había experimentado en prisión se convirtió en inspiración primordial que hizo posible el renacimiento del budismo en la era contemporánea y el rotundo avance de la Soka Gakkai como agrupación religiosa dedicada al logro del kosen-rufu.

En una ceremonia en memoria de Makiguchi Sensei, oficiada después de la guerra, su discípulo recordó con estas palabras al fallecido mentor:

Usted, con su inmenso amor compasivo, me permitió que lo acompañara incluso a la cárcel. Gracias a ello, pude leer con todo mi ser el pasaje del Sutra del loto que dice: «Las personas que habían conocido la Ley vivieron en distintas tierras de Buda, aquí y allá, y renacieron constantemente en compañía de sus maestros».4 El beneficio que obtuve fue llegar a comprender mi existencia anterior como Bodisatva de la Tierra y absorber con todo mi ser, aun en pequeña medida, el significado del sutra. ¿Podría haber acaso una felicidad más grande?

Según enseña este pasaje del capítulo «La parábola de la ciudad fantasma» (7.°) del Sutra del loto, la relación entre un maestro y sus discípulos es tan profunda que ambos siempre renacerán juntos en una tierra de Buda, donde trabajarán codo a codo para salvar del sufrimiento a todos los seres.

Aunque la mayoría de los líderes perseguidos por las autoridades abandonaron la fe, las palabras de Toda Sensei expresan su sincera gratitud y su determinación de saldar la profunda deuda de gratitud que lo unía a su maestro, en cualquier circunstancia. Su postura nos permite apreciar la fortaleza de esta relación de maestro y discípulo.

2. La época del segundo presidente, Josei Toda

El 3 de julio de 1945, al cabo de dos años de reclusión, Josei Toda recuperó la libertad y se puso de pie, sin nadie que lo acompañara, para cumplir la voluntad de su mentor Tsunesaburo Makiguchi: lograr el kosen-rufu. Como director general de la Soka Gakkai, emprendió de inmediato la tarea de reconstruir la organización, que se hallaba en ruinas.

En ese momento, el pueblo japonés estaba hundido en la anomia, consecuencia de la destrucción bélica y del caos subsiguiente. El sintoísmo, que había sido impuesto por la autoridad como religión de Estado, ahora era repudiado por la población junto con otros valores y creencias expuestos por el militarismo japonés. Pero tampoco se veía otra fuente de esperanza para el pueblo.

Toda Sensei, convencido de que el budismo Nichiren constituía un potente principio espiritual para alejar a la gente del sufrimiento y de la confusión, se levantó con el gran deseo y el juramento de difundir sus enseñanzas ampliamente. El objetivo de la organización no sería solo promover una reforma educativa, sino también lograr el kosen-rufu, es decir, la paz del mundo y la felicidad de todas las personas. A tono con este propósito, cambió su nombre original —Soka Kyoiku Gakkai (Sociedad pedagógica para la creación de valores— por el de Soka Gakkai (Sociedad para la creación de valores), y comenzó a celebrar reuniones de diálogo y a viajar a regiones distantes para dar orientación en la fe.

El encuentro entre el maestro y el discípulo: Daisaku Ikeda conoce a Josei Toda

En 1947, Toda Sensei conoció al joven Daisaku Ikeda, quien luego sería el tercer presidente de la Soka Gakkai:

Daisaku Ikeda nació en la localidad de Omori, distrito municipal de Ota, Tokio, el 2 de enero de 1928.

Su infancia transcurrió en un clima social de exaltación a la beligerancia. Tenía nueve años cuando comenzó la segunda guerra chino-japonesa (1937),5 y trece, cuando estalló la guerra contra los Estados Unidos en el Pacífico (1941) que marcó la irrupción del Japón en la Segunda Guerra Mundial. A medida que el conflicto bélico se intensificó, sus cuatro hermanos fueron reclutados en plena juventud y enviados al frente de batalla. Para apoyar a su familia, Daisaku Ikeda debió trabajar en una fábrica de municiones. Pero, enfermo de tuberculosis, pasó su adolescencia temprana con aflicciones de salud, cavilando profundamente sobre la cuestión de la vida y la muerte.

