Parte 1: La felicidad; Capítulo 7: Felicidad para uno mismo y para los semejantes [7.8]

7.8 El supremo camino de beneficiar a los demás

En estos extractos, el presidente Ikeda recalca que la labor suprema en bien de la felicidad ajena es transmitirles la Ley Mística a los demás.

La realidad de la vida es que las personas, en general, no saben cómo ser felices y, mucho menos, cómo ayudar a sus propios seres queridos a ser dichosos. Muchos líderes políticos y celebridades se muestran solidarios y se interesan por los demás, pero ¿cuántos de ellos realmente se dedican sinceramente al bienestar de sus semejantes?

En las épocas pioneras, nuestro movimiento estaba formado, casi en su totalidad, por gente pobre. Prácticamente ninguno de nuestros miembros tenía título universitario o pertenecía a una clase social acomodada. Pero lo que, sí, tenían era un espíritu sublime. En ellos palpitaba la determinación de ayudar a cada persona a ser feliz; todos vivían con apasionado sentido de la misión, conscientes de estar abriendo nuevas rutas para la humanidad.

No hay forma de vivir más noble que dedicarnos a ayudar a los semejantes y a empoderarlos para que se permitan ser felices.

Nunca olvidaré las palabras de un camarada pionero del movimiento por el kosen-rufu en el Perú: «Lo que me ha sostenido en la vida, además de esta sangre y estos huesos, es el deseo de que el pueblo peruano sea feliz». Esas fueron las últimas palabras que pronunció antes de fallecer.

El señor Toda dijo:

Uno podrá dar comida a los que tienen hambre o dinero a los menesterosos, pero es imposible distribuir equitativamente a las numerosas personas que tienen necesidades. La ayuda material tiene un límite. Y la caridad, aunque es recibida de buen grado, también puede generar dependencia. Los beneficiarios pueden pensar que es natural seguir recibiendo apoyo sin que medie ningún esfuerzo de su parte. La ofrenda más valiosa que uno puede hacer es enseñar a otro el budismo. Esto permite invariablemente incrementar la fuerza vital, ayuda a cada persona a hacer su trabajo y a recuperar su salud. Esta fortaleza interior, como el agua surgente que brota desde lo profundo de la tierra, es inagotable.

Sin duda alguna, este es el supremo camino de impartir beneficios a los demás.

Del libro Conversaciones sobre la juventud II, publicado en japonés en septiembre de 2000.

La «sabiduría para ser feliz y crear la paz» es una selección de las obras del presidente Ikeda sobre temas clave.