Parte 2: La revolución humana
Capítulo 17: Aprovechar cada día al máximo [17.4]

17.4 Cada día es el «tiempo sin comienzo»

En La sabiduría del Sutra del loto, el presidente Ikeda se refiere al concepto del «tiempo sin comienzo», en relación con la duración de la vida eterna del Buda. Tras explicar que cada momento es el «tiempo sin comienzo», destaca la importancia de una fe basada en la verdadera causa: la postura de tomar todo, siempre, como un nuevo comienzo y considerar el instante actual como punto de partida.

«Tiempo sin comienzo» significa «vida sin principio ni fin». Esto no solo se refiere a la dimensión del tiempo, sino a la verdad más profunda de la vida, a la vida del universo, que continúa su actividad en forma incesante sin comienzo ni final.

En el Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente, el Daishonin afirma: «Kuon [tiempo sin comienzo] significa algo que no ha sido creado ni mejorado, sino que existe tal como siempre ha sido».1

«No creado» significa que no fue generado en determinado momento, sino que existe de manera inherente. «No mejorado» denota el estado de los seres comunes, no adornado por «los treinta y dos rasgos y las ochenta características»2 de un buda.

Inherente y eterno, que «existe tal como siempre ha sido»3… Esto es el tiempo sin comienzo. Nam-myoho-renge-kyo y el Gohonzon son también el tiempo sin comienzo. Por tanto, cada momento en que hacemos daimoku al Gohonzon es el tiempo sin comienzo.

Para nosotros, cada día de nuestra vida es el tiempo sin comienzo. Así, alineamos nuestro ser con la fuerza vital ilimitada del tiempo sin comienzo. Cada jornada, iniciamos una nueva travesía, partiendo del punto primordial de la vida, que es el tiempo sin comienzo.

Por eso el instante actual es de suma importancia. No vivamos mirando el pasado; no hay ninguna necesidad de hacerlo. Lo que distingue a una persona sabia en su forma de vivir es que pone toda su energía en el presente, con inmensa esperanza en el mañana.

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Este momento es el tiempo sin comienzo. Todo empieza a partir de ahora.

El pasado ya pasó. El futuro aún no llegó. Lo único que existe es el instante actual. Pero, en un abrir y cerrar de ojos, ese instante se convierte en pasado. Existe, y a la vez no existe. Es vacío o ku, no sustancialidad. En dicho estado, la vida continúa momento a momento. Pero no existe más que en ese momento. Nosotros experimentamos felicidad e infelicidad únicamente en términos del «instante».

Considerar nuestra vida en el instante actual como el resultado de causas anteriores es ver las cosas desde la perspectiva del «verdadero efecto»: ocurrió tal cosa, luego siguió tal otra, y así se generó el resultado presente. Pero ese punto de vista, por sí solo, no crea esperanza. En cambio, debemos considerar el momento presente como la causa para manifestar un efecto futuro. Esta es la «verdadera causa» que llega hasta las profundidades más recónditas de nuestro ser. No estamos hablando de una causa externa o superficial…

La verdadera causa hunde sus raíces en nuestra vida del «tiempo sin comienzo» y, al mismo tiempo, impregna todo el ámbito del Dharma. Es Nam-myoho-renge-kyo, la gran ley que pone en movimiento todo lo que hay en el universo, la eterna fuerza vital ilimitada que hace que todo surja y se desarrolle. Por tal razón, cada instante en que creemos en el Gohonzon, entonamos la Ley Mística y nos dedicamos a la práctica budista es, en sí, el tiempo sin comienzo.

Entonces, surge desde nuestro interior la fuerza vital pura e incontenible del tiempo sin comienzo, lo «no creado», lo «no mejorado», lo que «existe tal como siempre ha sido». En ese estado, podemos gozar de libertad absoluta en el presente y en el futuro. El budismo Nichiren es el budismo de la esperanza.

La fe en la Ley Mística es una fuente de esperanza ilimitada. Por extrema que sea su situación actual, aunque todo parezca indicar que han sido derrotados, lo importante es que se pongan de pie con la firme determinación de revertir el panorama y mostrar el infinito potencial transformador de la Ley Mística. Esta es la esencia de la fe.

Solo con un esfuerzo total, determinado a crear algo de la nada, podemos entender la fe genuina. La lucha dura e intensa de crear valor —convertir la pérdida en beneficio, el mal en bien, la mediocridad en belleza—, es el espíritu de la Soka Gakkai y es la esencia del budismo Nichiren que practicamos.

De La sabiduría del «Sutra del loto», vols. 5 y 6, publicado en japonés en setiembre de 1999 y agosto de 2000.

La sabiduría para ser feliz y crear la paz es una selección de las obras del presidente Ikeda sobre temas clave.

  • *1The Record of the Orally Transmitted Teachings (Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente), trad. ingl. por Burton Watson, Tokio: Soka Gakkai, 2004, pág. 141.
  • *2Treinta y dos rasgos y ochenta características: Rasgos extraordinarios atribuidos a los budas y bodisatvas. En la mayoría de los casos, esos «treinta y dos rasgos y ochenta características» se refieren a diversas cualidades distintivas de un buda.
  • *3Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente, pág. 141.