Prefacio

A continuación se transcribe el prefacio de La sabiduría para ser feliz y crear la paz, escrito por el presidente Ikeda, una obra en tres volúmenes que contiene extractos de sus orientaciones, publicadas en Daibyakurenge, la revista de estudio de la Soka Gakkai, entre abril de 2014 a febrero de 2018. Al hacer la compilación para la publicación del libro, se han reordenado algunos capítulos y se han introducido varios extractos adicionales. El primer volumen de la obra en japonés se publicó el 18 de noviembre de 2020.

«Alentémonos unos a otros y avancemos juntos»

Hasta el día de hoy mantengo vivo en mi memoria el diálogo que mantuve con mi maestro el día que nos conocimos:

—Sensei, ¿puedo hacerle una pregunta?
—¿Qué quieres saber? Adelante, pregunta lo que desees.
—¿Cuál es la manera correcta de vivir?

Corría el verano de 1947. Hacía dos años que había terminado la Segunda Guerra Mundial. A la sincera inquietud de un joven de 19 años que, en la posguerra convulsionada, buscaba un rumbo en la vida, el señor Toda respondió con la calidez y la generosidad de un padre bondadoso. Si había algo que él valoraba como maestro, era el deseo de aprender de los jóvenes.

Así pues, con convicción rotunda, me enseñó la filosofía de vida de Nichiren Daishonin y me alentó a estudiarla y practicarla, con la energía y el idealismo de mi juventud. Desde entonces, he recorrido sin cesar el camino de maestro y discípulo buscando insaciablemente la orientación del señor Toda, a quien adopté como mentor tanto en la vida como en la eterna travesía del kosen-rufu.

Todo lo que soy lo aprendí prácticamente de mi maestro, quien me forjó en lo que suelo llamar la «Universidad Toda». Es algo que mencioné, tiempo atrás, en una conferencia que di en los Estados Unidos, en la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Columbia.

Para mi mentor —magnífico líder popular y educador humanista sin parangón— el aliento era la quintaesencia del proceso educativo y de la guía en la fe. Había heredado esta perspectiva —que hoy es una digna tradición de la Soka— de su propio maestro, Tsunesaburo Makiguchi, el fundador de la Soka Gakkai fallecido en la cárcel como prisionero de conciencia.

Nichiren Daishonin afirma que «el Sutra del loto es la enseñanza que permite a todos los seres vivos entrar en el Camino del Buda».1 El budismo del sol de Nichiren Daishonin, que revela la esencia del Sutra del loto, es una fuente de amor benevolente y de sabiduría que ilumina el corazón de todas las personas. En el Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente se lee: «Gran alegría es lo que uno experimenta cuando comprende, por primera vez, que su vida ha sido un buda desde el mismísimo comienzo. Nam-myoho-renge-kyo es la mayor de todas las alegrías». 2

En el ámbito de la Soka, alentar significa proyectar la luz de la Ley Mística sobre cada persona, despertar su budeidad innata y revitalizar su existencia en el nivel más profundo.

Los integrantes de la familia Soka siempre nos hemos acercado a quienes nos rodean para apoyarlos en las horas de mayor pesadumbre, en las situaciones de mayor desconsuelo o ante las embestidas más difíciles del karma. Los hemos acompañado, alentándolos con la convicción de que podrán superar cualquier adversidad, encontrar salidas y ser felices, sin falta.

Este gran movimiento popular, imperturbable ante toda forma de opresión, se ha expandido en el mundo para liberar el tremendo poder inherente a la vida, forjar individuos diversos —cada uno con su propia singularidad, como las flores de «cerezos, ciruelos, durazneros y albaricoqueros»3 y permitir a cada quien triunfar en su revolución humana.

No creo exagerar al decir que este movimiento «del pueblo, para el pueblo y por el pueblo» —erigido sobre principios inamovibles y sobre una maravillosa unión que busca empoderar a todos— es la esperanza de la sociedad global.

En cada rincón del orbe, la humanidad se ve expuesta a desastres naturales, pandemias y otras dificultades; las palabras de aliento cumplen una función imprescindible para fortalecer los lazos humanos y la resiliencia ante el desafío que estas crisis presentan.

En el budismo, el liderazgo ideal se expresa simbólicamente en la figura del sabio rey que hace girar la rueda; es decir, un monarca que gobierna mediante lo que se conoce como «tesoros de la rueda». Nichiren Daishonin observa lo siguiente:

Girar y girar de manera interminable por el ciclo de nacimiento y muerte, nacimiento y muerte, a lo largo de las tres existencias del pasado, presente y futuro, es lo que significa ser un sabio rey que hace girar la rueda. Las ruedas que poseen estos sabios monarcas cuando hacen su aparición en el mundo, esos «tesoros de la rueda», son las palabras y los sonidos que nosotros emitimos. Y esos sonidos, nuestros «tesoros de la rueda», son Nam-myoho-renge-kyo. Esto se conoce como la «gran sabiduría de la igualdad4 ». 5

Nuestros propios «tesoros de la rueda» —que hacemos circular en todo el mundo nutridos por nuestra constante recitación del daimoku, mientras lidiamos con las aflicciones del nacimiento, la enfermedad, la vejez y la muerte en nuestra vida y en la de otros— son las palabras de convicción y de profundo aliento que brindamos a los semejantes, capaces de prevalecer sobre las mentiras y los agravios maliciosos. Nuestros jóvenes ciudadanos globales de la Soka, herederos de este gran espíritu humanista, están participando con dinamismo en el esfuerzo conjunto por alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas (ODS), que se basan en el deseo primordial de no dejar a nadie atrás.