Cuando Kiichi, su hermano mayor, regresó al hogar durante una breve licencia militar, le contó el sufrimiento atroz que la guerra estaba imponiendo a los pueblos de Asia. En ese período, además, su familia perdió la vivienda, que se incendió en un bombardeo aéreo. Estas experiencias dejaron en él una amarga conciencia de la tragedia, la injusticia y la crueldad que traen aparejadas las guerras.

Al término del conflicto, su familia supo que el hijo mayor, al volver al frente de batalla, había muerto en combate en Burma (hoy Myanmar). El joven Ikeda, testigo de la profunda congoja de su madre al enterarse de su fallecimiento, se convenció más profundamente de que la guerra era un mal, un crimen contra la humanidad. En su afán de encontrar claras respuestas a la pregunta ética sobre la forma correcta de vivir, se volcó a la lectura de obras de la literatura y de la filosofía.

Esos años de búsqueda culminaron el 14 de agosto de 1947, cuando participó en su primera reunión de diálogo de la Soka Gakkai. Allí conoció a quien sería su maestro durante el resto de su vida: Josei Toda.

En esa actividad, Toda Sensei disertó acerca de un escrito de Nichiren Daishonin titulado Sobre el establecimiento de la enseñanza correcta para asegurar la paz en la tierra. Al término de su exposición, Daisaku Ikeda le hizo una serie de preguntas: «¿Cuál es la manera correcta de vivir?»; «¿Qué significa ser un verdadero patriota?», «¿Cuál es el significado de Nam-myoho-renge-kyo?» y «¿Qué piensa usted sobre el Emperador?».

Las respuestas de Toda fueron claras y bien fundamentadas, pero además imbuidas con las convicciones ganadas en su lucha contra el gobierno militar del Japón y en sus dos años de injusto encarcelamiento. Al escucharlo, el joven tuvo la impresión inequívoca de que podía confiar en todo lo que ese hombre le dijera.

Diez días después, el 24 de agosto de 1947, comenzó su práctica del budismo Nichiren. En ese momento, él tenía 19 años, y Toda Sensei, 47.

En abril del año siguiente, se matriculó en el turno vespertino del Taisei Gakuin (actualmente, Universidad Fuji de Tokio). En setiembre, comenzó a asistir al ciclo de conferencias de Toda sobre el Sutra del loto. Bajo su tutela, profundizó en el estudio y la comprensión del budismo y juró vivir dedicado al logro del kosen-rufu.

En enero de 1949, el joven Ikeda aceptó un empleo en la compañía editorial de Toda como editor de una revista para chicos.

La lucha conjunta de maestro y discípulo por la reconstrucción de la Soka Gakkai

En julio de 1949, la Soka Gakkai lanzó la publicación del Daibyakurenge, una revista mensual de estudio. El primer número incluyó un ensayo escrito por Toda Sensei, «La filosofía de la vida». Al tiempo, los negocios de Toda se vieron afectados por la caótica economía japonesa de la posguerra; este duro revés económico hizo que, el 24 de agosto de 1950, aquel anunciara la decisión de renunciar a su cargo como director general de la Soka Gakkai.

En esa oportunidad, el joven Ikeda le preguntó: «¿Quién será maestro de ahora en adelante?». Toda Sensei respondió: «Aunque no te he causado más que problemas, seguiré siendo tu mentor», afirmando con ello el lazo indestructible de maestro y discípulo.

El joven Ikeda se esforzó denodadamente por apuntalar los negocios de su mentor y ayudarlo a superar la crisis financiera. En lo profundo de su corazón, decidió crear las condiciones para que Toda Sensei retomara el pleno liderazgo como presidente de la Soka Gakkai.

Para poder colaborar más estrechamente con él, también resolvió interrumpir sus estudios nocturnos. En respuesta, Toda Sensei le dijo que él se ocuparía de enseñarle de manera particular y de darle una educación amplia, superior a la que podría obtener en una universidad. Esa formación personal, conocida como la «Universidad Toda», prosiguió durante casi un decenio, hasta un año antes de su fallecimiento.

