Parte 1: La felicidad; Capítulo 2:
Cultivar un estado de vida feliz [2.5]

2.5 La felicidad se encuentra allí donde estamos

Los escritos de Nichiren Daishonin nos muestran que podemos construir un estado de felicidad inquebrantable en nuestra vida, aquí y ahora.

En el Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente, Nichiren Daishonin explica el siguiente pasaje del capítulo 28.o del Sutra del loto —«El aliento del bodisatva Sabio Universal»— que dice: «Esta persona no tardará en ir hasta el lugar de la iluminación»,1 y comenta:

Las palabras «esta persona» se refieren al practicante del Sutra del loto. El lugar donde practica y honra dicha enseñanza es el «lugar de la iluminación» hacia el cual se encamina. Pero no es que deba marcharse del lugar donde está e irse a otro sitio. Ese «lugar de la práctica o iluminación» es el sitio donde habitan los seres de los diez estados.2 Y ahora los lugares donde Nichiren y sus seguidores entonan Nam-myoho-renge-kyo, ya sea «en valles de montaña o en extensos yermos»,3 son todos la Tierra de la Luz Tranquila. A esto se refiere el término «lugar de la iluminación4».5

«Esta persona» indica al practicante o devoto del Sutra del loto. En sentido específico, denota a Nichiren Daishonin, mientras que, en sentido general, se aplica a todas las personas que practican Nam-myoho-renge-kyo de las tres grandes leyes secretas y creen en él. El lugar donde las personas practican la fe en la enseñanza budista correcta es el «lugar de la iluminación» hacia el cual va el practicante; en otras palabras, el sitio donde nos esforzamos por lograr la budeidad en esta existencia.

No hay por qué alejarnos de este conflictivo mundo saha para ir en busca de otra tierra pura, ideal y paradisíaca. El «lugar de la iluminación» no es otro que la morada de los seres que vivimos en los diez estados. Ahora, el lugar donde residen Nichiren Daishonin y sus discípulos que entonan Nam-myoho-renge-kyo es la Tierra de la Luz Tranquila, o la tierra de Buda, así se trate de «valles de montaña» o de «extensos yermos».6 El Daishonin afirma que ese es el «lugar de la iluminación». El sitio donde vive cada practicante se convierte en la Tierra de la Luz Tranquila. Este pasaje alude a la profunda fuerza transformadora que encierra cada instante vital.

La gente tiende a pensar que la felicidad es un estado abstracto e hipotético, separado de sus circunstancias actuales. Por ejemplo, muchos imaginan que serían felices si lograran mudarse a otro lugar, o que podrían tener una vida más agradable y cómoda si cambiaran de trabajo. Uno siempre cree que el césped es más verde en la casa del vecino, y vive depositando sus expectativas de cambio en las situaciones externas. Los jóvenes, en especial, son proclives a esta forma de pensar.

Sin embargo, todos tenemos distintas misiones que cumplir, y los ámbitos donde debemos desenvolvernos también son diferentes. La victoria en la vida suele ser de las personas que deciden echar firmes raíces allí donde están y siguen viviendo con persistencia y esperanza, mientras lidian con su propia realidad. Nuestra existencia debe tener claro un sentido de propósito. Por tal razón, les digo: «Para encontrar agua, hay que cavar donde uno tiene los pies», y «Vivan siendo fieles a ustedes mismos».

En síntesis, la verdadera satisfacción y la felicidad más auténtica solo se pueden hallar dentro de uno mismo. La Ley Mística es el principio fundamental de la vida. A través de nuestra práctica budista, podemos tomar contacto con la fuerza de la Ley Mística que nos impulsa a seguir adelante. Por eso, el lugar donde llevamos a cabo la práctica del budismo, y también la sociedad, se convierten en una tierra de Buda. Podemos convertir el sitio donde estamos viviendo en un escenario de victoria y de dicha profunda.

Del discurso pronunciado en una actividad de capacitación conjunta para el territorio de Toshima y la División de Estudiantes Universitarios, en Tokio, el 7 de diciembre de 1986.

La «sabiduría para ser feliz y crear la paz» es una selección de las obras del presidente Ikeda sobre temas clave.

  • *1El Sutra del loto, Tokio: Soka Gakkai, 2014, cap. 28, pág. 319.
  • *2Diez estados: Son el estado de infierno, el de las entidades hambrientas, el de los animales, el de los asuras, el de los seres humanos, el de los seres celestiales, el de los que escuchan la voz, el de los que toman conciencia de las causas, el de los bodisatvas y el de los budas. También se los mencionan como los diez estados de infierno, hambre, animalidad, ira, humanidad, éxtasis, aprendizaje, comprensión intuitiva, bodisatva y budeidad.
  • *3El Sutra del loto, cap. 21, pág. 271.
  • *4Véase Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente, pág. 192.
  • *5Esta traducción del Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente ha sido modificada para reflejar cambios en el texto traducido de El Sutra del loto.
  • *6El Sutra del loto, cap. 21, pág. 271.