En mi permanente dedicación a hablar y escribir sobre el kosen-rufu y el significado de la existencia, el budismo y la sociedad, la paz y la dignidad de la vida, los jóvenes y el futuro, y muchos otros temas, mi maestro ha estado siempre presente en lo más hondo de mi alma.

Los escritos, discursos, disertaciones, diálogos y poemas que constituyen mi vida de lucha en el campo de la palabra, inseparablemente unidos a la visión de mi mentor, han sido compilados en 150 volúmenes de obras completas. Cuando el proceso de edición se acercaba a su fin, algunos de nuestros miembros, con juvenil espíritu de iniciativa, propusieron la idea de extraer una serie de textos escogidos para la nueva era del kosen-rufu global.

Lo que animó ese proyecto fue su entusiasmo de preparar recursos de estudio comunes que sirvieran a todos los miembros del mundo. Así pues, inspirados en el título «Sabiduría para ser felices y crear la paz», se lanzaron a elegir materiales en torno a un amplio temario y a coordinar la traducción de dicha antología.

El noble espíritu con que se ofrecieron a asumir una labor tan ardua como extenuante fue, para mí, una inmensa felicidad. Han trabajado sin descanso para responder al apasionado espíritu de búsqueda de sus camaradas, promover el progreso unido del kosen-rufu mundial y apoyar el desafío de las futuras generaciones de miembros a la hora de estudiar el budismo Nichiren y el espíritu de la Soka Gakkai.

El fruto de esta ingente tarea se publicó en entregas mensuales en la revista de estudio de la Soka Gakkai, el Daibyakurenge. Cada vez que leía las pruebas de impresión, sentía como si estuviera entablando un nuevo diálogo con mis amados discípulos.

En los cuatro años que insumió la publicación de la serie en japonés, se sumó un gran esfuerzo para traducir cada entrega y asegurar que los materiales estuvieran a disposición de los lectores de cada país. Me siento sumamente complacido de que hoy, ampliado con materiales adicionales, ese acervo se esté publicando en forma de libro, y me permito expresar mi agradecimiento infinito a todos los que han participado en el proyecto.

Dedico este libro —una compilación de palabras de aliento donde pervive la inseparabilidad de maestro y discípulo— a los presidentes Makiguchi y Toda, y lo encomiendo como legado a nuestros preciados sucesores.

Nichiren Daishonin señala:

Eso que el sutra denomina «hacer que los seres vivos tomen conciencia de la sabiduría del Buda»6 es cuando el maestro y los discípulos han respondido cabalmente unos a otros, y cuando los discípulos han recibido la enseñanza, forjando así la verdadera conciencia de la que habla el sutra cuando afirma: «Formulé un juramento, con la esperanza de hacer que todas las personas fuesen iguales a mí, sin que hubiese distinción alguna entre nosotros7 ». 8

De tal manera, como maestros y discípulos dedicados a cumplir el juramento de los Bodisatvas de la Tierra, mostremos en cada lugar y en cada momento la «sabiduría de la verdad que se manifiesta en función de las circunstancias cambiantes».9 En un poema que guardo en mi pecho, el presidente Toda nos exhortó con estas palabras:

Largo es
el camino para propagar
la Ley Mística;
alentémonos unos a otros
y avancemos juntos.

¡Así pues, «alentémonos unos a otros y avancemos juntos» en nuestra marcha para difundir la Ley Mística hasta el eterno futuro del Último Día!

Nada me hará tan feliz como saber que este libro brindará aliento y fuerza a los miembros de la Soka Gakkai del mundo, en su avance por este camino.

Escrito el 14 de agosto de 2020, en el 73.° aniversario del día en que inicié el viaje del kosen-rufu junto a mi maestro.

Daisaku Ikeda

  • *1Preguntas y respuestas referidas a abrazar el «Sutra del loto», en Los escritos de Nichiren Daishonin (END), Tokio: Soka Gakkai, 2008, pág. 62.
  • *2The Record of the Orally Transmitted Teachings (Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente), traducido por Burton Watson, Tokio: Soka Gakkai, 2004, págs. 211-212.
  • *3Ib., pág. 200.
  • *4El Sutra del loto, Tokio: Soka Gakkai, 2014, cap. 11, pág. 169.
  • *5Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente, op. cit., pág. 76.
  • *6Véase El Sutra del loto, op. cit., cap. 2, pág. 31.
  • *7Ib., pág. 36.
  • *8Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente, pág. 30.
  • *9Ib., pág. 10.