En este ámbito de intenso intercambio, Toda Sensei transmitió a su más preciado discípulo los planes que venía esbozando para el futuro. Entre ellos, la fundación de un diario institucional —el Seikyo Shimbun— desde el cual librar la batalla de la palabra escrita en bien del kosen-rufu, y, además, el establecimiento de la Universidad Soka. Ambos proyectos se hicieron realidad a partir de estos diálogos entre el maestro y su discípulo.

La asunción del segundo presidente

Una vez superadas las dificultades económicas, Toda Sensei aceptó asumir la segunda presidencia de la Soka Gakkai en respuesta al pedido de los miembros. La ceremonia de asunción se llevó a cabo el 3 de mayo de 1951 y, en esa oportunidad, anunció su juramento de llevar la membresía de la Soka Gakkai a 750 000 familias.6 En ese momento había apenas 3000 miembros, de modo que nadie pensó que la meta establecida por Toda Sensei fuese realizable.

Antes de asumir la presidencia, aquel había implementado una reestructuración organizativa, instituyendo un sistema basado en «cabildos» como base para el futuro desarrollo; de esta manera, preparó a cada nivel de la organización para asumir el gran desafío del kosen-rufu.

Días antes de su nombramiento oficial, asimismo, el 20 de abril de 1951, había comenzado la publicación del diario Seikyo Shimbun. Los lectores hallaron, en el número inaugural, la primera entrega de una novela escrita por Toda con el seudónimo literario Myo Goku, titulada La revolución humana.7

La «revolución humana» se refería al proceso mediante el cual cada persona, a través de la práctica del budismo Nichiren, podía transformar su estado de vida y, con el tiempo, promover un cambio en el destino de toda la humanidad. El presidente Toda, proclamando el principio de la revolución humana basado en su filosofía de la vida, se dedicó a propagar el budismo Nichiren como una enseñanza accesible y aplicable a todos en el mundo actual.

Después de asumir la presidencia creó, sucesivamente, la División Femenina, la División Juvenil Masculina y la División Juvenil Femenina.

Al mismo tiempo, a comienzos de 1952 y por indicación de Toda, Daisaku Ikeda fue nombrado asesor del cabildo Kamata en Tokio; allí, encabezó una campaña de propagación cuyo resultado fue el ingreso de 201 nuevas familias en el mes de febrero. Esto representó una marca sin precedentes, muy superior al nivel de ingresos mensuales obtenido por cualquier otro cabildo hasta ese momento. Se la llamó la «Campaña de Febrero». A partir de este punto de inflexión, el avance de la Soka Gakkai se aceleró rápidamente en dirección a la meta organizativa de las 750 000 familias.

Toda Sensei venía trabajando en el proyecto de publicar los escritos completos de Nichiren Daishonin. Sabía que esto sería imprescindible para comprender y estudiar correctamente las enseñanzas del Daishonin y, por ende, para impulsar el kosen-rufu, la propagación amplia del budismo Nichiren.

Toda Sensei pidió al eximio estudioso Nichiko Hori que supervisara la edición y compilación de los escritos. En abril de 1952, en coincidencia con el séptimo centenario del establecimiento del budismo Nichiren, se publicó el libro Nichiren Daishonin gosho zenshu (Obras completas de Nichiren Daishonin). Desde ese momento, cada miembro de la organización utilizó este volumen para estudiar seriamente las enseñanzas del Daishonin; en toda la Soka Gakkai, se consolidó el espíritu de basar todo en los escritos del Daishonin.

La batalla contra la tendencia «diabólica» del poder

En abril de 1955, la Soka Gakkai promovió su primer candidato electoral en los comicios de las asambleas locales. Tomó esa decisión considerando el mandato de «establecer la enseñanza correcta para asegurar la paz en la tierra», que el Daishonin había expuesto en el transcurso de su lucha por la felicidad del pueblo y la pacificación de la sociedad.

En 1956, Ikeda inspiró un enorme movimiento de propagación en toda la región de Kansai, al oeste de la isla principal de Japón; en mayo, el cabildo Osaka logró un aumento sin precedentes en la membresía, con la incorporación de 11 111 familias en un solo mes. En los comicios de julio de ese año, en contra de todos los pronósticos, un candidato cuya campaña había sido impulsada por Ikeda obtuvo un escaño en la Cámara de Concejales del distrito electoral de Osaka.

