Volumen 30: Capítulo 6, Juramento 131–139

Juramento 131

El 26 de noviembre, Shin’ichi participó en una reunión conjunta de representantes de Singapur y Australia.

Durante el encuentro, habló sobre la connotación que tiene la palabra león en el budismo trayendo a colación el nombre de Singapur que significa «la ciudad del león»: «En el budismo se compara al Buda con un león, y su prédica de la Ley, con “el rugido leonino”. La expresión “león” (shishi, en japonés) está escrita en los sutras con los dos caracteres chinos que indican los conceptos de “maestro” y “niño”, y que abarcan, según la explicación que da el Daishonin, el principio del mentor y del discípulo.1 El Sutra del loto enseña que los discípulos —es decir, los seres humanos— que desarrollan su existencia junto al Buda, su mentor, pueden lograr el mismo estado supremo de vida que este posee».

La relación entre el mentor y el discípulo, o entre el alumno y el maestro, es una prerrogativa exclusiva del ser humano que tiene una elevada capacidad espiritual. Ese vínculo existe en todos los campos de la actividad humana en que la gente se esfuerza por alcanzar la excelencia, se trate del ámbito de la educación, las artes o los oficios.

Shin’ichi recalcó a los jóvenes: «Tener un mentor en la vida significa contar con un modelo o ejemplo sobre el cual podemos basar nuestra existencia. Entre todas las formas que puede adoptar esa relación, ninguna hay más maravillosa que aquella en que el maestro y el discípulo se esfuerzan juntos por el noble ideal de la paz del mundo y la felicidad del género humano.

»Esa lucha, en que el mentor y el discípulo están mutuamente comprometidos e indisolublemente unidos, representa la savia vital que asegura el flujo eterno del kosen-rufu. Que este movimiento se expanda hasta convertirse en un río de impresionante caudal, cuyas aguas sigan nutriendo a la humanidad a lo largo de los diez mil años y más del Último Día de la Ley, dependerá de los discípulos que hereden esta misión.

»El presidente Toda solía decir: “¡No tengo por qué afligirme, en tanto Shin’ichi esté aquí!; y también exclamaba: “¡Mientras estés aquí, mi espíritu está en paz!”. Del mismo modo, yo también siento plena confianza en que no hay nada por qué preocuparse, ya que el kosen-rufu del mundo estará asegurado mientras ustedes se encuentren aquí y transitan el “camino del león”».

Luego, Shin’ichi citó la exhortación del Daishonin que dice: «Cada uno de ustedes debe armarse del coraje de un león rey y jamás sucumbir a las amenazas de nadie»,2 y señaló que tener el “corazón de un león rey” era tener un corazón valiente.

Y agregó: «Todos poseemos por igual valentía. El coraje es la clave para abrir las puertas del inextinguible tesoro de la felicidad. Sin embargo, muchas personas las mantienen cerradas y transcurren su existencia a la deriva en el mar de la cobardía, la debilidad y la indecisión. Espero que ustedes hagan acopio de gran valor y eliminen hasta el último vestigio de cobardía que pueda haber en su corazón. Esta será la causa de su victoria en la vida».

El futuro pertenece a la juventud. Por eso, es menester que los jóvenes se conviertan en campeones armados del espíritu intrépido de un rey león que protejan a las personas de las filas anónimas del pueblo.

Juramento 132

Luego de su viaje a Singapur, Shin’ichi Yamamoto y su comitiva llegaron al Aeropuerto Internacional de Kuala Lumpur el 27 de noviembre al atardecer. Era la segunda vez que visitaba Malasia, y lo hacía después de doce años.

Durante ese período, tanto la Soka Gakkai de Malasia (SGM) como la sociedad en general habían experimentado un notable desarrollo. En la capital, Kuala Lumpur, se erigían ahora grandes rascacielos, entre ellos las Torres Petronas construidas en 1998, consideradas en ese entonces las más altas del mundo.

La cantidad de establecimientos de la organización también había aumentado y el nuevo Gran Centro Cultural de la SGM de doce pisos, cuya culminación se esperaba para el 2001, se estaba construyendo en el centro de la capital. Pronto tendrían centros comunitarios en doce de los trece Estados del país.

