Parte 3: El kosen-rufu y la paz mundial
Capítulo 28: Los tres presidentes fundadores y el camino de maestro y discípulo [28.26]

28.26 Transmitir a la posteridad el espíritu fundacional

En una reunión alusiva al 58.º aniversario de la fundación de la Soka Gakkai, el presidente Ikeda explica que, en el marco de los diez mil años o más del Último Día de la Ley, la Soka Gakkai aún se encuentra en su fase inicial. Exhorta a los miembros a perpetuar el espíritu fundacional de los primeros tres presidentes y a seguir construyendo las bases del kosen-rufu.

La Soka Gakkai ha enfrentado numerosas adversidades y ha superado cada una de ellas. Esto es la comprobación y el honor de los verdaderos discípulos del Daishonin.

Nuestro presidente fundador, Tsunesaburo Makiguchi, solía declarar: «No se puede ser amigo del bien si uno no tiene el valor de oponerse a quienes cometen el mal».1 Sin el valor de combatir la injusticia, somos cómplices de ella.

También decía que las funciones demoníacas no se molestan en atacar a los que practican la Ley Mística solo por interés personal, pero que los tres obstáculos y los cuatro demonios2 invariablemente se ensañan y se ceban con los que se oponen al gran mal y luchan contra él. Afirmaba que, de hecho, la aparición de estos obstáculos nos permitía llamarnos «practicantes» [en vez de ser meros «creyentes»].3

Con esa convicción y ese compromiso se esforzó el señor Makiguchi, basado en las enseñanzas del Daishonin. Fiel a sus palabras, batalló con determinación incólume, aun sometido a la persecución del gobierno militarista japonés, que se había aliado con el culto sintoísta estatal.

El 18 de noviembre de 1944, exactamente catorce años después de los albores de la Soka Gakkai, nuestro fundador fallecía en una cárcel helada, a causa de sus creencias. Tenía 73 años. Desde ese momento, el noble espíritu fundacional que él encarnó se convirtió en nuestro digno e inmortal legado.

El segundo presidente, Josei Toda, mantuvo la convicción de su mentor levantándose solo. Yo, el tercer presidente, me lancé a trabajar como discípulo del señor Toda, siguiendo sus huellas. Persistí sin tregua, con dedicación absoluta, sin apartarme del camino de maestro y discípulo. Por tal motivo, no tengo miedo a nada ni tengo una sola cosa que reprocharme.

Este legado de perseverancia invencible en medio de la adversidad, templado por los primeros tres presidentes, es el latido que palpita en el eterno espíritu de Gakkai.

Comparado con la edad que tenía el señor Makiguchi cuando falleció, yo todavía soy joven (a mis 60 años). Estoy decidido a contribuir al kosen-rufu diez o veinte veces más que hasta ahora.

En especial, espero que ustedes, los miembros de la División de Jóvenes, se esfuercen con toda su fuerza y pasión. Esto es en su propio beneficio, y es la misión natural de la juventud. Mi esperanza es verlos continuar y propagar el espíritu fundador de los tres primeros presidentes a lo largo del vasto futuro inexplorado, y desarrollar una visión fascinante del kosen-rufu.

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Nuestra gran travesía en pos del kosen-rufu seguirá durante los más de diez mil años del Último Día de la Ley, hacia el infinito futuro. Si consideramos esa dimensión impresionante, todavía estamos en la fase fundacional de nuestro movimiento.

La palabra «fundación» viene del latín fundus, que significa «base» o «fondo».

No podemos construir basamentos firmes sin prevalecer ante toda clase de dificultades y retos. Todos los conflictos y problemas que hoy están surgiendo son para que fortalezcamos nuestros cimientos y estos puedan durar para siempre. Estoy seguro de que esto concuerda con la voluntad del Buda. En el budismo, todo posee un profundo significado. Solo podemos trazar bases firmes para nuestra magnífica meta del kosen-rufu mundial en la medida en que enfrentamos y superamos todos los obstáculos con fe valerosa, y coronamos nuestro esfuerzo con una victoria. Les pido que, armados de esa potente convicción, superen cada obstáculo con actitud jubilosa y avancen con una sonrisa alegre y brillante.

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El señor Toda siempre decía que nuestro propósito era permitir a todos manifestar el estado de budeidad; es decir, revelar su máximo potencial humano. Eso, explicaba, también sentaría las bases de la paz mundial y daría felicidad verdadera a nuestro planeta.

En el mundo hay muchos movimientos, con distintos objetivos. Pero ninguno posee una meta tan noble como el nuestro, cuyo propósito es el kosen-rufu, ni tiene una práctica y unos principios tan firmes para lograr su cometido.

Mi maestro también señalaba que éramos compañeros desde el tiempo sin comienzo, unidos por el mismo sentido de propósito, y que habíamos surgido juntos desde ese espléndido mundo eterno para vivir en este mundo saha de conflictos.4

El propósito de nuestro movimiento por el kosen-rufu es la dicha de todas las personas en el Último Día de la Ley. Hemos nacido en diferentes partes del planeta —en el Reino Unido, Francia, Alemania, los Estados Unidos, el Brasil…— para cumplir esa misión.

Estoy seguro de que todos enfrentan problemas personales. Pero han elegido voluntariamente nacer con estas circunstancias. Son todos valientes Bodisatvas de la Tierra5 que, de acuerdo con su propio juramento y misión, se han puesto en marcha para crear paz y felicidad en los lugares donde viven. Nunca olviden su noble función y el significado de que hayan nacido en este mundo.

Trabajemos juntos para proteger nuestra comunidad de fe pura, alegre y armoniosa, y para expandir el reino de felicidad de la Ley Mística en el mundo actual, atravesado de aflicciones.

Del discurso pronunciado en una reunión de gongyo para conmemorar el 58.º aniversario de la fundación de la Soka Gakkai, celebrada en Tokio el 18 de noviembre de 1988.

Sabiduría para ser feliz y crear la paz es una selección de las obras del presidente Ikeda sobre temas clave.

  • *1Makiguchi, Tsunesaburo: Makiguchi Tsunesaburo Zenshu (Obras completas de Tsunesaburo Makiguchi), Tokio: Daisanbunmei-sha, 1983, vol. 6, pág. 71.
  • *2Tres obstáculos y cuatro demonios: Diversos obstáculos e impedimentos que buscan obstruir la práctica del budismo. Los tres obstáculos son: 1) el obstáculo de los deseos mundanos; 2) el obstáculo del karma; 3) el obstáculo de la retribución. Los cuatro demonios son: 1) el impedimento de los cinco componentes; 2) el de los deseos mundanos; 3) el de la muerte; 4) el del Rey Demonio.
  • *3Véase Makiguchi, Tsunesaburo: Op. cit., vol. 10, págs. 152-153.
  • *4Mundo saha: El mundo en que vivimos los hombres, colmado de sufrimientos. A menudo se lo traduce como «mundo donde se resiste». En sánscrito, saha denota la tierra; deriva de una raíz que significa «soportar» o «resistir». Por tal razón, en las versiones en chino de las escrituras budistas, saha se traduce como «resistencia» o «tolerancia». En este contexto, «mundo saha» significa el lugar donde los seres humanos se exponen a padecer sufrimientos.
  • *5Bodisatvas de la Tierra: Hueste inmensurable de bodisatvas que irrumpen del seno de la tierra y a quienes el buda Shakyamuni confía la propagación de la Ley Mística o esencia del Sutra del loto en el Último Día de la Ley.