Fue un resultado tan sorprendente que uno de los principales diarios del Japón lo informó con el titular «¡Logran lo imposible!».

Los tres candidatos apoyados por la Soka Gakkai habían obtenido escaños en la Cámara de Concejales; a partir de ese momento, la organización quedó en la mira de las autoridades como un movimiento de creciente influencia social. En ese momento, ciertos poderes e intereses comenzaron a movilizarse para coartar a la organización, incluso con procedimientos injustos.

Frente a estos ataques, Ikeda Sensei luchó resueltamente para proteger a los miembros de la Soka Gakkai. En junio de 1957, se dirigió rápidamente a la ciudad de Yubari para responder a la intimidación del Sindicato de Mineros Carboníferos; este gremio estaba vulnerando la libertad de culto de los trabajadores afiliados que eran miembros de la Soka Gakkai. Tras declarar que la organización se opondría rotundamente a cualquier abuso contra sus miembros, Ikeda Sensei trabajó con diligencia para encontrar una solución al conflicto. Estos hechos pasaron a la historia como el incidente del Sindicato de Mineros Carboníferos de Yubari.

El 3 de julio, inmediatamente después de partir de Yubari, Ikeda Sensei fue arrestado injustamente por la policía de la prefectura de Osaka (en lo que luego se conocería como el incidente de Osaka). En abril de ese año (1957) la Soka Gakkai había apoyado a un candidato en una elección parcial del distrito Osaka para cubrir un escaño vacante en la Cámara de Concejales; algunos miembros involucrados en la campaña habían sido acusados de violar la ley electoral. Ikeda Sensei, como persona a cargo de la campaña, fue acusado de orquestar actividades ilícitas sin ninguna prueba de su responsabilidad en los hechos.

El 3 de julio, había sido la misma fecha en que Toda Sensei había salido de la cárcel en 1945. Años después, Ikeda Sensei se referiría a esto en un poema haiku que dice: «En este día de encarcelamiento y liberación [3 de julio] viven los lazos de maestro y discípulo».

Ikeda Sensei fue sometido a duros interrogatorios durante más de 15 días, en los cuales el fiscal lo amenazó: «Si no confiesa su culpabilidad, arrestaremos al presidente Toda». La salud de Toda, en esa época, ya estaba muy frágil; la prisión habría significado su muerte.

Para proteger la vida de su mentor, Ikeda Sensei aceptó temporalmente los cargos, decidido a demostrar luego su inocencia en el fuero judicial. El 17 de julio fue liberado de la Penitenciaría de Osaka.

Durante los cuatro años y medio siguientes, libró una extensa batalla legal que concluyó el 25 de enero de 1962, cuando fue sobreseído de todos los cargos. El fiscal aceptó el fallo de la corte y desistió de apelar.

Encomendar el kosen-rufu a los sucesores

El 8 de setiembre de 1957, Toda Sensei dio a conocer su «Declaración para la abolición de las armas nucleares»8 que marcaría el inicio y la idea fundamental de todo el movimiento de paz de la Soka Gakkai.

En esta declaración, basado en el principio budista sobre la dignidad y el carácter sagrado de la vida, identificó las armas nucleares como una creación diabólica que amenazaba con privar a toda la humanidad de su derecho inalienable a la vida; más aún, señaló que el uso de estas armas constituía el mal absoluto.

En diciembre de 1957, la Soka Gakkai alcanzó una membresía de 750 000 hogares; de esa manera, cumplió el objetivo que Toda Sensei había jurado lograr en vida. En marzo del año siguiente, construyó y donó un edificio llamado Gran Salón de Conferencias, en el templo principal Taiseki-ji de la Nichiren Shoshu. Allí, el 16 de marzo se reunieron seis mil jóvenes de todo el país liderados por Ikeda Sensei, y celebraron junto a su maestro una ceremonia en la cual este les transfirió todos los aspectos del kosen-rufu. En esa oportunidad, el presidente Toda declaró: «¡La Soka Gakkai es la campeona del mundo religioso!».

El 16 de marzo, fecha en que los jóvenes sucesores asumieron el deseo y el gran juramento del kosen-rufu como legado de su mentor, pasó a ser el «Día del kosen-rufu» para la Soka Gakkai.