El día 29, se llevó a cabo una solemne ceremonia en la que Shin’ichi recibió el título de doctor honoris causa en Letras por parte de la Universidad Putra Malasia, una de las principales casas de estudios superiores de la nación. El acto se desarrolló en una atmósfera cordial y amistosa.

La doctora Kamariah Abu Bakar, decana de la Facultad de Ciencias de la Educación, leyó la mención del título en idioma malayo. Para expresar plenamente su sentir, la Decana había incluido en su alocución varios versos de un poema que ella había compuesto, y, al término, de pronto dijo en japonés: «¡Sensei, es usted una persona de grandes méritos y espero que se haga realidad el sueño de la paz mundial que ha abrigado toda su vida!».

Al parecer, ella sentía que no podía transmitir todo lo que quería usando solo el malayo, y por ello se había dirigido directamente con esta frase en japonés que había aprendido para la ocasión.

El rector de la Universidad y gobernador del Estado de Penang, Haji Hamdan Bin Sheikh Tahir, entregó el certificado del título honorífico a Shin’ichi.

En su discurso de aceptación, Shin’ichi manifestó: «El diálogo genuino, arraigado en la amistad sincera, tiene el poder de trascender las diferencias de nacionalidad, de trascender las fronteras y los intereses, de derribar los muros de la separación.

»Es fundamental avanzar con espíritu de cooperación, por el camino de la tolerancia, la convivencia y la creatividad, mientras se respeta lo diverso y se extrae lo mejor de dicha diversidad. En especial, la amistad que se desarrolla a través de la educación es la defensa más poderosa contra aquello que podría lesionar o socavar la paz y la felicidad humana».

Juramento 133

Shin’ichi percibió el profundo significado que tenía el hecho de recibir un título honorífico de la Univerdidad Putra Malasia. El islam es la religión oficial de Malasia, y él, un practicante budista, estaba siendo reconocido por una de sus universidades nacionales.

Era prueba de que, cuando se trata de los temas cruciales que incumben al género humano como son la paz y la felicidad de los seres, podemos trascender las diferencias de credo y llegar a un entendimiento y comprensión. Era también un testimonio de la naturaleza tolerante del islam.

El diálogo entre individuos de diversas creencias religiosas y culturas será cada vez más importante en el siglo XXI para poner fin a una era de divisiones y hostilidades.

Más tarde, Shin’ichi sería distinguido con el título de doctor honoris causa en Humanidades por la Universidad Abierta de Malasia, en 2009, y por la Universidad de Malaya, en 2010.

El 30 de noviembre de 2000, Shin’ichi se reunió por segunda vez con el premier Mahathir Mohamad, en la oficina del Primer Ministro.

Ambos coincidieron en que los jóvenes son el tesoro de la humanidad y compartieron sus preocupaciones y sus esperanzas respecto al futuro.

El 1.o de diciembre, Shin’ichi visitó por primera vez el Jardín de Infantes Soka de Malasia (Tadika Seri Soka) y luego se dirigió al Centro Cultural de la Soka Gakkai de Malasia para asistir a la reunión de representantes en la que se conmemoraba el cuadragésimo aniversario del kosen-rufu mundial.

Un aplauso fuerte y entusiasta llenó la sala.

La SGM se estaba desarrollando a un ritmo asombroso. Antes de que Shin’ichi ingresara, el director general Koe Hau Fan había declarado: «¡Queridos amigos, hemos triunfado!».

En los últimos años, la SGM había venido impulsando actividades para dar a conocer el movimiento de la SGI y eventos destinados a sensibilizar a la ciudadanía. Unos cinco mil miembros habían participado en una espectacular presentación de cuadros cambiantes utilizando paneles de colores durante un evento internacional. Los integrantes de las divisiones juveniles realizaron actuaciones de gimnasia y participaron en los desfiles que se llevaban a cabo como parte de los festejos del Día de la Independencia nacional. También organizaron festivales culturales de beneficencia que fueron ampliamente reconocidos por sus contribuciones a la sociedad. La División Femenina y de la División Juvenil Femenina, en la vanguardia del siglo de la mujer, habían realizado una conferencia de mujeres por la paz.

Todas estas iniciativas partieron de los miembros, de su profundo sentido de misión como budistas que encarnan el principio de que «el budismo se manifiesta en la sociedad».

