Parte 2: La revolución humana
Capítulo 12: Transformar el karma en misión [12.4]

12.4 Todas las adversidades kármicas tienen un profundo significado

En esta disertación sobre el escrito La apertura de los ojos, el presidente Ikeda explica que, cuando nos esforzamos con la determinación de «convertir nuestro karma en misión», podemos tomar cualquier situación adversa como impulso para avanzar en nuestra revolución humana.

Nichiren Daishonin señala que su experiencia de haber sufrido reiteradas persecuciones concuerda con la enseñanza budista de que los bodisatvas adoptan voluntariamente las circunstancias kármicas apropiadas y eligen sobrellevar aflicciones con el deseo de guiar a los seres a la iluminación. Así como los bodisatvas consideran que es una alegría experimentar desdichas en bien del pueblo, también el Daishonin dice que le produce júbilo el sufrimiento de sus persecuciones, porque le evitará caer en los tres malos caminos en las existencias futuras.

Esta alegría del Daishonin al afrontar un karma adverso se percibe en la última parte de La apertura de los ojos, donde leemos: «Por lo que hice, fui condenado al exilio, pero este es un sufrimiento menor, limitado a mi existencia actual, y del que no vale la pena lamentarme. En mis existencias futuras, disfrutaré de una inmensa felicidad, y este pensamiento me colma de profunda alegría».1

El principio de «adoptar voluntariamente el karma adecuado» es el corolario lógico de la idea budista sobre la transformación kármica. Para decirlo sencillamente, es una forma de vida cuyo enfoque es convertir el karma en misión.

Todo lo que nos ocurre en nuestra vida tiene sentido. Es más, la filosofía de los practicantes de este budismo es tratar de encontrar y descubrir el sentido de todas las cosas. Nada, entonces, resulta insignificante. Sea cual fuere el karma de una persona, sin falta posee un hondo significado. Esto no es una simple cuestión de enfoque… Cambiar el mundo empieza por cambiar la propia forma de ver las cosas. Es un principio fundamental que enseña el budismo. La firme determinación de convertir incluso el karma más adverso en misión puede transformar drásticamente el mundo real. Al modificar nuestra mentalidad, podemos hacer de cualquier infortunio un motivo de deleite y considerarlo un medio para cultivar y fortalecer nuestra vida por dentro. Convertir incluso el dolor en un motor de creatividad es algo propio de los que practican el budismo Nichiren.

Justamente él nos mostró este camino esencial a través de su propio accionar como devoto del Sutra del loto ante los padecimientos que le tocó vivir.

Tener espíritu de lucha es el camino directo hacia la felicidad. Solo mediante los retos y desafíos podemos acendrar nuestra fortaleza interior y tener una vida en verdad creativa. Al mismo tiempo, cuando mantenemos una fe inamovible en la enseñanza budista correcta, pase lo que pase, por muchas dificultades que surjan, podemos entrar en el camino de la felicidad imperecedera. Lograr la budeidad en esta existencia significa consolidar este camino en nuestra vida cotidiana actual.

Por lo tanto, creo que los practicantes de la enseñanza correcta que se esfuerzan incesantemente por propagar la Ley ejemplifican la expresión más elevada del humanismo que enseñó el Daishonin basado en el Sutra del loto.

Si vemos los problemas desde esta perspectiva, todas las dificultades se convierten en la verdadera base de nuestro crecimiento y desarrollo como personas. «[Si no surgieran las funciones negativas] no habría forma de saber que es la enseñanza correcta».2 Los practicantes que corporifican la Ley Mística son los que enfrentan sus adversidades con esta postura. Logran un estado de vida elevado, desde el cual es posible «considerar que la paz y la tranquilidad se encuentran en enfrentar obstáculos»3 y celebrar los desafíos con el mismo espíritu con que Nichiren Daishonin expresa: «Cuanto más grandes sean las dificultades que se abatan sobre él, mayor será su deleite, gracias a la fuerza de su fe».4

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En La apertura de los ojos, el Daishonin escribe: «Cuando el hierro es expuesto a las llamas, las impurezas del mineral solo afloran a fuerza de golpes incesantes; las fallas se tornan visibles solo cuando se lo somete una y otra vez a este proceso de templado. Para obtener aceite de cáñamo en cantidad, hay que prensar las semillas con muchísima fuerza».5

En Carta desde Sado, el Daishonin también observa: «Es imposible escrutar nuestro karma. El hierro se convierte en una magnífica espada cuando es sometido al fuego y a los golpes. Los venerables y sabios son puestos a prueba ante el insulto».6 Y en Carta a los hermanos, escribe: «Ambos han mantenido en todo momento la fe en el Sutra del loto; por dicho motivo se están librando de las graves faltas cometidas en el pasado. Por ejemplo, cuando el hierro es forjado, los defectos del material afloran a la superficie».7