Habiendo alcanzado cada una de sus metas, Josei Toda falleció el 2 de abril de 1958, a los 58 años. Basado en la profunda revelación experimentada en la cárcel, había reconstruido la Soka Gakkai y trazado los cimientos inamovibles del kosen-rufu en bien de la posteridad.

3. La época del tercer presidente, Daisaku Ikeda

Tras la muerte de Josei Toda, Daisaku Ikeda asumió la total responsabilidad de la Soka Gakkai en lo concerniente al liderazgo y a la administración, ocupando el flamante cargo de Administrador General (desde junio de 1958). El 3 de mayo de 1960, asumió la tercera presidencia de la organización.

En el discurso que ofreció en esa oportunidad, dijo: «Aunque soy joven, desde este día asumiré el liderazgo como representante de los discípulos del presidente Toda y avanzaré con ustedes un paso más hacia el logro sustancial del kosen-rufu».9 Con este, su primer «rugido de león» como presidente —lanzado en la misma fecha en que su maestro Toda había asumido la segunda presidencia en 1951—, comenzó para la Soka Gakkai un nuevo período de inmenso desarrollo.

El 2 de octubre de ese año, el presidente Ikeda viajó desde el Japón hacia América del Norte y del Sur; fue su primera travesía para propagar las enseñanzas del budismo Nichiren en todo el mundo. En enero de 1961, estuvo en Hong Kong, la India y otros destinos de Asia. En octubre, viajó a Europa e inició así un oleaje de progreso en dirección al kosen-rufu mundial.

De esa forma, Ikeda Sensei abrió un camino sustancial para la «transmisión del budismo al Oeste» y para la difusión de la Ley Mística en el mundo entero, en concordancia con lo predicho por Nichiren Daishonin.

En 1965, con el seudónimo literario de Ho Goku,10 comenzó a escribir la novela La revolución humana, cuyos doce volúmenes fueron publicados en entregas sucesivas en el Seikyo Shimbun, el diario de la Soka Gakkai. Lo inspiró a emprender esta tarea el deseo de transmitir correctamente a las futuras generaciones la historia y el espíritu de la Soka Gakkai.

En el prefacio de la novela, describe el tema principal de la obra: «La gran revolución humana de un solo individuo puede generar un cambio en el destino de un país y, más aún, propiciar un cambio en el rumbo de toda la humanidad».11 La revolución humana narra los esfuerzos y las luchas de los tres presidentes fundadores de la Soka Gakkai, quienes trabajaron para construir los cimientos de la paz y la felicidad de todo el género humano.

Ikeda Sensei siguió registrando la historia de la Soka Gakkai en La nueva revolución humana, una novela en treinta volúmenes que incluso hoy continúa publicándose en el Seikyo Shimbun en capítulos consecutivos.

Un movimiento para la paz, la cultura y la educación

La Soka Gakkai es una organización que forja jóvenes deseosos de contribuir positivamente a la sociedad.

Toda Sensei dijo que a medida que avanzara el kosen-rufu, surgirían numerosos valores humanos que desempeñarán importantes funciones en diversos campos de la sociedad. Además, esperaba que, algún día, la organización llegara a ser un pilar fundamental para el florecimiento de la paz y la cultura en bien de toda la humanidad. Con ese fin, insistía en que debía constituirse como un inmenso movimiento educativo, que pudiera formar personas excelentes, capaces de cumplir esa misión.

Para hacer realidad esa visión, la Soka Gakkai ha promovido un creciente movimiento de paz, cultura y educación bajo el liderazgo de Ikeda Sensei, afirmado en los principios del budismo; esto ha sido una de sus mayores contribuciones a la sociedad.

En respuesta a las sugerencias del presidente Ikeda, la Soka Gakkai ha creado numerosos grupos o departamentos especializados; entre ellos, los de educadores, científicos y académicos, artistas, escritores y autores, y miembros con experiencia o intereses internacionales, así como también de médicos y de profesionales de la salud. El desarrollo de la organización en un espectro más amplio de actividades dio lugar a la formación de grupos de profesionales empresarios, de productores agrícolas y pesqueros, de residentes de islas remotas y de personal dedicado a actividades asistenciales y de apoyo comunitario. También ha fundado instituciones de fomento a las artes y el saber académico, como el Instituto de Filosofía Oriental, la Asociación de Conciertos Min-On y el Museo de Bellas Artes Fuji de Tokio.

