Parte 1: La felicidad; Capítulo 7: Felicidad para uno mismo y para los semejantes [7.1]

7.1 «Alegría» significa el regocijo que experimenta uno a la par de los demás

El budismo enseña que debemos procurar la felicidad colectiva de nosotros y de los demás, sin que se requiera sacrificar los intereses de nadie. El presidente Ikeda ha recalcado en numerosas ocasiones que el bienestar debe ser recíproco y que jamás debíamos buscarlo a expensas de la desdicha ajena.

En estos fragmentos, en referencia a los escritos de Nichiren Daishonin, explica la forma de vivir a la cual debemos aspirar como budistas en nuestra búsqueda de la felicidad propia y ajena, basados en el amor compasivo y en la sabiduría.


Nichiren Daishonin declara: «Alegría significa el regocijo que experimenta uno a la par de los demás. […] Tanto uno como los demás se regocijarán juntos, al experimentar su propia sabiduría y amor compasivo».1

La alegría es algo destinado a compartir entre seres humanos. Preocuparse únicamente por el bienestar personal es una actitud egoísta. Por otro lado, plantear que nuestro único interés es la felicidad ajena también conlleva cierta hipocresía. La verdadera satisfacción surge cuando somos felices y procuramos que los demás también lo sean.

El segundo presidente de la Soka Gakkai, Josei Toda, dijo: «Ser feliz uno mismo no es nada difícil; de hecho, es una tarea sencilla. Pero la esencia del budismo Nichiren yace en ayudar a los demás a ser felices en la misma medida».2

Como lo indica el pasaje del Daishonin que cité antes, la felicidad verdadera significa poseer al mismo tiempo sabiduría y amor compasivo; en otras palabras, activar el estado de budeidad. Sin amor compasivo, la sabiduría conduce a una existencia cerrada y restringida. Eso no es un saber genuino. Por otra parte, sin sabiduría y cegado por la necedad, el amor compasivo no sirve de ayuda a nadie, ni siquiera a uno mismo. Alguien así no tiene auténtica solidaridad.

Solo la fe en la Ley Mística abarca sabiduría y amor benevolente a la vez. El Daishonin señala claramente: «Ahora, cuando Nichiren y sus seguidores entonan Nam-myoho-renge-kyo, expresan la alegría de saber que, inevitablemente, serán budas eternamente dotados de los tres cuerpos3».4 Esto, de por sí, representa la «mayor de todas las alegrías».5

El presidente Toda afirmaba que «la felicidad individual y la prosperidad social debían ir de la mano». La satisfacción individual no es una búsqueda egocéntrica; antes bien, es el proceso de consolidar un auténtico humanismo, de cultivar sabiduría y benevolencia en uno y en los otros.

La fuerza del Sutra del loto (Nam-myoho-renge-kyo) hace posible la dicha de los individuos y el desarrollo social.

Del libro La sabiduría del «Sutra del loto», vol. 5, publicado en japonés en septiembre de 1999.

La «sabiduría para ser feliz y crear la paz» es una selección de las obras del presidente Ikeda sobre temas clave.

  • *1The Record of the Orally Transmitted Teachings (Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente), trad. ingl. Burton Watson, Tokio: Soka Gakkai, 2004, pág. 146.
  • *2TODA, Josei: Toda Josei zenshu (Obras completas de Josei Toda), Tokio: Seikyo Shimbunsha, 1984 vol. 4, pág. 378.
  • *3Tres cuerpos: Tres clases de cuerpos que pueden poseer los budas. Son el cuerpo del Dharma, el cuerpo de la recompensa y el cuerpo manifiesto. El primero es la verdad o Ley fundamental con respecto a la cual se ha iluminado un buda. El cuerpo de la recompensa es la sabiduría que permite percibir dicha Ley. Y el cuerpo manifiesto es la conducta solidaria y compasiva del Buda para guiar a los seres a la felicidad.
  • *4Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente, pág. 146.
  • *5Ib., pág. 212.