Parte 3: El kosen-rufu y la paz mundial
Capítulo 21: Una vida dedicada al kosen-rufu [21.4]

21.4 Lo que distingue a una religión viva es su trabajo por edificar una sociedad próspera y pacífica

En su tratado Sobre el establecimiento de la enseñanza correcta para asegurar la paz en la tierra, presentado al gobernante del país, Nichiren Daishonin lamenta que la población tenga que vivir a merced de sufrimientos interminables, como consecuencia de los desastres naturales, el hambre y las epidemias. En esta obra, declara que la única manera de aliviar esa aflicción es abrazar una sólida filosofía de respeto a la dignidad de la vida. El presidente Ikeda explica que el propósito de «establecer la enseñanza correcta para asegurar la paz en la tierra» es el corazón del budismo Nichiren y un pilar central de la Soka Gakkai.

Se dice que todas las enseñanzas que expuso el Daishonin a lo largo de su vida comienzan y terminan en el tratado Sobre el establecimiento de la enseñanza correcta para asegurar la paz en la tierra.

En este texto palpita su inmenso amor a la humanidad, su ferviente deseo de que las personas sean felices y de construir una sociedad de paz, basada en la enseñanza correcta del budismo.

Perfectamente de acuerdo con este principio, dispuestos a «establecer la enseñanza correcta para asegurar la paz en la tierra», los miembros de la Soka Gakkai hemos promovido el kosen-rufu superando toda clase de hostilidades y persecuciones. Tengo la absoluta convicción de que el Daishonin reconoce y aplaude nuestros esfuerzos.

Como afirma en este tratado: «Si a usted le importa su seguridad personal, debe ante todo orar por el orden y la tranquilidad en los cuatro sectores del territorio, ¿no lo cree así?»1.

Si deseamos la felicidad personal —dice— debemos primero orar por la seguridad y la prosperidad en el ámbito social y por la paz del mundo.

Mientras las guerras y los desastres naturales convulsionen la tierra, será imposible que la población sea feliz. No es cuestión de esforzarnos solo por nuestro bienestar personal. La felicidad verdadera solo puede lograrse si oramos por una sociedad pacífica y próspera, y trabajando para hacerla realidad.

Cuando vivimos de esta manera, podemos romper los límites de nuestro yo inferior, y construir una vida realmente valiosa y plena.

El señor Toda le decía a los integrantes de la División Juvenil: «¡Piensen cómo cambiar la sociedad y qué necesitan hacer para construir un mundo ideal! ¡Quiero que basen todas sus acciones en esta perspectiva a largo plazo!».

Me gustaría que ustedes, los jóvenes, señalen el camino para construir una sociedad ideal. Espero que se involucren activamente en la comunidad, que hagan cuanto esté a su alcance por ayudar a sus semejantes, y que sean personas que contribuyan al lugar donde viven. Esta es la esencia del budismo Nichiren.

El ser humano es la base de las sociedades y naciones; la conducta humana se modela a partir de las ideas, los principios filosóficos y las creencias religiosas.

El estado de una sociedad, en gran medida, depende de los principios rectores y las metas que orienten la vida de sus integrantes. Por eso es tan importante que cada persona posea una sólida filosofía de vida. Así pues, nuestro movimiento por el kosen-rufu es una lucha por lograr el ideal de «establecer la enseñanza correcta para asegurar la paz en la tierra».

En otro escrito, el Daishonin observa: «En última instancia, los desastres continuarán sin tregua, a menos que logremos demostrar la supremacía de esta enseñanza [de Nam-myoho-renge-kyo].2

El foco del budismo está en la victoria. La paz y la prosperidad, en sentido genuino, solo se pueden lograr cuando florecen principios rectos y cuando prevalecen lo correcto y lo justo.

La vida es una contienda. Podemos obtener resultados triunfales solo en la medida en que oramos seriamente, nos esforzamos al máximo y somos consecuentes en las acciones. Seamos personas triunfadoras en todas las esferas mediante el trabajo persistente y el diálogo sincero.

El Daishonin sufrió tremendas persecuciones a raíz de confrontar a las autoridades del gobierno. ¿Por qué, sabiendo que sería perseguido, escribió Sobre el establecimiento de la enseñanza correcta para asegurar la paz en la tierra? En su escrito Razones por las cuales escribí «Sobre el establecimiento de la enseñanza correcta para asegurar la paz en la tierra» aclara sus intenciones: «Mi único propósito al hablar así es el bienestar de la nación, de la Ley y de los demás, no mi propio beneficio».3

El Daishonin, Buda del Último Día de la Ley, vivió dispuesto a proclamar la verdad con osadía, en bien del budismo, de la paz y del pueblo.

El señor Toda dijo: «Incluso cuando el Daishonin estaba a punto de ser decapitado, o cuando la nieve y el frío lo atormentaban en el crudo invierno de Sado, ¿no dijo acaso que él era el pilar, los ojos y el gran navío del Japón, y no siguió trabajando abnegadamente por la felicidad de la gente? ¡Retornemos a esa identidad firme que todos poseemos dentro y luchemos con todo lo que tengamos!».

La Soka Gakkai ha propagado ampliamente en todo el mundo una red de paz, cultura y educación, basada en el budismo Nichiren. Siempre enfocada en crear felicidad para todos mediante la filosofía de la revolución humana, ha promovido el diálogo entre civilizaciones en el ámbito global, inspirada en el deseo de construir una sociedad de armonía y convivencia.

El Daishonin escribe: «La persona de sabiduría no es la que practica el budismo alejada de los asuntos mundanos, sino, antes bien, la que comprende cabalmente los principios con los que el mundo se gobierna».4

Estamos comprometidos a desplegar la sabiduría del budismo en la sociedad y, de esa manera, contribuir positivamente al mundo de hoy. Esa es la forma de hacer brillar el budismo como religión mundial rebosante de vitalidad.

Prominentes líderes y pensadores en todos los continentes, están elogiando nuestro movimiento por sus contribuciones a la humanidad. Los miembros de la Soka Gakkai, habiendo heredado el espíritu del Daishonin, estamos practicando de acuerdo con sus enseñanzas. Por eso, hoy somos el «pilar de la paz» del mundo, los «ojos de la educación» para los jóvenes, y el «gran navío de la cultura» para la humanidad.

Con esta profunda convicción y con este orgullo, sigamos avanzando audazmente.

De un discurso pronunciado en una conferencia conmemorativa del Día de la SGI, celebrada en Tokio el 26 de enero de 2010.

Sabiduría para ser feliz y crear la paz es una selección de las obras del presidente Ikeda sobre temas clave.

  • *1Sobre el establecimiento de la enseñanza correcta para asegurar la paz en la tierra, en Los Escritos de Nichiren Daishonin (END), pág. 25.
  • *2El tratamiento de la enfermedad, en END, pág. 1160.
  • *3Razones por las cuales escribí «Sobre el establecimiento de la enseñanza correcta para asegurar la paz en la tierra», en END, pág. 173.
  • *4El «kalpa» de disminución, en END, pág. 1167.