Una vida templada en el esfuerzo por proteger la Ley se desprende de las impurezas de su karma negativo creado por los propios actos contra la Ley y prevalece en este estado eternamente a través de las tres existencias del pasado, presente y futuro. Desde el tiempo sin comienzo, hemos repetido el ciclo de nacimiento y muerte. Sin embargo, en esta existencia, hemos tenido la buena fortuna de conocer el budismo Nichiren. Porque practicamos esta enseñanza correctamente, denunciamos los actos que denigran la Ley y cultivamos nuestra fortaleza interior, podemos transformar nuestro karma y establecer en nuestra vida el estado indestructible de la budeidad. En esto consiste lograr la budeidad en esta existencia.

La práctica pura y comprometida del budismo Nichiren cambia totalmente el significado de la adversidad en la vida de una persona. Los desafíos y escollos ya no se ven como algo negativo, algo que debamos evitar, sino como retos que, al superarlos, nos acercan más al logro de la iluminación. Desde luego, no es fácil hacer este giro cuando estamos en medio de una ardua lucha con el destino. Nadie quiere experimentar adversidades; tratar de evitarlas es propio de la naturaleza humana.

Pero si entendemos la enseñanza profundamente transformadora de la Ley Mística, podemos reconocer que nuestras debilidades están manifestándose porque estamos contrarrestando el mal y porque tenemos la convicción de que, al vencer los obstáculos, lo que se revela es nuestro estado supremo de budeidad. Con este enfoque positivo, podemos vivir con resiliencia y fuerza, incluso frente a cualquier dificultad.

Los miembros de la Soka Gakkai entienden esta profunda verdad con todo su ser. Prueba de ello es que, cuando les toca vérselas ante el sufrimiento, son las personas más fuertes y, sobre todo, positivas. Esto es porque ya han experimentado en su propia vida el ritmo del bien fundamental que acompaña el proceso de transformar el karma. O incluso si todavía no lo han percibido por sí mismos, están siempre en contacto con otros que lo han hecho.

Los que se esfuerzan en la fe en bien del kosen-rufu mientras luchan contra sus circunstancias kármicas personifican el principio budista de «adoptar voluntariamente el karma apropiado». Nuestros miembros, camaradas desde el remoto pasado, hacen surgir el corazón de los leones reyes, la actitud de aceptar los desafíos con valentía, sin jamás temer a las dificultades ni lamentar las aflicciones de la lucha. Y todo eso, mientras batallan valerosamente por transformar su karma en misión y por representar la saga triunfal de su gran revolución humana. Poseen un estado de vida realmente grandioso.

En consecuencia, la derrota para un budista no significa tener dificultades, sino bajar los brazos frente a la adversidad. Los problemas se convierten en un destino inevitable solo cuando huimos de ellos. Tenemos que enfrentarlos mientras vivamos. Debemos luchar y esforzarnos tenazmente hasta el final. La filosofía del Daishonin sobre el cambio del destino, que enseña este importante principio para la vida, es revolucionaria en la medida en que se aparta radicalmente del pensamiento religioso convencional ante el sufrimiento.

Practicar el budismo Nichiren es vivir con la convicción inamovible de que las circunstancias más dolorosas y difíciles son oportunidades para cambiar el karma, hacer la revolución humana y transformar todo, incluso lo más complejo, en algo positivo.

Y es la Soka Gakkai, como organización directamente ligada a Nichiren Daishonin, la que está poniendo esta enseñanza en práctica y la que está difundiendo en todo el mundo esta filosofía sobre la transformación del karma. Con este orgullo y esta alegría, mantengamos nuestros esfuerzos por acercar a los demás el budismo Nichiren.

De Disertaciones sobre «La apertura de los ojos», publicado en japonés en junio de 2006.

La sabiduría para ser feliz y crear la paz es una selección de las obras del presidente Ikeda sobre temas clave.

  • *1La apertura de los ojos, en Los escritos de Nichiren Daishonin (END), pág. 304.
  • *2Carta a los hermanos, en END, pág. 525.
  • *3Véase Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente, pág. 115.
  • *4Un navío para cruzar el mar del sufrimiento, en END, pág. 34.
  • *5La apertura de los ojos, en END, pág. 298.
  • *6Carta desde Sado, en END, pág. 322.
  • *7Carta a los hermanos, en END, pág. 521.