El director general Koe expresó: «Lo hemos conseguido porque pusimos nuestra sinceridad y corazón en ello, y nos esforzamos considerando cada instante como el momento decisivo».

Shin’ichi, en su discurso para esa ocasión, recalcó que los tesoros del corazón eran eternos y perduraban a través de las tres existencias del pasado, presente y futuro. Y afirmó que el palacio de la verdadera felicidad residía en nuestro interior.

Asimismo, obsequió un poema que dice:

Malasia,
la suprema capital de la victoria
en el mundo.

Juramento 134

La gira de orientación de Shin’ichi continuó en Hong Kong. Este sería el último lugar que visitaría en su recorrido por el mundo en el siglo XX.

El 4 de diciembre de 2000, participó en la reunión de representantes de la SGI de Hong Kong y de Macao, realizada en el Centro Cultural. Para conmemorar su vigésima visita, dedicó el siguiente poema a los miembros:

En esta vigésima visita,
lanzo tres vítores
por el kosen-rufu de Hong Kong.

Mientras compartía recuerdos de sus viajes anteriores, desde la primera en enero de 1961, dio a conocer sobre los incansables esfuerzos de Chow Chi Kong, un miembro pionero que desempeñó un papel fundamental en los primeros días de la organización allí.

«Cada dos o tres días, el señor Chow solía enviar cartas de aliento a los compañeros que se encontraban dispersos en diferentes localidades de Singapur, Malasia y otras partes del continente asiático. Si alguien tenía un problema serio, el señor Chow le mandaba una nota cada día por medio o, incluso, todos los días. Debe de haber sido un esfuerzo tremendo. Además de la posición central que ocupaba dentro de las actividades del kosen-rufu, el señor Chow se desempeñaba como presidente de una importante empresa comercial. Así y todo, siguió escribiendo y no era raro que las cartas que enviaba a los miembros fueran de cinco o diez páginas».

En ese entonces, no todos contaban con un teléfono privado y, por supuesto, el servicio de Internet aun no existía. Pero el señor Chow continuó su ardua lucha para brindar aliento a sus compañeros.

Shin’ichi prosiguió: «En una misiva que dirigió a un responsable de área, escribió lo siguiente: “Debe hacer todo lo que pueda para buscar ocasiones que le permitan mantener diálogos abiertos con los miembros. Las visitas hogareñas nos proporcionan una excelente oportunidad, ya que allí podemos conversar con franqueza y en forma distendida. A su vez, nos permite establecer un lazo humano más estrecho y construir una relación de confianza. Sin embargo, decirlo es fácil, pero llevarlo a cabo es un auténtico desafío”».

La organización es como el cuerpo humano que no funciona si no hay una buena circulación sanguínea. Las visitas a los miembros y las orientaciones personales hacen circular la savia de la fe y la calidez humana en toda la organización. Esto ha hecho que la Soka Gakkai se desarrollara en una institución donde palpita el humanismo. Valorar a cada individuo, mostrar genuino interés por su bienestar y persistir en el diálogo y en el esfuerzo de brindar aliento son la eterna e invariable clave para un renovado crecimiento y desarrollo de los miembros y de la organización.

Juramento 135

En la reunión de representantes, Shin’ichi habló también sobre la brillante historia del movimiento por el kosen-rufu en Hong Kong: «Mi periplo por la transmisión del budismo hacia el oeste, predicha por Nichiren Daishonin, se inició aquí, en Hong Kong. Además, cuando visité por primera vez la China, desde finales de mayo hasta mediados de junio de 1974, alentado por el propósito de tender un puente dorado de amistad entre esa nación y el Japón, mi viaje de ida y de regreso se efectuó vía Hong Kong.

»Asimismo, la Universidad China de Hong Kong fue la primera de las setenta y tres entidades de educación superior con las cuales la Universidad Soka estableció los intercambios académicos y educativos que mantiene hasta el día de hoy. Y el primer jardín de infantes Soka que se fundó fuera del Japón fue el de Hong Kong, inaugurado en 1992».

Luego, Shin’ichi alentó con gran energía a los miembros para que sigan consagrándose a su espléndida misión en el siglo XXI.