En 1964, con el deseo de establecer un movimiento político cuyo eje fuese servir a las personas comunes y a la sociedad, en el Japón se creó un partido político independiente conocido como Komeito, que cuenta con el apoyo de los miembros de la Soka Gakkai.

Ikeda Sensei, asimismo, fundó un sistema de establecimientos educativos basados en la filosofía pedagógica de la creación de valor, postulada por los presidentes Makiguchi y Toda. A este sistema se lo conoce como «educación Soka», formada por jardines de infantes, escuelas primarias y secundarias de ciclo básico y superior, universidades y escuelas de posgrado. Entre ellas se cuentan la Escuela Soka de Segunda Enseñanza Básica y Superior de Tokio (inaugurada en 1968) en Kodaira, Tokio; la Universidad Soka (fundada en 1971) en Hachioji, Tokio; y la Escuelas Soka de Segunda Enseñanza Básica y Superior de Kansai (establecida en 1973, como Escuela Secundaria Soka de Señoritas), en Katano, Osaka. En 2001, se inauguró la Universidad Soka de los Estados Unidos, en Orange County, California.

Al mismo tiempo, Ikeda Sensei fue ampliando su labor de diálogo centrado en la paz, la cultura y la educación en el ámbito mundial.

El 8 de setiembre de 1968, presentó una propuesta para la normalización de las relaciones entre la China y el Japón.12 A comienzos de mayo de 1972, entabló diálogos con el célebre historiador británico Arnold J. Toynbee. Sus conversaciones se extendieron durante 40 horas a lo largo de dos años. Esto marcó el comienzo de una serie de diálogos e intercambios con influyentes líderes y pensadores.

En 1974 y 1975, en plena Guerra Fría entre los bloques Oriental y Occidental, y en un momento en que la China y la Unión Soviética también se hallaban en conflicto, el presidente Ikeda inició una sucesión de viajes a la China, la URSS y los Estados Unidos en los cuales dialogó con sus máximos líderes para abrir caminos de paz y de amistad.

El 26 de enero de 1975, miembros de la Soka Gakkai representantes de 51 países y territorios se reunieron en la isla de Guam, en el Pacífico, para fundar la SGI, designando presidente a Ikeda Sensei.

A partir de 1977, cuando la Soka Gakkai avanzaba a pasos agigantados hacia la meta del kosen-rufu mundial, los sacerdotes de diversos templos de la Nichiren Shoshu comenzaron a hacer acusaciones infundadas contra la organización. Esta maniobra, que se conocería como el primer incidente con el clero, fue perpetrada por una alianza de sacerdotes y exlíderes que traicionaron a la organización, con el propósito de cortar los lazos de maestro y discípulo que había entre Ikeda Sensei —líder del movimiento por el kosen-rufu— y los miembros, controlar la Soka Gakkai y usarla para sus propios fines.

Con la esperanza de restablecer la armonía entre el clero y el laicado, Ikeda Sensei procuró hallar una solución al problema para proteger a los miembros de esos ataques, y encontró que la única forma de hacerlo era renunciar como presidente de la Soka Gakkai. Tras presentar su dimisión en abril de 1979, asumió el título de «presidente honorario».

Una sucesión de honores y reconocimientos

A partir de 1983, Ikeda Sensei comenzó a escribir una propuesta anual de paz cada 26 de enero, en el aniversario de la fundación de la SGI, para conmemorar el día de dicho organismo. Estas propuestas hallaron una excelente acogida en diversos ámbitos del mundo.

Asimismo, ha dictado más de treinta conferencias en universidades e instituciones académicas del orbe, y ha mantenido más de 1600 diálogos con prominentes jefes de Estado, figuras de la cultura, pensadores mundiales y autoridades universitarias. Más de setenta de estos diálogos se han publicado en forma de libro. Entre ellos, sus conversaciones con el doctor Toynbee han sido traducidas a treinta idiomas y reconocidas como «una orientación hacia la cultura global» y «un libro de texto para la humanidad».

