Parte 3: El kosen-rufu y la paz mundial
Capítulo 28: Los tres presidentes fundadores y el camino de maestro y discípulo [28.16]

28.16 El 3 de julio, solemne Día del Maestro y el Discípulo

En un período de profunda división ideológica en la escena política del Japón, la Soka Gakkai propuso candidatos dispuestos a defender los intereses del pueblo, largamente ignorados, y a trabajar para construir una sociedad de paz y de derechos humanos. Esto también marcó el inicio de una feroz batalla contra la naturaleza demoníaca de la autoridad. En julio de 1957, el joven Daisaku Ikeda fue detenido y encarcelado dos semanas bajo el pretexto de una acusación falsa presentada por las autoridades. Aquí, el presidente Ikeda describe cómo afrontó todo el peso de los ataques para proteger su maestro Toda, a la Soka Gakkai y a los miembros.

El 3 de julio es la fecha en que el presidente Toda salió finalmente de la cárcel, en 1945. Ardía en él la decisión de hacer realidad la noble visión de su maestro, Tsunesaburo Makiguchi, detenido como él, pero muerto en prisión defendiendo hasta el final su creencia.

Es también la fecha en que yo, discípulo directo del presidente Toda, sería encarcelado doce años después, en 1957.

En La apertura de los ojos, Nichiren Daishonin señala que la persecución de las autoridades de la nación será inevitable.1 Exactamente de acuerdo con esta estricta predicción, los presidentes Makiguchi y Toda y yo fuimos perseguidos por las autoridades gubernamentales.

Esto demuestra inequívocamente que la herencia transmitida por el Daishonin —la misión de establecer la enseñanza correcta para asegurar la paz en la tierra y de lograr el kosen-rufu— fluye vigorosamente en la Soka Gakkai.

*

El 3 de julio de 1957, habiendo recibido una cédula de citación para comparecer en el Departamento de Policía de la prefectura de Osaka, inicié el viaje hasta dicho lugar preparado para arrojarme a la corriente turbulenta que me esperaba.

Mi vuelo de Hokkaido hizo escala en el aeropuerto de Haneda, en Tokio, donde estaba esperándome mi maestro. Al verme, me dijo:

—Daisaku, si la muerte decidiera llevarte, correría a tu lado y me arrojaría sobre ti para morir contigo…

Tenía los ojos anegados en lágrimas. Recuerdo con qué aprecio y firmeza abrazó mi delgado cuerpo.

La policía de la prefectura de Osaka me arrestó el 3 de julio a eso de las siete de la tarde… increíblemente, el mismo día y mes en que mi mentor había salido de la cárcel doce años antes.

Por desgracia, algunos miembros de la Soka Gakkai habían infringido las leyes de la campaña electoral durante las elecciones parciales a la Cámara de Concejales celebradas en Osaka ese mes de abril, donde se disputaban puestos de edil, y la organización promovía a un candidato que era miembro. Las autoridades llegaron a la conclusión de que eso había sido parte de una actividad ilícita organizada, que se había perpetrado bajo mis indicaciones como líder de campaña, y por eso me detuvieron acusado de violar la Ley Electoral de Cargos Públicos, pero sin que hubiera prueba alguna. Poco tiempo después de mi detención, me trasladaron a la cárcel de Osaka.

Recordé lo que el presidente Toda a menudo había dicho: «Si alguna vez te encarcelaran (en el contexto de una persecución del gobierno), ¡acepta la posibilidad de pasar en prisión el resto de tu vida y lucha sin cesar hasta el final!».

Sin esa determinación, nadie puede luchar por sus convicciones estando preso.
Fui sometido a duros e interminables interrogatorios día y noche. En Osaka el clima era muy caluroso y húmedo, con temperaturas hasta de 30 grados. Era inocente; no tenía ningún delito que reconocer. Pero el fiscal me hizo saber sus arteras intenciones. Si no confesaba, allanaría la sede central de la Soka Gakkai y detendría al presidente Toda.

Mi maestro ya estaba muy débil y volver a la cárcel podía significarle la muerte. Por lo tanto, para protegerlo, decidí que lo mejor sería, de momento, admitir la responsabilidad en esa instancia y preparar mi defensa para salir sobreseído cuando el caso llegara a tribunales.

Fue así como el 17 de julio, dos semanas después de mi arresto, me dejaron salir de la Penitenciaría de Osaka.

De la serie de ensayos «Resplandor del siglo de la humanidad», publicada en japonés en el Seikyo Shimbun el 7 de julio de 2006.

Sabiduría para ser feliz y crear la paz es una selección de las obras del presidente Ikeda sobre temas clave.

  • *1Véase La apertura de los ojos, en Los escritos de Nichiren Daishonin, pág. 251.