A comienzos de ese mismo año, en febrero de 2000, había finalizado la construcción del tan esperado auditorio en el Jardín Soka del Árbol Bodhi en la India, y el 26 de noviembre [días antes de la llegada de Shin’ichi a Hong Kong], se había llevado a cabo una reunión general con motivo del septuagésimo aniversario de la Soka Gakkai. El budismo del sol de Nichiren Daishonin resplandecía ahora en la India, la Tierra de la Luna, y empezaba a iluminar la sociedad. Shin’ichi sentía que se abría ampliamente en Asia y en el resto del mundo un magnífico camino del kosen-rufu en el siglo XXI.

El 5 de diciembre por la noche, Shin’ichi y Mineko fueron invitados a una cena en la residencia oficial de la Secretaria Jefa de Administración de Hong Kong, Anson Chan.

En 1993, cuando todavía Hong Kong estaba bajo el gobierno del Reino Unido, la señora Chan fue la primera mujer en asumir como Secretaria General, segundo cargo en importancia después del Gobernador. Luego del traspaso de la soberanía a la China en 1997, trabajó como Secretaria Jefa de Administración, que también secunda a la máxima autoridad del territorio.

Su madre era la famosa artista china Fang Zhaoling. Justo en ese momento, en el Museo de Bellas Artes Fuji de Tokio se estaba llevando a cabo con gran éxito una exposición de sus obras. Shin’ichi, que era el fundador del Museo, fue quien propuso inicialmente su realización. Cuando él recibió un doctorado honorario de la Universidad de Hong Kong en 1996, ambas, madre e hija, fueron distinguidas con el mismo título. Desde entonces, ellos se habían mantenido en contacto.

Shin’ichi, su esposa y la comitiva fueron acogidos por la familia Chan y los demás invitados en la cena. Shin’ichi conversó con los presentes impulsado por su fuerte deseo de prosperidad y un brillante porvenir de Hong Kong y la China.

La «vista nocturna» de Hong Kong que se apreciaba desde la ventana esa noche era fascinante.

Juramento 136

El 7 de diciembre de 2000, Shin’ichi asistió a la ceremonia de graduación de la Universidad China de Hong Kong en la que fue distinguido con un doctorado honorario en Ciencias Sociales, convirtiéndose así en el primer japonés que recibe una distinción por parte de esta casa de estudios superiores. En 1992, cuando dicha Universidad le otorgó el título de Ilustre Profesor Visitante, él había pronunciado una conferencia titulada «El tradicional humanismo chino brilla en el nuevo siglo».

El día 8, Shin’ichi regresó a Japón en un vuelo con destino a Osaka, la puerta de entrada a Kansai, la Siempre Victoriosa.

Osaka había sido el primer lugar que visitó luego de su asunción como tercer presidente de la Soka Gakkai (en mayo de 1960). Por ese motivo, quería finalizar en Osaka sus giras de orientación del siglo XX y abrir, desde allí, las puertas del siglo XXI junto con los compañeros de Kansai, con quienes había compartido alegrías, pesares y su espíritu invencible.

En los rostros de los miembros del bastión siempre victorioso brillaba el entusiasmo.

El 10 de diciembre, Shin’ichi participó en una reunión de representantes de Kansai. En su discurso, afirmó que el siglo venidero sería la centuria de la mujer, y alentó a sus compañeros a hacer de Kansai un modelo que representase esta visión. Exhortó a la División de Señores a trabajar en unión con la División Juvenil Masculina y a la División Femenina, con la División Juvenil Femenina, haciendo todo lo que esté a su alcance para apoyar, cuidar, alentar y forjar a los jóvenes.

El 14 del mismo mes, se celebró la reunión de la sede central para responsables, llevada a cabo en forma conjunta con la reunión de líderes representantes de Kansai y el encuentro general de la División Femenina de la región homónima en el Auditorio en Memoria del Presidente Toda de Kansai, situado en la ciudad de Toyonaka, Osaka. Sería la última actividad grande del 2000 y marcaría la nueva partida de la organización hacia el siglo XXI.

