Parte 2: La revolución humana
Capítulo 20: Aliento para los jóvenes [20.7]

20.7 Vivan con espíritu invencible

La juventud puede ser una época de altibajos emocionales, en la cual es fácil sucumbir a las circunstancias y sentir agobio y desesperación. Por tal motivo, en esta orientación para los miembros de la División de Estudiantes Secundarios, el presidente Ikeda recalca la importancia de que los jóvenes avancen con espíritu invencible.

Las circunstancias afortunadas no garantizan la felicidad; y, a la inversa, las condiciones difíciles no significan que uno sea desdichado.

Lo que define nuestra felicidad somos nosotros, y no el medio ambiente. O somos vencidos por el entorno, o triunfamos sobre él. Eso es lo que determina nuestra satisfacción.

No me refiero solamente a las cuestiones del estudio; en la vida hay muchas otras cosas dolorosas, desagradables y tristes.

Cuando uno se ve ante ellas, tiene dos opciones. Una es quejarse, culpar al medio ambiente y dejarse vencer. Quizá alguien les de consuelo, pero, en definitiva, los que perderán serán ustedes mismos, y todo lo que digan no será más que una justificación. La otra opción es vivir con espíritu invencible y abrir su propio camino, sea cual fuere su medio ambiente. La elección está en ustedes.

En la India, el sistema de castas es una costumbre social muy arraigada, que divide a las personas desde la cuna en distintos roles y jerarquías sociales. Pero hay una persona que a pesar de haber nacido en la casta inferior, llegó a ser mandatario de la India.

Es el actual presidente (en 2000) K. R. Narayanan, a quien cuento entre mis amistades. El señor Narayanan fue el cuarto de siete hermanos. Provenía de una familia muy humilde. Su casa no tenía cuarto de baño, y siempre pasaban hambre. Ir a la escuela significaba caminar siete kilómetros de ida y siete de vuelta. Durante la estación lluviosa, el barro les llegaba hasta los tobillos. Pero el joven Narayanan lo que hacía durante esas largas caminatas, era leer. Como no podía comprar textos nuevos, leía con avidez cualquier periódico o libro que encontraba, y tomaba apuntes detallados.

Sus hermanos mayores, viendo cuánto le gustaba estudiar renunciaron a su oportunidad de ir a la escuela primaria para que él pudiera acceder a la educación. Aun así, muchas veces su familia no podía pagar la matrícula mensual. En el colegio, lo castigaban por este motivo, dejándolo de pie fuera del aula. Pero a él no le importaba. Del otro lado de la puerta, aguzaba el oído para no perderse una sola palabra de la lección. Con el tiempo, obtuvo una beca, establecida por el Mahatma Gandhi, y pudo seguir formándose. Egresó de la universidad con las mejores calificaciones e hizo la carrera diplomática. Hoy, recuerda esos días difíciles con una sonrisa. Como a un diplomático no le sirve ser susceptible y débil, afirma que todos esos castigos que debió soportar de pie, fuera del aula, y a la vista de todos sus compañeros, en realidad fueron un muy buen entrenamiento.

Es una persona de fortaleza interior, y quienes poseen esa fuerza son felices. La felicidad se encuentra en un espíritu firme y resiliente.

Podemos tener un futuro esperanzador mientras no sucumbamos a la debilidad de culpar a los demás de las cosas que nos suceden. Decidamos: «¡Esto depende de mí! ¡Tengo que ser más fuerte!». Quejarse y dar excusas es un comportamiento muy poco digno; nada hay de admirable en echar la culpa de lo que nos ocurre a los profesores del colegio, a sus padres o amigos.

Napoleón Bonaparte declaró que cada uno construye su propio medio ambiente. Decidan que, en lugar de usar el entorno como pretexto, ustedes mismos crearán el ambiente que necesitan.

Siempre he creído que los jóvenes de misión, como ustedes, son invencibles. ¡Porque nacieron para ganar! Por lo tanto, pongan la mira en sus sueños y esfuércense al máximo por hacerlos realidad.

Aunque deban dar un largo rodeo para llegar hasta allí, lo que cuenta es que, finalmente, alcancen la meta. Sean fuertes, porque las personas fuertes son dichosas.

Los que responden a las circunstancias desfavorables apretando los dientes y redoblando el esfuerzo pueden obtener un tesoro extraordinario y difícil de encontrar. En cambio, cuando uno es débil, sin importar cuán favorables sean sus circunstancias, termina convirtiendo las condiciones ventajosas en una influencia negativa para su vida.

La forma de vivir que elijan determinará su porvenir. Nadie más que ustedes pueden tomar esta decisión. No hay otros a quienes culpar. Todo depende de ustedes, y de cómo vivan su existencia.

Si dejan que el medio ambiente los controle, en tal caso el entorno será el elemento determinante de su vida. Eso sería una forma lamentable de conducirse en la vida. Como protagonistas, los que deciden el rumbo de su futuro, son ustedes y nadie más.

De Diálogo de esperanza, publicado en japonés en junio de 2003.

La sabiduría para ser feliz y crear la paz es una selección de las obras del presidente Ikeda sobre temas clave.