Parte 1: La felicidad; Capítulo 10:
La alegría en la vida y en la muerte [10.3]

10.3 La visión budista de la vida que trasciende el sufrimiento de la muerte

Shakyamuni expuso la eternidad de la vida a la par de confrontar el sufrimiento fundamental de la muerte. En referencia a la iluminación de Shakyamuni, el presidente Ikeda explora la esencia de la filosofía budista sobre la vida y la muerte.

Todos los seres vivos tienen miedo instintivo a morir. En particular, los seres humanos experimentan un terror indescriptible cuando piensan en la clase de mundo que les esperará cuando crucen la frontera de la muerte.

Con loable valentía, Shakyamuni superó esta pulsión primordial a eludir la realidad de la muerte o a afrontarla con temor, y aceptó el sufrimiento como aspecto inherente a la naturaleza de la existencia humana. Luego, basado en esta contemplación valerosa, ponderó profundamente la esencia de la vida y la muerte.

El budismo postula la eternidad de la vida, pero no la expone como una respuesta simplista al anhelo de inmortalidad que suele experimentar el alma humana. Las enseñanzas budistas sobre la transitoriedad de todos los fenómenos y sobre las cuatro nobles verdades (que esclarecen las causas y la resolución del sufrimiento)1 exponen de manera directa las aflicciones ineludibles que el ser humano se empeña en negar. Shakyamuni no pretendió atenuar la realidad de la existencia con el consuelo de un mito o de una ficción; antes bien, la examinó en forma directa, con fría objetividad. Todo lo que nace está sujeto a morir. Lo afirmó como verdad subyacente a la existencia.

¿Por qué morimos? ¿La vida y la muerte son dos instancias completamente separadas entre sí? ¿O, al revés, están estrechamente interrelacionadas? ¿Existe una continuidad que subyace a ambas fases de la existencia? Shakyamuni, puesto a reflexionar sobre su propia vida, buscó responder tales preguntas con objetividad, valentía y un análisis sistemático. Y la verdad con respecto a la cual se iluminó es que la vida es eterna.

La existencia humana abarca tanto la vida como la muerte; fluye eternamente con una fuerza poderosa, repitiendo un ciclo que alterna fases de latencia y fases de manifestación activa. Shakyamuni observó esto en el transcurrir de su propia vida.

La suya no es una filosofía sobre la inmortalidad de alma, anclada en un apego obstinado a la existencia, sino una sólida afirmación de la eternidad de la vida, basada en el reconocimiento de la ley causal que opera en cada ser individual.

El significado de la muerte, según este enfoque sobre la eternidad, es que los seres mueren en bien de su vida. Es como el sueño, que brinda el descanso necesario para poder despertar al día siguiente. En tal caso, morir es un «medio hábil» en beneficio del vivir. El propósito de la muerte es hacer que la vida brille más y más, mientras que volver a vivir es la actividad innata de la existencia. La vida y la muerte no son dos términos antagónicos; esta última existe en bien de la primera. He aquí el significado de la enseñanza del Sutra del loto según la cual «se entra en el nirvana como medio hábil2».3

El mensaje esencial del budismo no es pesimista ni negativo; tampoco es un optimismo irracional. La filosofía budista examina directamente los sufrimientos de la vida y propone vivir con alegría, no como una negación o evasión de la muerte, sino como el resultado de un firme compromiso con la realidad. Mientras huimos de las aflicciones, la dicha que sentimos es fugaz o relativa. En cambio, el profundo júbilo de vivir —que es un sentimiento perdurable e indestructible—, surge cuando percibimos claramente la realidad de ese sufrimiento que preferiríamos negar y lo confrontamos con valentía hasta trascenderlo.

Del libro Seimei o kataru (Diálogo sobre la vida), vol. 3, publicado en japonés en marzo de 1974.

La «sabiduría para ser feliz y crear la paz» es una selección de las obras del presidente Ikeda sobre temas clave.

  • *1Cuatro nobles verdades: Doctrina fundamental del budismo que esclarece la causa del sufrimiento y el camino de la emancipación. Las cuatro nobles verdades son la verdad del sufrimiento, la verdad del origen del sufrimiento, la verdad del cese del sufrimiento y la verdad del camino que conduce al cese del sufrimiento. Se dice que Shakyamuni expuso las cuatro nobles verdades en el Parque de los Ciervos, en Varanasi, India, durante el primer sermón que dio después de lograr la iluminación. Son: 1) toda existencia es sufrimiento; 2) el sufrimiento es causado por las ansias egoístas; 3) la erradicación de las ansias egoístas causa el cese del sufrimiento y hace posible que uno alcance el nirvana; y 4) existe un camino por el cual se puede lograr la erradicación; concretamente, la disciplina de los ocho caminos. Ese óctuple camino consiste en ideas correctas, pensamientos correctos, discurso correcto, acción correcta, forma de vida correcta, esfuerzo correcto, conciencia correcta y meditación correcta.
  • *2En el Sutra del loto, Shakyamuni declara que su vida como buda es eterna, pero que él se extingue o entra en el nirvana para despertar el espíritu de búsqueda de las personas.
  • *3Véase El Sutra del loto, Tokio: Soka Gakkai, 2014, cap. 16, pág. 228.