Dicha actividad dialógica —verdadera conexión entre diversas culturas y tradiciones religiosas— ha contribuido a fomentar los intercambios entre los pueblos, y a crear entendimiento mutuo y sólidas relaciones entre personas dedicadas al bien.

En 1995 se estableció la Carta de la SGI, que aclara los principios humanísticos preconizados por la organización; en 1996, se fundó el Instituto Toda para la Paz (cuya denominación inicial fue Instituto Toda de Investigaciones sobre Estrategias y Paz Global), con el fin de expandir el legado de enseñanzas y principios establecidos por Josei Toda.

En respuesta a la labor de la SGI por la paz mundial y de sus actividades por la cultura y de la educación, numerosas localidades del mundo han otorgado el nombre de los presidentes Makiguchi, Toda e Ikeda a calles y plazas públicas. Ikeda Sensei ha recibido un sinfín de honores y distinciones conferidas por naciones, municipios y casas de estudios superiores del mundo. Entre ellas, se cuentan medallas nacionales, doctorados y profesorados honoris causa y ciudadanías honorarias de numerosos países y ciudades.

La nueva era del kosen-rufu mundial

En el marco de este progreso global, en 1991, el clero de la Nichiren Shoshu adoptó la medida extrema de excomulgar a millones de miembros de la Soka Gakkai en todo el mundo. (Este episodio y los sucesos circundantes hoy se conocen como el segundo conflicto con el clero). La Soka Gakkai rebatió estrictamente este acto lesivo cometido por un clero corrupto, y señaló que representaba una grave denigración de las enseñanzas de Nichiren Daishonin y una traición a su mandato.

Habiendo triunfado sobre las maniobras del clero, la Soka Gakkai inició una nueva era en la historia del kosen-rufu mundial. Sus miembros están practicando el budismo Nichiren en 192 países y territorios, donde han cosechado elogios y han ganado la confianza de la sociedad por su continuo trabajo de contribución social basado en el humanismo budista.

En noviembre de 2013, en Shinanomachi, Tokio, la Soka Gakkai inauguró un nuevo centro, la Sede del Gran Juramento del Kosen-rufu, que forma parte del complejo edilicio de la sede central.

En la entrada se emplazó un monumento que lleva inscrita la dedicatoria de Ikeda Sensei. Allí se lee: «El kosen-rufu es el camino que conduce a la paz y la prosperidad universales. Es, desde el tiempo sin comienzo, nuestro gran juramento de trabajar por la iluminación de todos los semejantes».

En la Sede del Gran Juramento se reúnen miembros de todo el Japón y del mundo para hacer el gongyo y entonar daimoku. Unidos en su juramento de lograr el kosen-rufu; oran ante el Gohonzon para el Kosen-rufu de la Soka Gakkai, que lleva la inscripción «Para cumplir el gran juramento del kosen-rufu mediante la propagación benevolente de la gran Ley» y redoblan sus esfuerzos con renovada determinación.

Gracias a la labor de la Soka Gakkai, el budismo Nichiren hoy brilla como una gran esperanza en todo el mundo, y como un sol que alumbra a toda la humanidad.

