Parte 3: El kosen-rufu y la paz mundial
Capítulo 30: La División Futuro, un tesoro de la Soka Gakkai [30.6]

30.6 La vida es un tesoro en sí misma

En esta orientación, el presidente Ikeda recalca que valorar la vida es el corazón de la verdadera educación humanística y es el punto más esencial que debemos transmitir a los miembros de la División Futuro.

Una de las figuras más respetadas de la historia okinawense es Saion, un gran estadista filósofo que, en el siglo XVIII, construyó las bases de la época de oro del reino de Ryukyu (actual Okinawa). Hombre de notable claridad para ponderar el pensamiento y la conducta humanos, Saion contó la siguiente historia sobre el encuentro de un muchacho con un anciano.

Un día, un joven dijo al anciano, no sin orgullo:

—Poseo una espada que ha estado en manos de mi familia a lo largo de muchas generaciones. ¡La lustro todos los días, sin faltar una sola jornada a mi tarea!

El anciano le preguntó:

—¿Tienes algún otro tesoro además de esa espada? —No… Es lo único que tengo.

—Ah… —comentó el anciano—. Pero la espada es un tesoro muy pequeño, comparado con otro que posees y que es el bien más preciado de todos. Ese tesoro eres tú mismo.1

Lo que el anciano le quería decir es: ¿Por qué no pules con la misma diligencia el tesoro de tu vida? El joven se sintió conmovido por las palabras de aquel hombre y agradecido por tan importante lección.

Es algo que concuerda con las enseñanzas del budismo. El punto esencial al cual siempre hay que volver es uno mismo; nuestra vida misma. Y esto es lo que quiero destacar.

Vivir con dignidad y revelar el pleno potencial deslumbrante de nuestro humanismo… ¿Hay algo que pueda superar este tesoro? Cuando uno se aboca a esta tarea, puede hallar felicidad verdadera y paz genuina, y ser capaz de convivir con el mundo natural que lo rodea. Este debería ser, también, el propósito de toda actividad científica y tecnológica.

Ahora, que hemos llegado al umbral del siglo XXI, el género humano debe reafirmar esta verdad esencial. Es tiempo de retornar al punto de partida del ser humano.

La vida, en sí, es un tesoro. Esta es la filosofía que atesora el pueblo de Okinawa. Y el respeto a la vida es, al mismo tiempo, la base de la educación humanística.

Como la vida es tan valiosa, matarla y librar guerras es algo absolutamente equivocado. Es un principio sencillo pero fundamental, que debe transmitirse rigurosamente a la generación siguiente, que dará forma al siglo XXI.

Además de este principio sagrado, creo que el mejor camino es educar y alentar a nuestros jóvenes con calidez y amplitud de criterio, para que dispongan de libertad suficiente y de espacio necesario a fin de crecer y desplegar su potencial.

Del discurso pronunciado en una reunión de la sede central para responsables de la Soka Gakkai, celebrada en Tokio el 18 de julio de 2000.

Sabiduría para ser feliz y crear la paz es una selección de las obras del presidente Ikeda sobre temas clave.

  • *1Véase Saion Zenshu (Obras completas de Saion), edit. por Hideaki Sakihama, Tokio: Hompo Shoseki, 1984, pág. 27.