Parte 3: El kosen-rufu y la paz mundial
Capítulo 31: Una gran ruta hacia la paz mundial [31.2]

31.2 La «torre de los tesoros» que simboliza el respeto a la dignidad de la vida

La inmensa torre enjoyada descrita en el capítulo «El surgimiento de la torre de los tesoros» (11.º) del Sutra del loto simboliza la magnitud colosal y la dignidad universal de la vida. Este es el momento —dice el presidente Ikeda— de establecer una época de profundo respeto al ser humano.

La vida es una torre de tesoros. Su dimensión es tan gigantesca como el universo. Cada vida pesa más que la tierra… Cada persona es más importante que la nación. Esta convicción es la base de nuestro humanismo Soka.

Estamos comprometidos con la tarea de construir grandes «torres de los tesoros» que exalten el respeto a la dignidad de la vida en toda la sociedad y en el mundo. Lo que hacemos en nuestro movimiento no es solo difundir la filosofía del respeto a la dignidad de la vida; ayudamos a un sinfín de personas a revelar su propia y valiosa «torre de los tesoros» interior, haciéndola brillar de nobleza y de felicidad. No hay empresa más sagrada. Cada miembro de la Soka Gakkai es un emisario del Buda; es alguien que lleva a cabo la labor del Buda.

Vivimos rodeados por torres de impulsos egoístas que se yerguen hasta el cielo; torres de autoritarismo que obstruyen el sol; torres de oropel que exaltan el poderío económico; torres de dominación militar que proyectan siniestras sombras de muerte. El siglo XX señaló el apogeo y la proliferación de esas torres ominosas en todo el mundo. Pero también, en ese período, se reveló más claramente su fragilidad y se empezaron a resquebrajar sus cimientos, que habían parecido tan fuertes.

Nuestra lucha es para reemplazarlas por torres de humanismo, torres de felicidad, torres de vida. Pero, precisamente porque estamos explorando nuevos caminos para la humanidad, nos resulta inevitable enfrentar obstáculos.

Se ha dicho que el siglo XX ha sido una centuria de revolución y de guerras, en que el mito de la nación-Estado como institución sacrosanta alcanzó proporciones épicas y ocasionó un reguero de destrucción y de calamidades. El culto a la nación-Estado, el culto a la fuerza colectiva, el mito del nacionalismo, tuvieron como epítome el estalinismo —desde la izquierda— y el fascismo —desde la derecha—. Asimismo, el culto al poder culminó en el desarrollo de las armas nucleares; el hongo de la explosión atómica es la gran torre de las fuerzas perversas que exterminan la vida.

Y, de este modo el siglo XX ha llegado a ser, más que ningún otro, la centuria de la «megamuerte». El género humano ha experimentado con brutal contundencia la estupidez y el sufrimiento causados por la creencia en la infalibilidad del Estado. Pero, paralelamente, en la segunda mitad del siglo XX comenzó a echar raíz una nueva esperanza simbolizada por el respeto a la dignidad humana.

En 1951, en la mitad de la centuria, el segundo presidente de la Soka Gakkai declaró que lograría el kosen-rufu. [En su discurso de asunción de la presidencia, anunció: «Juro que, en esta existencia, expandiré nuestra membrecía a 750 000 familias».] Ese fue, también, el año en que se creó la División de Jóvenes de nuestra organización. Así pues, su misión quedó clara desde el principio. Había llegado la hora de construir torres alhajadas de respeto a la dignidad humana.

Creo que el próximo período será una época de la vida, es decir, una era donde se instaure el respeto a la dignidad de cada persona. Lo he recalcado durante muchos años; he venido diciendo que esta es la única esperanza de sobrevivir que tiene la humanidad. De a poco, las personas lúcidas del mundo comienzan a ver que es imposible respetar la dignidad del ser humano sin respetar la dignidad de la vida. Se ha vuelto evidente que el antropocentrismo egoísta, la codicia desenfrenada, el creer que algunos tienen un derecho natural superior a otros, solo llevará a la humanidad a la ruina.

La dimensión universal de la Torre de los Tesoros que describe el Sutra del loto nos enseña que el sujeto es más importante que cualquier Estado. Nuestro movimiento que promueve la paz, la cultura y la educación basado en el budismo, este movimiento por el kosen-rufu, está mostrando la nobleza del ser humano, tanto en sentido filosófico como en la práctica real.

Del discurso pronunciado en una reunión de líderes del División de Jóvenes, celebrada en Tokio el 14 de julio de 1991.

Sabiduría para ser feliz y crear la paz es una selección de las obras del presidente Ikeda sobre temas clave.