«¡A partir del año entrante, 2001, iniciaremos una segunda serie de Siete Campanadas,3 que se extenderá hasta el 2050!». Shin’ichi habló sobre el comienzo de una nueva fase de desarrollo consistente en siete períodos de siete años e instó a los miembros a avanzar unidos y a hacer del nuevo siglo una centuria de paz y de humanismo a través de la red solidaria de ciudadanos.

Destacó el papel activo que estaban desempeñando las mujeres en el mundo: «Los tiempos cambian vertiginosamente. Las sociedades y las organizaciones que prosperarán en lo sucesivo serán aquellos que valoren y muestren respeto a la mujer.

»El Daishonin afirma que son las mujeres quienes abren las puertas.4 En el avance eterno de nuestro movimiento por el kosen-rufu, serán ellas, especialmente las integrantes de la División Juvenil Femenina, las que abrirán el portal de los beneficios y la buena fortuna, de la esperanza y de la victoria eterna».

Trabajando unidas y en armonía, nuestras compañeras de la División Femenina y de la División Juvenil Femenina se estaban esforzando para llegar a la gente y brindar aliento a la mayor cantidad posible de personas. Sus iniciativas eran la nueva fuerza motriz que impulsaría el kosen-rufu en el siglo XXI.

Juramento 137

La Soka Gakkai inició con buenos augurios el 2001, denominado «Año de la Victoria Absoluta para el Nuevo Siglo». Era el comienzo esperanzador del siglo XXI y del tercer milenio. Shin’ichi Yamamoto compuso un poema para la edición de Año Nuevo del Seikyo Shimbun:

Se abre el telón de la nueva centuria,
nuestro escenario será el mundo.
¡Que se encienda en nuestros corazones
la llama de una renovada determinación!

El 2 de enero, Shin’ichi cumplió setenta y tres años. Su objetivo para la setentena era asentar los cimientos del kosen-rufu mundial.

El 3 de mayo, se llevó a cabo la tan esperada ceremonia de inauguración de la Universidad Soka de los Estados Unidos, en Aliso Viejo, condado de Orange, California. Nació un nuevo instituto de educación superior cuyo compromiso es formar ciudadanos globales que aboguen por la paz mundial. Yoshinari Yabuki, integrante de la primera promoción de la Escuelas Soka de Segunda Enseñanza Superior y de la Universidad Soka, en Japón, fue designado su presidente.

Shin’ichi expresó sus grandes expectativas en el mensaje que envió para el acto. En él, estableció cuatro consignas para esta casa de estudios superiores:

  • Forjar líderes de la cultura para la comunidad.
  • Forjar líderes del humanismo para la sociedad.
  • Forjar líderes pacifistas para el mundo.
  • Forjar líderes para la convivencia creativa entre la naturaleza y el género humano.

El 11 de setiembre de 2001, cuatro aviones comerciales fueron secuestrados en los Estados Unidos. Dos se estrellaron contra las torres del complejo de edificios del World Trade Center en la ciudad de Nueva York y otro, contra el Pentágono, sede del Departamento de Defensa de los Estados Unidos. El cuarto cayó antes de llegar a su objetivo. Son los sucesivos siniestros trascendieron como los atentados del 11 de setiembre de 2001.

Estos terribles ataques causaron la muerte de aproximadamente tres mil personas, y más de seis mil sufrieron heridas. El gobierno estadounidense anunció que los autores habían sido extremistas islámicos y declaró que emprendería una «guerra contra el terrorismo». Inició acciones militares en Afganistán, donde se sospechaba que estaban escondidos los implicados. Incluso después de esta catástrofe, en Europa y en otras regiones del mundo se produjeron numerosos ataques terroristas y atentados suicidas con coche bomba.

Más allá de todas las razones que puedan respaldar una causa, los actos de terrorismo que arrebatan indiscriminadamente la vida de las personas son absolutamente inadmisibles.

Tras el ataque del 11 de Septiembre, los miembros de la SGI de los Estados Unidos instalaron rápidamente bases de emergencias e hicieron todo lo que estaba a su alcance para apoyar a los afectados, ayudando en las actividades de rescate y recaudando donativos para la asistencia. Y más tarde, emprendieron activamente diálogos interreligiosos con gente de diversas creencias en un esfuerzo por llamar a la tolerancia y la comprensión mutuas.

