Parte 2: La revolución humana
Capítulo 20: Aliento para los jóvenes [20.11]

20.11 La virtud más importante para los jóvenes es ser dignos de confianza

Al ver retrospectivamente, y reflexionar sobre la lucha en su etapa juvenil, el presidente Ikeda observa sobre la importancia de que los jóvenes sean personas dignas de confianza y, a la vez, que no teman equivocarse.

La confianza es un requisito esencial en la sociedad humana. Para los jóvenes, merecer la confianza de los demás es el mayor tesoro. Es muy poco probable que un joven pueda triunfar si, por su conducta, los demás no lo consideran digno de fiar.

Pero la confianza es un atributo difícil de ganar y fácil de perder. Una palabra imprudente o un acto irreflexivo en el momento crucial puede hacer que alguien pierda la reputación laboriosamente construida durante más de una década. Incluso las fachadas construidas concienzudamente tienden a resquebrajarse en circunstancias críticas.

Quienes perseveran en medio de la adversidad y siguen cumpliendo su misión terminan mereciendo la confianza de todos a su alrededor.

Siento la admiración y el respeto más inmensos por las personas que, aun teniendo empleos poco atractivos o reconocidos, se dedican a sus responsabilidades con diligencia día tras día, y siempre buscan mejorar paso a paso.

Pero, aunque la confianza de los demás es algo preciado, al mismo tiempo puede ser contraproducente que, siendo jóvenes, adopten una actitud demasiado cautelosa, carente de toda audacia juvenil. Los fracasos que se experimentan en esta etapa de la existencia pueden ser muy valiosos para sentar las bases del porvenir. Los jóvenes deben tener conciencia de que no son perfectos, y tratar de encarar cada día con valor, fieles a sí mismos.

Quienes viven resueltamente con espíritu invencible y pueden elevarse desde los abismos de la angustia, como el ave fénix que resurge de las cenizas, tienen más probabilidades de lograr victorias brillantes a la larga, en comparación con aquellos que jamás se equivocan o nunca han tenido frustraciones. No tengamos miedo a fracasar o a cometer errores; en todo caso, a lo que habría que temer es a dejarnos abatir por los errores que cometamos.

Es una tontería desalentarse por uno o dos fracasos. La vida es un largo viaje; aunque en determinado momento nuestra existencia parezca exitosa, sería una verdadera tragedia que en los años finales acabemos viviendo inmersos en el sufrimiento y en la infelicidad.

Espero que avancen con valentía, con la convicción de que cuanto más traspiés tengan en la juventud, más sólidas serán las bases que construirán, de cara a un nuevo capítulo de su vida, y hacia una felicidad perdurable.

Como jóvenes, también es importante contar con la integridad y las agallas de admitir cuando se equivocan. Nunca sean cobardes, personas que no aceptan sus errores y echan toda la culpa a los demás.

Cuando uno tiene la apertura de reflexionar serenamente e identificar en qué falló, puede tomar cualquier experiencia como punto de partida para crear valor en el futuro.

No hay nada que me reconforte más, ni nada más refrescante y bello, que ver a los jóvenes avanzar hacia un objetivo. Y no hay nada en el mundo más sublime que la lucha seria y sincera de la juventud.

De Watashi wa ko omou (Mis pensamientos), publicada en japonés en mayo de 1969.

La sabiduría para ser feliz y crear la paz es una selección de las obras del presidente Ikeda sobre temas clave.