Parte 3: El kosen-rufu y la paz mundial
Capítulo 23: Valorar a cada persona [23.7]

23.7 El espíritu de la Soka Gakkai, esencialmente, es la empatía

El presidente Ikeda cita un pasaje de una carta profundamente alentadora que Nichiren Daishonin envió a su discípulo Toki Jonin, cuya esposa, la monja laica Toki, estaba enferma. A continuación, se refiere a la loable empatía que se pone de manifiesto en actos como el aprecio a los que trabajan sin esperar reconocimiento y el cuidado a los que están sufriendo.

En una carta que el Daishonin escribió a Toki Jonin durante el gélido invierno en el monte Minobu, señala:

Me preocupa la dolencia de su esposa, la monja laica Toki, como si yo mismo estuviera enfermo; oro día y noche a las deidades celestiales para que ella se recupere. La monja laica ha apoyado al devoto del Sutra del loto con acciones como alimentar de aceite las lámparas o esparcir tierra sobre las raíces de los árboles. Estoy implorando a las deidades del Sol y la Luna que protejan su vida, ¡aunque ellas mismas deban dejar su vida en el intento!

Si hubiera quedado pendiente algún otro asunto en esta carta, se lo transmitiré luego por intermedio de [su hijo] Iyo-bo. Quédese tranquilo que haré todo lo que esté a mi alcance.1

El Daishonin siempre se preocupaba y velaba por las personas que se esforzaban y trabajaban entre bambalinas. Al saber que la monja laica Toki estaba enferma, dice que siente en carne propia el padecimiento de esta creyente, y que está orando por su rápida recuperación. Esto ejemplifica a la perfección el inmenso amor compasivo de Nichiren Daishonin, el Buda del Último Día de la Ley. El Daishonin siempre se preocupaba y velaba por las personas que se esforzaban y trabajaban entre bambalinas.

Al saber que la monja laica Toki estaba enferma, dice que siente en carne propia el padecimiento de esta creyente, y que está orando por su rápida recuperación. Esto ejemplifica a la perfección el inmenso amor compasivo de Nichiren Daishonin, el Buda del Último Día de la Ley.

Siento profundamente que este espíritu del Daishonin nos muestra cómo debemos vivir los que practicamos sus enseñanzas. En última instancia, lo que cuenta no son las apariencias externas ni el poder mundano, sino nuestro esfuerzo por atesorar a los que sufren y a los que trabajan sinceramente por el kosen-rufu. Nunca olvidemos que la esencia del humanismo genuino es alentar y cuidar a los demás, de esta manera.

La Soka Gakkai ha crecido tanto y ha logrado un desarrollo tan notable porque sus miembros jamás han perdido este espíritu y porque han trabajo de todo corazón por la felicidad de sus semejantes. Este es el orgullo y la fuerza de la Soka Gakkai.

Del discurso pronunciado en una reunión nacional de líderes de la División Femenina, celebrada en Tokio el 29 de noviembre de 1989.

Sabiduría para ser feliz y crear la paz es una selección de las obras del presidente Ikeda sobre temas clave.

  • *1Prayer for the Lay Nun’s Recovery (Una oración por la salud de la monja laica), en The Writtings of Nichiren Daishonin, vol. 2, pág. 666.