Trabajar por la paz, luchar contra la guerra y poner fin a la violencia son el camino común de los seres humanos cualquiera que sea su dogma religioso. Dirigirse a esas metas es también el propósito original de todo credo.

Juramento 138

Luego de los atentados del 11 de setiembre, cada vez que se encontraba con destacados pensadores del mundo y también en sus entrevistas con los periódicos japoneses, Shin’ichi Yamamoto planteó con firmeza que era el momento de formar una opinión pública que abogue por la paz y el diálogo.

En su propuesta de paz presentada el 26 de enero del año siguiente (2002), afirmó que el diálogo entre civilizaciones era crucial para la humanidad en el siglo XXI y propuso el desarrollo de una cooperación internacional coordinada por las Naciones Unidas para prevenir el terrorismo. Y sostuvo que para poner fin a los actos terroristas y garantizar la seguridad humana, era imperioso que las personas se unieran y abordasen los problemas referentes a los derechos humanos, la pobreza y el desarme.

Shin’ichi sintió que había llegado la hora en que los miembros de todo el orbe aunaran esfuerzos a nivel de la ciudadanía para generar una nueva corriente de paz. El trayecto hacia la paz siempre ha estado lleno de retos. La consecución de la paz duradera, que es el ferviente anhelo de toda la humanidad, sigue siendo una meta tan difícil que aún no se ha alcanzado. ¡Pero es precisamente por eso que la Soka Gakkai ha surgido! ¡Por esta razón existe el budismo Nichiren que es la clave de la revolución humana!¡Es ahora cuando tenemos que construir a través del diálogo una gran red solidaria de ciudadanos que avancen manteniendo estrechos lazos de amistad y confianza!

Y aunque tome su tiempo, el camino fundamental para crear un mundo de paz es el camino de la educación que imparte valores humanísticos y una filosofía de vida positiva. Nuestra meta es hacer del siglo XXI una centuria de la vida, en la que se respete la dignidad de cada ser, y una centuria de educación humanística.

El 12 de noviembre de 2001, en el Auditorio en Memoria del Presidente Toda en Sugamo, Tokio, se llevó a cabo la reunión de la sede central para responsables alusiva al 18 de noviembre, Día de la Fundación de la Soka Gakkai. Esta actividad se realizó en forma conjunta con la primera reunión general de Kansai del nuevo siglo, el encuentro general de Hokkaido y la reunión de líderes de la División Juvenil Masculina y de la División Juvenil Femenina, en conmemoración del quincuagésimo aniversario del establecimiento de dichas divisiones.

En su discurso, Shin’ichi agradeció a todos por sus esfuerzos y los animó a continuar avanzando valientemente con la determinación de jamás darse por vencidos. Los alentó a basarse siempre en la fe y a seguir adelante por más adversidades que surgieran en la vida. Por que ese era, afirmó, el espíritu de un practicante del budismo Nichiren. Y, con el deseo de confiar la posta a los sucesores, manifestó a los jóvenes: «¡El desarrollo del kosen-rufu dependerá de que existan discípulos genuinos!».

La gran empresa del kosen-rufu no se puede concretar en una existencia. Se podrá lograr cuando esa misión se transmita del mentor a los discípulos, quienes la transferirán, a su vez, a los discípulos de las futuras generaciones.

Juramento 139

Shin’ichi prosiguió con voz resuelta: «Jamás olvidaré lo que dijo el maestro Toda en una de las reuniones del Suiko-kai5:

“Mientras haya un núcleo de jóvenes…, ¡no…! mientras haya un discípulo verdadero, podremos lograr el kosen-rufu”.

»¿Quién ha sido ese discípulo? ¿Quién se ha dedicado a difundir el budismo Nichiren en el mundo, con todo su ser, tal como lo indicó el señor Toda? Me honra y me enorgullece haber sido esa persona.

»Es mi deseo que los integrantes de las divisiones juveniles mantengan este solemne espíritu de los primeros tres presidentes de la Soka Gakkai, unidos por los lazos eternos de maestro y discípulo. Quienes lo hagan serán supremos vencedores. Este será también el camino esencial que conducirá a la Soka Gakkai hacia sucesivas victorias en el siglo XXI. La senda que nos llevará a cumplir nuestro gran juramento del kosen-rufu y a construir una paz duradera en el mundo.

