Parte 1: La felicidad; Capítulo 4:
«Lo importante es el corazón» [4.9]

4.9 En el budismo, ningún esfuerzo es en vano

Cuando nos dedicamos a trabajar por el kosen-rufu, las enfermedades y otras circunstancias adversas actúan como un viento de cola que nos impulsa a establecer una felicidad estable.

En el Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente, Nichiren Daishonin afirma que las funciones de la vida son «rigurosas [sin una sola excepción]» y agrega que en nuestra vida existen todos y cada uno de los tres mil estados contenidos en cada instante.1

Nadie puede eludir la estricta ley causal que opera en el mundo. Es una función inexorable. La suma acumulativa de actos, palabras y pensamientos en esta existencia —las tres clases de acciones— determina la trayectoria de nuestra vida a través del pasado, presente y futuro.

Por eso, Nichiren Daishonin enseña que todo lo que hacemos en aras del kosen-rufu —entonar daimoku, transmitir el budismo a los demás, actuar por la felicidad de los semejantes— genera buenas causas y beneficios en nuestra vida2. De tal manera, no hay necesidad de preocuparse por el cariz momentáneo que adopten las cosas en el corto plazo.

Si están enfermos, piensen que están entrenándose para escalar la cumbre hacia la budeidad. Consideren que están ascendiendo una ladera tras otra y que, finalmente, podrán gozar de la vista más sobrecogedora desde la cúspide más alta. Piensen que están nadando a través de mares embravecidos hacia una lejana isla paradisíaca de esperanza y de felicidad eterna.

Vivan toda su existencia con la convicción de que cada cosa que hacen suma una página de oro a los anales de su propia y sublime victoria eterna.

Cuando uno practica el budismo Nichiren, nada de lo que hace es en vano. Por favor, vivan sin dudar, sin miedo y sin reproches. Nunca olviden que cada cosa que les sucede es una fuerza propulsora que los acercará a la felicidad perpetua.

Cuando uno planta los granos de arroz, aunque algunos maduren más pronto y otros se demoren más, antes de que transcurra un año toda la cosecha estará lista. De la misma manera —nos asegura el Daishonin—, todos los que perseveran seriamente en la fe y en la práctica budista lograrán el noble estado de buda en esta existencia.3

Del mensaje enviado a una reunión general de la prefectura de Iwate, el 16 de septiembre de 1996.

La «sabiduría para ser feliz y crear la paz» es una selección de las obras del presidente Ikeda sobre temas clave.

  • *1Véase Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente, pág. 22.
  • *2El Daishonin escribe: «[T]odos sus actos virtuosos sembrarán en su vida beneficios y plantarán en ella las raíces del bien. Con esta convicción, debe esforzarse en la fe». (El logro de la budeidad en esta existencia, en Los escritos de Nichiren Daishonin, pág. 4.)
  • *3El Daishonin señala: «Si los devotos del Sutra del loto […] practican tal como señala el sutra, todos y cada uno de ellos, sin excepción, lograrán la budeidad sin falta, en esta existencia. Para citar una analogía, si uno siembra en primavera y verano, es seguro que, antes de que transcurra un año, más tarde o más temprano, obtendrá la cosecha». (The Doctrines of Three Thousand Realms [Las doctrinas de los tres mil aspectos], en The Writings of Nichiren Daishonin, vol. 2, pág. 88.)