Fechas conmemorativas de la Soka Gakkai

Fecha Acontecimientos
26 de enero1975. Se funda la Soka Gakkai International (SGI) en Guam. Se designa presidente a Daisaku Ikeda.
16 de marzo1958. Josei Toda transfiere el gran juramento ide lograr el kosen-rufu a sus sucesores, los jóvenes, y a Daisaku Ikeda en particular.
3 de mayo1951. Josei Toda asume la segunda presidencia.
Daisaku Ikeda asume la tercera presidencia.
3 de julio1945. Josei Toda sale de la cárcel tras sobrevivir a dos años de reclusión. Emprende la reconstrucción de la Soka Gakkai.
Daisaku Ikeda es injustamente arrestado por la Policía de la Prefectura de Osaka (episodio conocido como el «incidente de Osaka»).
2 de octubre1960. Daisaku Ikeda parte de Japón rumbo a América del Norte y del Sur. Es su primer paso hacia el kosen-rufu mundial.
18 de noviembre1930 Se publica el tratado de Tsunesaburo Makiguchi Soka kyoikugaku taikei (Sistema pedagógico para la creación de valores), acontecimiento que se considera el acto fundacional de la Soka Gakkai.
  • *1El Sutra del loto, op. cit., cap. 7, pág. 140.
  • *2Segunda guerra chino-japonesa: Conflicto militar que comenzó en 1937 con la invasión japonesa a la China y terminó con la derrota del Japón en la Segunda Guerra Mundial, en 1945.
  • *3En esa época, la membresía de la organización se calculaba tomando como base el número de familias.
  • *4El nombre Myo Goku derivaba de su experiencia en prisión, donde había tomado conciencia (go) de la esencia del budismo, la verdad mística (myo) de la no sustancialidad (ku).
  • *5El término «armas nucleares», presente en el título, puede traducirse más literalmente como «bombas atómicas y de hidrógeno», que era la expresión más común en el Japón de esa época para referirse a este tipo de armas.
  • *6IKEDA, Daisaku: Ningen kakumei (La revolución humana), vol. 12, Tokio: Seikyo Shimbunsha, 2013, pág. 490.
  • *7Ikeda reflexiona, con estas palabras, sobre la elección de su seudónimo literario: «El señor Toda usó el seudónimo Myo Goku; el mío será Ho Goku. Si se combina el primer elemento de cada nombre, se forma myoho, la Ley Mística. Goku significa comprender la verdad de la no sustancialidad. El myo de myoho se refiere al estado de budeidad; y ho, a los otros nueve estados. Myo también es la iluminación o el despertar, mientras que ho es la ilusión u oscuridad fundamental. Basados en este principio, podemos decir que myo corresponde al maestro, y ho, al discípulo». Véase Ikeda, Daisaku: Shin ningen kakumei (La nueva revolución humana), vol. 9, Tokio: Seikyo Shimbunsha, 2001, pág. 22
  • *8Ikeda, Daisaku: Ningen kakumei (La revolución humana), vol. 1, Tokio: Seikyo Shimbunsha, 2013, pág. 8.
  • *9En ese momento, no había relaciones diplomáticas entre la República Popular de la China y el Japón, de modo que técnicamente ambos países se hallaban todavía en estado de guerra; el sentimiento antagónico hacia la China y anticomunista en general era muy extendido en el pueblo japonés. Inspirado en la convicción de que la paz con la China sería fundamental para la estabilidad de la región asiática y que la reincorporación de este país a la comunidad internacional sería un factor clave para la paz, Ikeda propuso la normalización de los vínculos entre ambas naciones. Esta propuesta ayudó a establecer el marco previo a las negociaciones que condujeron a la regularización de los vínculos diplomáticos en 1972 y a la firma de un Tratado de Paz y de Amistad en 1978.
  • *10Makiguchi, Tsunesaburo: «Soka kyoikugaku ronshu» (Escritos sobre la educación creadora de valor), en Makiguchi Tsunesaburo zenshu (Obras completas de Tsunesaburo Makiguchi), vol. 8, Tokio: Daisanbunmei-sha, 1984, pág. 406.
  • *11Sintoísmo estatal: Religión nacional que incorporaba tradiciones autóctonas de raíz sintoísta y se propuso como base ideológica para edificar la nación japonesa tras la Restauración Meiji que reestableció el régimen imperial en el país, en 1868. La Constitución Meiji invistió de autoridad religiosa al Emperador y lo elevó a la condición de un monarca absoluto, dotado de plenos poderes soberanos. El gobierno, centrado en el culto a la Diosa del Sol y al Emperador como autoridad absoluta, inició un régimen totalitario argumentando el ejercicio de la autoridad divina y abusó implacablemente de su poder para promover la unificación de pensamiento y alinear a todo el país en apoyo al programa bélico del Japón.
  • *12Ley de Preservación del Orden Público: Instrumento jurídico inicialmente promulgado en 1925 y modificado completamente en 1941 que se utilizó para reprimir la libertad de pensamiento en nombre de la proteger la «política nacional» japonesa y de preservar la paz. Esta ley imponía graves castigos —e incluso la pena de muerte— a quienes se considerara infractores.