»¡Miembros de la División Juvenil Masculina, de la División Juvenil Femenina y de la División de Estudiantes, cuento con ustedes! ¡Jóvenes Soka del mundo, cuento con ustedes!».

Todos respondieron con entusiasmo. Sus voces resonaron en el recinto.

En la pared posterior de la sala pendían los retratos de los dos primeros presidentes, Tsunesaburo Makiguchi y Josei Toda. Shin’ichi sintió que ambos sonreían y asentían con la cabeza mostrando su satisfacción, como si quisieran abrazar a los jóvenes y a todos sus compañeros con una mirada cálida y llena de amor compasivo.

Dirigiéndose a la juventud, Shin’ichi clamó dentro de su corazón: «¡Iniciemos juntos un nuevo avance! ¡Continuemos luchando mientras vivamos! ¡Sigamos adelante con confianza y vigor tañendo con fuerza la segunda serie de Siete Campanadas!».

Los ojos de Shin’ichi veían la gallarda figura de los jóvenes de la Soka que, imponentes como jóvenes águilas, una tras otra y sin cesar, surcaban el vasto cielo del mundo, recibiendo de lleno el sol naciente del tercer milenio.

Eran la incontable multitud de Bodhisattvas de la Tierra, consagrada eternamente al gran juramento del kosen-rufu.

Manuscrito terminado el 6 de agosto de 2018, en el Centro de Conferencias de Nagano

Dedico esta novela al presidente fundador de la Soka Gakkai, Tsunesaburo Makiguchi;
a mi mentor y segundo presidente de la Soka Gakkai, Josei Toda;
y a los queridos miembros de todo el mundo, mis preciados camaradas, nobles emisarios del Buda.

Daisaku Ikeda

Con esto concluye el trigésimo y último volumen de La nueva revolución humana

  • *1En el Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente, Nichiren Daishonin dice: [Con respecto al término «lanzar el rugido del león» (en jap.: sa shishiku):] El rugido del león (shishi ku) es la prédica del Buda. La prédica de la Ley significa predicar el Sutra del loto y, más específicamente, el Nam-myoho-renge-kyo. El primer shi de la palabra shishi o ‘león’ [que significa “maestro”] es la Ley prodigiosa [o Ley Mística] que transmite el maestro. El segundo shi [que significa “hijo”] es la Ley prodigiosa que reciben los discípulos. El “rugido” [ku] es el sonido del maestro y el discípulo que oran al unísono. La palabra sa debe interpretarse en este caso como «iniciar» o «lanzar». Se refiere al inicio de Nam-myoho-renge-kyo en el Último Día de la Ley. Véase The Record of the Orally Transmitted Teachings (Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente), traducido por Burton Watson, Tokio: Soka Gakkai, 2004, pág. 111.
  • *2Los escritos de Nichiren Daishonin, Tokio: Soka Gakkai, 2008, pág. 1042.
  • *3Siete Campanadas: Término con el que se denominó a las siete fases de desarrollo de siete años cada una, iniciadas en 1930 en que se fundó la Soka Gakkai hasta 1979. El 3 de mayo de 1958, un mes después del fallecimiento del presidente Toda [el 2 de abril], el presidente Ikeda, en aquel entonces responsable del grupo directivo de la División de Jóvenes, dio a conocer el concepto de las Siete Campanadas y anunció los objetivos para las siguientes fases de siete años. El 3 de mayo de 1966, habló sobre una nueva serie de Siete Campanadas con proyección al siglo XXI. Asimismo, en 1978, justo antes de la finalización de la primera serie de Siete Campanadas, hizo planes para la segunda serie que se iniciaría el 3 de mayo de 2001 y continuaría hasta el 2050. Anunció también las metas de avance que se realizarían en cuatro periodos de cinco años cada uno entre el año 1980 al 2000.
  • *4Véase The Writings of Nichiren Daishonin, Tokio: Soka Gakkai, 2006, vol. 2, pág. 884.
  • *5Suiko-kai: El Suiko-kai (Grupo “A la vera del río”) era un grupo de capacitación de la División Juvenil Masculina formado por el segundo presidente de la Soka Gakkai Josei Toda. Su nombre provenía de la novela épica china A la vera del río, que era el material de estudio.